Al narco le gusta la gasolina

"Ese tema lo estamos trabajando, hablar de él ahora mismo sería contraproducente". Esa es la respuesta de la fuente cuando se le pregunta sobre el control del suministro de gasolina a las 'narcolanchas'. Un suministro que ha dejado en los últimos días un reguero de vídeos, en los que lanchas de narcotraficantes cargan gasolina en las playas gaditanas para abastecer, fuera de aguas territoriales, a las grandes 'gomas' que vuelan cargadas de hachís por el Estrecho.

"Antes se cogía gasolina porque necesitan combustible, sin duda, pero cuando cambia todo esto es a partir del verano pasado que empezamos a intervenir embarcaciones, y entonces ellos intentan que la embarcación esté el menor tiempo posible en costa y el mayor tiempo posible en el mar", nos cuenta la fuente. "A cambio, tienen que tener mucho combustible para poder huir en un momento determinado”.

Poner tres motores que superan los trescientos caballos a máxima potencia, para intentar escapar de las embarcaciones de Guardia Civil o Aduanas, o para alijar en puntos cada vez más alejados del Estrecho, supone un enorme gasto de combustible. Hasta 120 litros por motor y hora de navegación. En esa necesidad de gasolina está, en estos momentos una de las claves de la lucha contra el narco.

"En cierto modo es así", dice José Encinas de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. "Ellos ya no se atreven a arrimarse a costa con las narcolanchas salvo para descargar la mercancía". Y es que, desde su ilegalización, las narcolanchas que entran en aguas españolas pueden ser directamente intervenidas. "¿Qué es lo que están haciendo?, pues utilizar embarcaciones auxiliares, para llevarles suministros, gasolina, y para los cambios de tripulación", explica Encinas.

Imput, output. Logística y blanqueo de capitales. Las fuerzas de seguridad ya no se ciñen sólo a la persecución de los alijos. Luchan también contra la cadena de suministros a las embarcaciones, y el blanqueo del dinero que producen esos alijos.

"Me consta que la Guardia Civil está encima de las gasolineras que se estaban usando con asiduidad", afirma Francisco Mena de la Federación de Coordinadoras de lucha Contra las Drogas Alternativas. La cuestión, asegura, está en el tratamiento judicial de esos suministros de gasolina. "Nosotros decimos que alguien que lleva tres mil litros de gasolina, no es para echárselo a una moto. Entendemos que ahí habría que hacer algún tema en el Código Penal o alguna directriz a los Juzgados".

No es un problema de Código Penal ni de directrices, señala Juan Cisneros, Fiscal Jefe de Algeciras. "Es un problema de pruebas, habría que demostrar que esa gasolina va destinada al narcotráfico. Entonces sería un delito de colaboración, pero acreditarlo resulta difícil". Tanto que, asegura, no hay ninguna causa por colaboración con narcotráfico basada únicamente en un suministro de gasolina. "Específicamente sólo por eso, no hay ninguna".

Y conseguir esa gasolina es relativamente fácil. "Yo se que se compra en las gasolineras. Esta gente tiene un ejército de gente para hacer eso. Un tío llega por la mañana a una gasolinera y se lleva cincuenta litros, y como ese hay veinte más haciéndolo. El de la gasolinera podrá tener alguna sospecha, o no". Lo que cuenta Francisco Mena, es corroborado desde fuentes relacionadas con esta lucha contra la cadena de suministros.

"La gasolinera hace una venta, pero claro, si llega uno y te pide mil litros de gasolina, los mete en garrafas y te paga en efectivo…oiga que usted es testigo de que eso se lo están llevando por carretera y se lo están llevando en una furgona, estás colaborando, estás tácitamente colaborando". Y añaden: "Los suministros son muy importantes. Todo lo que sea molestar a su cadena logística es un impedimento que tienen. Todo no es el coger la droga, también es el que esa droga no pueda llegar y muchas veces si le estás quitando la posibilidad de que reposten esas embarcaciones pues ya esas embarcaciones no llegan. Todo es una cadena".

Febrero de este año. Tres detenidos en la Línea de la Concepción con 2250 litros de gasolina. Mayo, intervenidos, también en La Línea, 5000 litros de gasolina. Julio, otros 1700 litros adivinen dónde.

Las fuerzas de seguridad lo saben. Al narco le gusta la gasolina.