Sobrevivir al confinamiento, y disfrutarlo: por fin se escuchan pájaros en la ciudad

El confinamiento ofrece la posibilidad de ver y escuchar a los pájaros que conviven con nosotros en las ciudades, habitualmente silenciados por el ruido del tráfico
Su canto y su observación nos pueden ayudar a pasar mejor estas semanas de encierro, mientras que a ellos les beneficia para anidar y buscar pareja más tranquilos
Seguro que ya se han dado cuenta. Y si todavía no, abran la ventana antes de leer este artículo. Abran y escuchen... ¿Oyen ruido de coches? ¿ Oyen pájaros? Probablemente lo segundo. Y probablemente, por primera vez desde la ventana de su casa, en la ciudad. Los pájaros ya estaban ahí, antes del coronavirus, pero no los escuchábamos. Ahora, con las calles vacías de coches y de gente, nos acordamos de que existen. Y nos pueden hacer mucho más agradable el confinamiento. Ellos a nosotros, y nosotros a ellos.
"En zonas de ciudad con algún parque cerca, si alguien escucha un sonido parecido al que hacen los submarinos en las películas, que sepa que es un autillo, una especie de búho que está llegando de África estos días, el búho más pequeño de Europa". Nos lo explica Luis Martínez, técnico de SEO/Birdlife. "Ahora podemos descubrir todas las especies que tenemos en la ciudad, ser capaces de ver gorriones y distinguir el macho de la hembra, que es muy fácil. De aquí a nada van a empezar a llegar aves migratorias como los vencejos". El consejo de este conservacionista es claro: "que se asomen a la ventana y miren".
¿Y qué pueden ver o escuchar desde su ventana? Apunten. “Ahora mismo podemos ver pájaros como el gorrión, la paloma, el mirlo (que canta de noche), el verdecillo, el carbonero común… y en breve van a venir otros, como el avión común, que ya está llegando, las golondrinas, y en dos o tres semanas los vencejos. También verán abejarucos (que chillan mucho cuando vuelan). Además, veremos a algunos construir sus nidos, y a las crías pedir comida. Y si los ves desde la ventana, siempre van a ser los mismos, los llegas a conocer y te familiarizas con su evolución”.
El hecho es que ahora, que tenemos tiempo y silencio, hay que aprovechar para mirar al cielo. Porque además, estamos en época de migración, así que todos los días pasan por nuestras ciudades miles de aves volando hacia el norte. “En nuestra vida diaria, casi nunca miramos al cielo, pero ahora es muy fácil, y en este momento se pueden ver y escuchar miles de aves en plena migración. Bandadas de aves que vuelan de sur a norte, desde África hasta Suecia, depende de lo lejos que vayan”, explica Martínez.
De urbanita confinado a pajarero aficionado
Si, además de verlos y disfrutar de sus cantos, quieren aprender un poco sobre aves y aprovechar el confinamiento para colaborar con organizaciones conservacionistas como SEO/Birdlife, pueden hacerlo. Existe una página web, desarrollada por la Universidad de Cornell, en la que pueden ir apuntando lo que ven y, de paso, compartiendo esos datos con aficionados y expertos de todo el planeta.
“Es como si fuera un cuaderno de campo, lo que apuntas queda asociado con fecha, hora y localización, y son datos disponibles en abierto, para nosotros y para los científicos. Así se pueden detectar muchas cosas que sería imposible saber sin la colaboración ciudadana. Normalmente no recibimos muchos datos. Esta red existe desde hace años, pero ahora tiene mucho más sentido porque tenemos la oportunidad única de hacerlo todos desde casa. Podemos tener una visión excelente del estado de conservación de las aves en la ciudad”.
En esa web también se puede descargar la aplicación para el móvil y empezar a volcar los datos de lo que está viendo. Desde SEO ponen un ejemplo: “Si yo miro por la ventana cinco minutos y anoto 30 gorriones y cinco vencejos, y mi vecino hace lo mismo, y otra gente hace lo mismo, la suma de todos esos datos ayudan a hacerse una imagen global de cómo está la conservación de las aves. Y además, es bonito, nos distrae, aprendemos. Te ayuda a fijarte en algo diferente, a no estar todo el día pendiente del aumento de la tasa de muertos”.
Nosotros paramos, ellos encuentran pareja
¿Y qué veremos cuando observemos a los pájaros? Pues que los humanos estamos confinados, pero la naturaleza sigue su curso. "Esto nos puede ayudar a ver que el mundo no se ha quedado quieto, que la naturaleza sigue adelante, sigue su ritmo”. Y a los pájaros, ahora, les toca encontrar pareja y hacerse el nido.
Martínez nos cuenta que se hizo un estudio hace años y se vio “que los machos dedicaban más tiempo a cantar los sábados y los domingos que de lunes a viernes. Cantan para buscar pareja, y se vio que como el fin de semana había menos ruido de tráfico, les salía más rentable, les era más fácil encontrarla". Ahora que siempre es fin de semana -a efectos acústicos-, pueden cantar y buscar pareja de lunes a domingo. No es poco.
Pero además, ahora estamos en época de nidificación. Y en la ciudad, explica este conservacionista, les cuesta mucho encontrar sitios seguros para hacerse el nido. “Ahora les va a ser más fácil hacer nidos en sitios donde antes había mucho follón y ahora no, en setos de parques que están cerrados, en algunos bancos…”. Aunque esto tiene una doble cara, porque cuando se levante el confinamiento “puede que fracasen en la cría. Si volvemos todos, el sitio que ahora les parece tranquilo ya no lo será tanto”.
Nuestro confinamiento tiene grandes beneficios para las aves de ciudad, por tanto, pero no para todas. “En partes de la ciudad donde no hay zonas verdes, aves como los gorriones o las palomas se están viendo muy perjudicadas, porque dependen para comer de lo que les cae de terrazas y restaurantes. Para los pájaros que viven en esas zonas, su alimentación básica son los despojos, sobre todo en invierno. Comen lo que tienen a mano”.
Herramientas para pajareros
En España, la observación de aves no es una afición muy extendida, al contrario de lo que ocurre en los países anglosajones, como Reino Unido o Estados Unidos, con muchos aficionados al birdwatching. “A ver si aquí, ahora salen más aficionados”, anima Martínez. Herramientas, desde luego, no faltan.
Si escuchan, observan, y no saben qué pájaro es el que tienen delante, SEO/Birdlife tiene una guía de aves que puede ayudarles, con fotos, vídeos y audios para que puedan reconocerlas por su imagen y su canto. Una especie de diccionario pajarero disponible en su web y también como aplicación para el móvil.
Apunten, además, esta otra iniciativa, la campaña “Aves de barrio”, que además de aprender a reconocerlos, les ayudará a saber qué pueden hacer si los ven en apuros. Porque hay muchos en apuros, empezando por el gorrión, cuyo declive llevan años denunciando los conservacionistas. "En España hemos perdido 30 millones de gorriones en los últimos 10 años", advierten desde SEO.
En resumen, se trata de aprovechar el momento y convertir esta crisis en oportunidad: la de convertirnos en pajareros por unos días (o para siempre, quién sabe). Abrir bien los ojos y los oídos y disfrutar de ellos. Asomarse a la ventana cada día y recordar que hay vida más allá del confinamiento.