Recta final de la COP25: entre el "moderado optimismo" de los negociadores y el "fracaso" que les reprocha la calle

Las negociaciones se prolongan durante la madrugada del sábado, la cumbre acabará un día después de lo previsto
Los grandes emisores del planeta -entre ellos China y EE.UU.- están donde estaban antes de esta cumbre y dificultan el acuerdo
Dentro de la COP aún hay optimismo, pero fuera se habla de fracaso porque el acuerdo será de mínimos
Es viernes, avanzan las horas, la COP25 toca a su fin (o no) y algo se mueve aquí dentro. Por fin. Pero se mueve despacio, tanto que el viernes ya se ha convertido en sábado... y las negociaciones continúan. No es fácil poner de acuerdo a casi 200 países. Aunque lleven dos semanas encerrados en IFEMA para ello.
Los negociadores tienen sobre la mesa desde la mañana del viernes un borrador de declaración que podría convertirse (o no) en el acuerdo final de esta cumbre. Todo depende de las quejas que planteen los países y los cambios que pidan. En ello están, y ahí siguen. Aquí nadie quiere hablar de fracaso, de momento.
La presidencia chilena comparecía ante los medios la tarde del viernes para explicar cómo iban las negociaciones y hablaba de "optimismo moderado", de "esperanza" en alcanzar un acuerdo. ¿Cuándo? La pregunta se repetía varias veces en la sala. "No es fácil concretar una hora. Será esta noche o mañana a primera hora. A medida que avance la noche, nuestro optimismo se traducirá en resultados", confiaba el chileno Andrés Landerretche.
"El último día siempre es cuando parece que las cosas van más rápido, aunque sigue habiendo enfrentamiento entre los mismos bloques: los países en desarrollo y los más industrializados. Llegaremos a la noche y estaremos todavía con ese tira y afloja", aseguraba el viernes por la mañana Mar Asunción, responsable de Clima de WWF. Llegó la noche y, efectivamente, seguíamos sin acuerdo.
Que la cumbre acabe el sábado no es extraño, de hecho es lo habitual en estas citas, ya es tradición. "Va a depender mucho de cómo reaccionen los países. En función de eso, habrá que trabajar en una nueva versión del documento o seguir adelante con esta. Editar los textos lleva horas", advertía Ribera tras conocerse el borrador del acuerdo.
El mayor escollo en las negociaciones siguen siendo los mercados de carbono, que deben quedar regulados en el artículo 6 del Acuerdo de París, todavía sin cerrar. "Es un punto enormemente técnico pero muy importante. Hay que ver cómo reaccionan los distintos grupos en relación con esto", advierte Ribera. Desde WWF, Mar Asunción ya nos advertía que en ese punto "está todo muy enmarañado". Y muchos dan ya por hecho que este asunto no se va a cerrar en esta cumbre, aunque fuera uno de sus objetivos.
Landerretche reconocía ante los medios que el artículo 6 "es el que está requiriendo más trabajo, ha sido una prioridad de esta cumbre. Pero no queremos un mal acuerdo. En este artículo, puede que lleguemos a un consenso general ahora y que los detalles técnicos los dejemos para un periodo intermedio, el año que viene". Es decir, que no haya acuerdo en Madrid sobre el comercio de las emisiones.
Fracaso o no, los grandes no se mueven
¿Va a haber acuerdo final en esta COP entonces? ¿Hablamos ya de fracaso? "No, no hablamos de fracaso todavía porque sí saldrá de aquí un poco más de ambición, aunque no sea la suficiente. Y además, todavía no ha acabado la cumbre". Dentro de la COP nadie nombra siquiera esa palabra.
Pero hay un problema importante, que estaba ahí y ahí sigue. Los grandes emisores del planeta están donde estaban antes de esta cumbre, en cuanto al recorte de emisiones. "El único avance entre los grandes viene de la UE, que acaba de aprobar el llamado Pacto Verde", asegura Vanessa Pérez, portavoz de WWF en la cumbre.
Algo que destaca también Ribera. "El Consejo Europeo ha dado su apoyo al objetivo de Bruselas de alcanzar la neutralidad climática para 2050. Esperamos que ello suponga una presión importante para al resto de países, para los grandes emisores". Porque aparte de la UE, "los demás no han comunicado nada. Japón, China, India, EE.UU. o Brasil no han comunicado ningún avance en la cumbre", recuerda Vanessa.
En el borrador de declaración que está sobre la mesa hay un punto importante con respecto a esto, a la reducción de emisiones. Porque en el texto se menciona el año 2020 y se insta a las partes a presentar nuevos planes de reducción más ambiciosos el año que viene, no más adelante. Hay países que quieren prolongar ese plazo hasta 2023, y se agarran para ello a la letra pequeña del Acuerdo de París. Algo a lo que se oponen frontalmente los que ya se han comprometido a hacerlo el año que viene.
Lo que parece claro es que si hay acuerdo en esta COP25, será un acuerdo de mínimos. Por eso, este viernes ha habido varias protestas en IFEMA por parte de ecologistas, jóvenes y activistas climáticos en general. Protestas que piden una y otra vez "justicia climática".
Conseguirla supone una actuación firme y decidida por parte de los grandes países industrializados. Pero no la hay. Aseguran desde Fridays For Future y desde Extinction Rebellion que están decepcionados por un nuevo fracaso -ellos sí mencionan la palabra- de una nueva cumbre del clima. No es para menos. Van ya 25 como esta.
"No es fácil poner de acuerdo a 197 países, nadie puede quedarse fuera", se excusan desde la presidencia chilena de la COP. "Pero las negociaciones continúan, tenemos un moderado optimismo, no vamos a salir de IFEMA sin un buen resultado", aseguraban por la tarde. Y ahí siguen. Lo que si van a salir, seguro, es con sueño.