Ofensiva policial contra el relajamiento en pleno confinamiento

Las autoridades denuncian en Gijón al que sorprende por segunda vez deambulando en los Picos de Europa
En Cádiz, la Guardia Civil clausura una peluquería escondida e imputa a una mujer que se llevó por la fuerza a su marido ingresado por coronavirus en el hospital, y en Alicante hace lo propio con un gimnasio que operaba a puerta cerrada
En Sevilla se ha disuelto, este Domingo de Ramos, una misa celebrada en una azotea del barrio de Triana
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han redoblado esfuerzos en las últimas horas con el objetivo de evitar el relajamiento de la población con la llegada de la Semana Santa. La proximidad de los días festivos y el anuncio de una nueva prórroga del Estado de Alarma ha llevado, según fuentes policiales, a un repunte en el numero de denuncias e infracciones a ciudadanos que han infringido el confinamiento obligatorio. Así, diferentes actuaciones policiales se han saldado con denuncias, imputaciones e incluso una misa disuelta en una azotea de Sevilla.
En Gijón, la Guardia Civil ha denunciado por segunda vez a un vecino que se encontraba deambulando por el paraje de los Picos de Europa. Preguntado por los agentes, el hombre ha alegado que dejó olvidado allí un material fotográfico muy importante. El día que lo olvidó, supuestamente, fue el pasado 28 de marzo, cuando fue localizado por primera vez acampando en la misma zona.

Por otra parte, el Instituto Armado ha imputado en Cádiz a una mujer que se llevó a la fuerza a su marido, ingresado en un hospital tras dar positivo por coronavirus. La mujer accedió a la zona de aislamiento sin ninguna medida de protección frente al contagio. Más tarde llevó a su marido al hospital de Ronda, donde fueron localizados por la Guardia Civil, quienes escoltaron la ambulancia que trasladó al marido de vuelta al Hospital de Villamartín y a la mujer a la finca donde reside, lugar donde debe permanecer en cuarentena por decisión judicial. La mujer, según relatan testigos, accedió de forma violenta a la zona de aislamiento, insultando y enfrentándose con malos modos a los facultativos que atendían a los allí ingresados, creando una situación estresante y violenta tanto para el personal facultativo como para los pacientes allí ingresados.

También en la provincia gaditana, en concreto en el municipio de Puerto Serrano, la Guardia Civil ha clausurado una peluquería que estaba operando de manera clandestina. Allí, los agente detectaron este negocio instalado en un garaje particular que funcionaba careciendo de cualquier tipo de autorización administrativa para ejercer. En el momento de la intervención, se encontraban en su interior el peluquero que la regentaba y cuatro clientes, todos ellos han sido denunciados por vulneración de la normativa que regula los desplazamientos y práctica de actividades comerciales durante la vigencia del estado de alarma decretado por el COVID-19.

En Chiclana, la Benemérita, con el apoyo de la Policía Local, disolvieron un botellón que unos jóvenes habían organizado en el interior de un remolque para caballos.

Unos ultramarinos convertidos en un punto de droga
A la caza estos días del ingenio de quienes quieres saltarse el confinamiento, los esfuerzos de la Guardia Civil han dado en Alicante con otro negocio clandestino. Se trata en este caso de una tienda de ultramarinos convertida en un punto de intercambio de droga. Aprovechando que su negocio puede continuar operando, la regente de la tienda utilizaba un local que, bajo la apariencia de comercio de ultramarinos, estaba ejerciendo funciones de bar. De hecho, en el momento de la llegada de los agentes, se estaba sirviendo comida a un cliente. Ante el nerviosismo de la dependienta, se decidió realizar un registro donde se intervinieron 10 dosis de cocaína, 45 blísteres de viagra, diversos libros donde se anotaba la contabilidad de la droga, 1358 euros en efectivo, sustancia para el corte y los DNI de compradores depositados como fianza para el pago. Esta mujer fue detenida.
Una misa improvisada en una azotea
En Sevilla, la Policía Local se ha visto obligada, este Domingo de Ramos, a disolver una misa que se estaba celebrando en la azotea de la parroquia de Los Paules. Allí, el sacerdote estaba oficiando una homilía para una decena de personas según han relatado los testigos. Fueron precisamente sus llamadas ante el volumen de la música las que alarmaron a la Policía, que se personó en el lugar para disolver la concentración.

Parte de los vecinos de la zona, ubicada en el barrio de Triana, dedicaron una sonora cacerolada a la Policía por la actuación. En la misa, el sacerdote, junto a otros religiosos que habían conectado un altavoz para que se escuchara en el vecindario, estaba acompañado de un improvisado guitarrista y varios vocalistas entonando canciones de liturgia. En la terraza había, según los testigos, una decena de personas. Los vecinos han dedicado una cacerolada a los agentes cuando estos han intervenido.
Operaciones como estas son las que están llevando a cabo a diario los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.En las tres semanas que llevamos de estado de alarma, han sido detenidas en total 2.850 personas, y se han interpuesto unas 330.000 sanciones por violar el confinamiento.