Los técnicos del Pevolca dan por concluida la erupción del volcán de La Palma: "Es un alivio emocional"


La erupción del volcán se da por terminada pero no el peligro, que persistirá durante meses
Hasta que no se eliminen por completo los gases tóxicos muchos palmeros no podrán regresar a sus casas
"El fin de la erupción no significa el fin de la emergencia", ha declarado el consejero canario Julio Pérez
Más de tres meses de angustia y pérdidas. 98 días llevan los palmeros esperando la noticia que se acaba de confirmar: los técnicos del Pevolca han dado por finalizada la erupción del Cumbre Vieja. El 13 de diciembre el volcán dejaba de emitir lava, y el tremor, la sismicidad y las emisiones de dióxido de azufre caían a niveles muy bajos. Era el principio del fin, pero los expertos han querido esperar un tiempo prudencial para asegurar que la pesadilla ha terminado.
"Es un alivio emocional", ha asegurado sentir el consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias, responsable del operativo y director del Pevolca, Julio Pérez, en rueda de prensa este sábado, tras la que ha calificado como la "mayor catástrofe de Canarias" y la erupción "más larga" del archipiélago. Una erupción que se inició el 19 de septiembre y ha permanecido hasta el 13 de diciembre, 85 días, en los que esta situación ha sido una "prioridad" del Gobierno canario.
Pérez ha comparecido tras la reunión diaria del Pevolca y ha estado acompañado por el portavoz del Comité Director del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (PEVOLCA), Miguel Ángel Morcuende, así como un portavoz del Comité Científico, María José Blanco, entre otros.
Por otro lado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha celebrado el fin de la erupción de volcán, una noticia que ha calificado como el "mejor regalo de Navidad". "Todo mi reconocimiento a los palmeros y palmeras. Seguiremos trabajando juntos y juntas, todas las instituciones, para relanzar la maravillosa isla de La Palma y reparar los daños ocasionados", ha expresado en un tuit.
"El fin de la erupción no significa el fin de la emergencia"
No obstante, Julio Pérez ha subrayado que "el fin de la erupción no significa el fin de la emergencia" y ha señalado que el plan del Pevolca va a continuar "igual, en semáforo rojo, la emergencia en el mismo nivel", seguramente también en el mes de enero, ya que mientras subsista peligro, se debe mantener activado.
En este sentido, ha indicado que "los gases, las cenizas y el calor" siguen estando. Ahora, ha dicho el director del Pevolca, es momento de rehacer, de ahí que el lunes, ha señalado, se comenzará a estudiar el plan de realojo que "tendrá que ser seguro y ordenado, paulatino", avanzando que el pronóstico es que en la primera quincena de enero se "puedan acordar algunos realojos e intentar ver cómo restablecer algunos servicios esenciales".
Con el fin de la erupción no acaban los peligros. Se inicia ahora una fase post-eruptiva en la que persisten los riesgos para la población, sobre todo por la presencia de gases que pueden llegar a ser letales y conservarse durante largo tiempo en espacios cerrados, han advertido los vigilantes del volcán del IGN (Instituto Geográfico Nacional). Hasta que estos gases no desaparezcan del todo, la gente no podrá regresar a sus casas en algunas de las áreas afectadas.
Una de ellas es la zona de exclusión cercana a la carretera de San Nicolás, a 1,5 kilómetros de los centros de emisión. Allí un equipo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha detectado una gran concentración de gases letales que emanan del suelo y que podrían provocar efectos irreversibles sobre la salud e incluso la muerte en treinta minutos, según se ha informado.
Además, el volcán va a seguir emitiendo gases durante meses, así ocurrió en la erupción del Tagoro, en la vecina isla de El Hierro, por lo que la portavoz del Comité Científico del Pevolca, María José Blanco, ha confirmado que continuará la desgasificación no sólo en el cono principal y el secundario, sino también en las coladas, que seguirán emitiendo gases durante un cierto tiempo.
La emergencia durará, por tanto, más tiempo que la propia erupción. Preocupa también la ceniza. Los operarios trabajan sin descanso para barrerla de las cubiertas de las viviendas. La seguridad de los edificios, que podrían ceder ante el peso, y de las personas, que ansían regresar a sus hogares, es el objetivo primordial ahora para las autoridades de la isla.
Tampoco se descarta que en los dos años próximos se produzcan reactivaciones magmáticas en el Cumbre Vieja. Este fenómeno ya se dio en el Hierro, aunque afortundamente no provocó una nueva erupción. Pero el volcán de La Palma es imprevisible, lo ha demostrado desde que empezó a rugir el pasado 19 de septiembre.
El balance del Cumbre Vieja
Esta erupción ha sorprendido a los científicos en muchos sentidos, por la potencia de su campo lávico, con coladas que han superado los 60 metros de altura en algunas zonas, por su elevada emisión de dióxido de azufre, por la duración de su proceso eruptivo (el más largo en cuatro siglos), por el material emitido (160 millones de metros cúbicos de lava y 20 de tefra) y por la rapidez con la que se desencadenó.
Deja, según cifras del Catastro, un total de 1.676 edificaciones afectadas, de las que 1.345 son viviendas, aunque el satélite Copernicus eleva la cifra total a 2.988 edificaciones, más otras 138 en riesgo, y unas 1.237 hectáreas de superficie afectadas y casi 370 hectáreas de cultivo arrasadas. También más de 73 kilómetros de carreteras destruidas y casi 11 kilómetros de calles cubiertas de magma.
Una erupción que comenzaba muy cerca de zonas habitadas y que provocaba el desalojo de miles de personas. Aún quedan medio millar acogidas, repartidas entre el hotel de Fuencaliente, varios centros en Los Llanos de Aridane y Breña Baja, u otros centros sanitarios de la isla que albergan a las personas dependientes.
Más de 1.000 personas trabajando
Por otro lado, Julio Pérez ha señalado este sábado que unas 1.000 personas han operado en esta emergencia, un 15 % de ellos personal científico, por lo que ha subrayado se han tomado decisiones basadas en el conocimiento.
Además, ha reconocido el trabajo del director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, sobre el que ha dicho que "no" dudó para que ocupara el puesto, considerando que ha acertado con su decisión porque ha sido "una pieza esencial" en esta emergencia.
Morcuende, por su parte, ha admitido que "queda un arduo trabajo todavía" durante un tiempo que va a ser "grande", centrado en la rehabilitación de servicios esenciales y monitorizando los gases.
Finalmente, la portavoz del Comité Científico, María José Blanco, ha informado de que el cono del volcán es de unos 200 metros, está a aproximadamente 1.100 metros con respecto al nivel del mar, y en él mismo hay seis cráteres.
En este proceso, ha indicado además, se han registrado 9.090 terremotos, siendo el de mayor magnitud de 5, registrado el 19 de noviembre, a las 01.08 horas, a 33 kilómetros de profundidad. Asimismo, ha señalado que la sismicidad es uno de los observables que "quedan remanentes" y "pueden durar meses", como ocurrió en Tagoro, en El Hierro, que durante dos años tuvo sismicidad aunque no de forma periódica.