Las mujeres sufren más depresión y ansiedad en el confinamiento: "Todas las cargas recaen sobre ellas"

Esto se debe a la mayor carga que puede suponer para ellas la necesidad de combinar el trabajo o teletrabajo junto al cuidado de hijos y otros “roles de género” durante la pandemia
El estudio muestra también un "incremento significativo de percepción de discriminación" en aquellas personas que tenían un diagnóstico previo de salud mental o en los profesionales que luchan contra el virus en primera línea
Las mujeres son "más vulnerables" a la depresión, la percepción de soledad y la ansiedad durante el confinamiento y el paso de las semanas desvela una mayor presencia de sintomatología depresiva entre la población española mientras que se mantiene la ansiedad y la preocupación.
Estas son algunas de las conclusiones de la segunda fase de un estudio de la Universidad Complutense y Grupo 5 contra el estigma, sobre el impacto psicológico y la resistencia de la población española ante la COVID-19. En el estudio participan alrededor de mil personas en el que se comparan los resultados obtenidos entre el 21 y el 29 de marzo, durante la suspensión total en España de toda actividad laboral no considerada imprescindible y los datos recogidos entre el 13 y el 27 de abril, cuando en España se había levantado ya la restricción de las actividades no esenciales.
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Los resultados de la primera oleada sugerían que, en general, las personas más jóvenes mostraban un “mayor impacto psicológico” mientras que, en la segunda, aunque ellos siguen presentando “más dificultades”, los datos revelan que es el género femenino el que está resultando "más vulnerabe" a la ansiedad, la depresión y al estrés postraumático.
Más carga para ellas
Unos resultados que el estudio atribuye a la mayor carga que puede suponer para ellas la necesidad de combinar el trabajo o teletrabajo junto al cuidado de hijos y otros "roles de género" durante la pandemia, asegura Manuel Muñoz, director del esturdo.
"Tras un mes y medio las cargas familiares, cuidado de hijos, deberes, roles de género en definitiva recaen sobre las mujeres. Son los hombres los que trabajan más fuera de casa y eso les da una protección emocional. Era esperable pero nos ha llamado la atención que los roles de género sigan jugando un papel tan importante. Hay una situación de empeoramiento en las mujeres como colectivo global", dice Muñoz.
La investigación deduce también una mayor exposición a la soledad entre la población de menor edad que en los primeros estadios sufrió una mayor sintomatología depresiva, incertidumbre y ansiedad. Por lo tanto los mayores de 60 son los que mejor están. "Se cuidan, tienen unas redes sociales más estables, están más acostumbrados a estar solos", explica Muñoz.
Respecto al entorno laboral, la variable de trabajar presencialmente frente al teletrabajo o al hecho de no trabajar “cobra peso” en esta segunda fase con relación a la sintomatología postraumática. "Estos profesionales han estado en la primera línea en la lucha contra el virus y, probablemente, hayan tenido que vivir situaciones que pueden ser categorizadas como sucesos estresantes, no recogidos en el primer tramo del estudio", puntualizaron los investigadores.
Igualmente, en esta segunda oleada de la investigación se analizó la percepción de discriminación y estigma y se observó un "incremento significativo" en aquellas personas que tenían un diagnóstico previo de salud mental, en los profesionales que luchan contra el virus en primera línea y en personas con problemas respiratorios previos. "Por un lado que la gente discrimine a los de la primera línea dice poco de la sociedad en la que vivimos. Por otro esto se agrava cuando las personas son las que tienden a autoestigmatizarse, se aíslan. Y esto no es un buen pronóstico", dice Muñoz.
Ya se está elaborando la tercera oleada del estudio y según Muñoz, están viendo que en la desescalada muchos de los problemas van a desaparecer. Son problemas adaptivos a la situación que se ha vivido. Habrá partes de la población que lo tengan peor o que les cueste más superar una depresión, pero la mayoría tiene esperanza en el futuro, se sigue cuidando y la gran mayoría saldrá adelante.
"Esta pandemia está suponiendo una oportunidad de aprendizaje única para la psicología y un auténtico desafío a los modelos predominantes de atención social y sanitaria a la salud mental”, dice el director del estudio. Por eso, concluye que este tipo de estudios resultan muy valiosos, al proporcionar información sobre las variables "predictoras y protectoras" que permitan tomar medidas eficaces a la hora de combatir los efectos psicológicos de la pandemia. La investigación concluirá con una tercera oleada que se realizará a finales de mayo.