Lluvia, calima y algas, la tormenta perfecta que amenaza con una nueva masacre de peces en el Mar Menor


El Instituto Español de Oceanografía alerta de un posible nuevo episodio de muerte masiva de peces y crustáceos
La gran cantidad de lluvia arrastra nutrientes al espacio protegido que 'roban' el oxígeno del agua y provocan la muerte de la fauna autóctona
La laguna murciana registró en agosto pasado una tragedia ecológica
De nuevo la sombra de una tragedia ecológica se cierne sobre el Mar Menor. El Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) alerta en un informe del peligro de que se repita un nuevo episodio de falta de oxígeno y muerte masiva de organismos (peces, crustáceos) en el Mar Menor tras las fuertes lluvias y la calima sufrida en el mesde marzo.
Según los científicos, el agua caída en marzo, de manera torrencial, y la calima han llegado a la laguna salada murciana y con ellas han arrastrado nutrientes y materia orgánica. Eso hace que se agote el oxígeno del agua y los peces y crustáceos mueran por anoxia.
Esas circunstancias climáticas sumadas a la alta concentración de nutrientes, llegados de la agricultura, que ya tiene la laguna, suponen un cóctel perfecto para la proliferación de macroalgas. Un plácton que sirve para alimentar a la fauna marina, pero en exceso les termina asfixiando. Son el exponente más claro del proceso de eutrofización que vive la zona desde hace décadas.
Marzo ha sido el mes más lluvioso en Murcia en los últimos 62 años. El Ministerio para la Transición Ecológica encargó un estudio para ver la incidencia de estas lluvias en el Mar Menor y saltaron las alarmas.
El agua se ha calentado y ha perdido salinidad
Las lluvias han hecho perder salinidad al agua; la calima, sufrida el mes pasado en la zona, ha agudizado la situación ya delicada del Mar Menor. Al estar compuesta de hierro y fósforo, cuando cae en el océano, genera aún más algas y plancton que en exceso "roban" el oxígeno a los peces.
De hecho, el último dato disponible muestra un brusco incremento de la clorofila que, aunque es aún inferior al registrado en eventos de desarrollo explosivo de fitoplancton, es probable que continúe creciendo debido al aumento de temperaturas y horas de sol propios de la primavera.