Hasta 6.000 euros de multa para los que se sumen a la moda de apilar piedras en Camariñas


La práctica de amontonar piedras y formar esculturas piramidales con ellas se ha popularizado en muchas zonas de costa
En el conocido como Cementerio de los Ingleses, en el municipio coruñés de Camariñas, esta práctica está alterando el paisaje original y dañando la flora y la fauna
El ayuntamiento ha colocado carteles advirtiendo a los visitantes de las duras sanciones a las que se exponen si construyen estos montículos
Para algunos es una representación del equilibrio interior. Para otros, una forma de dejar su huella en un paisaje bonito. Pero la moda de apilar piedras en entornos naturales supone, también, una amenaza para los ecosistemas. En Camariñas (A Coruña) llevan tiempo observando cómo muchos visitantes hacen montículos piramidales con ellas. Una costumbre que desde el consistorio quieren cortar de raíz.
En los últimos cuatro años, la práctica se ha popularizado en el conocido como Cementerio de los Ingleses, un entorno natural costero al que muchos acuden para fotografiar la bravura del mar. Pese a que en ocasiones son alcanzados por las olas o destruidos por el viento, allí se puede ver una gran cantidad de montículos de piedras que están modificando el paisaje.
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El ayuntamiento no está dispuesto a que se siga alterando este paraje protegido. Por eso, ha colocado carteles en los que advierten a los turistas de la prohibición de construir estas esculturas piramidales. También de la dureza de las multas, con sanciones que alcanzan los 6.000 euros de cuantía.
Un grave perjuicio para la flora y la fauna de la zona
Cuando se remueven las piedras o las rocas que hay en un lugar se está, también, destruyendo el hogar de las especies autóctonas que viven en él. “Son perjudiciales tanto para la flora como para la fauna de la zona”, comenta a NIUS Sergio Caamaño, teniente de alcalde de esta localidad costera.
Este paraje de Camariñas forma parte de la Red Natura 2000. “Estas construcciones, conocidas como milladoiros, dejan el suelo descubierto, expuesto al sol y a las lluvias; desprotegen la vegetación litoral del viento y la salinidad; modifican el hábitat de la fauna endémica ya que estas piedras crean condiciones especiales de temperatura y humedad, alteran el equilibrio ecológico de los hábitats litorales de interés comunitario; y dejan una profunda alteración en el paisaje ya que, por ejemplo, las playas de cantos rodados y espacios geomorfológicos de Camariñas se formaron hace 8.200 años durante una breve subida del mar por lo que es una parte importante del patrimonio científico y natural”, comentan desde el ayuntamiento.
El objetivo de esta medida es que los visitantes no dejen su huella en los espacios naturales. “Todos tenemos derecho a conocerlo tal y como es”, comenta Sandra Insua, la alcaldesa del municipio.