La otra cara de Filomena: presos que salieron de permiso sin poder regresar a la cárcel

Un recluso llamaba este lunes por teléfono al centro penitenciario de Valdemoro (Madrid). Había salido para disfrutar de un permiso de 12 días aunque debía regresar el sexto día para firmar, antes de poder volver a irse. La nieve había dejado aislada la cárcel madrileña y le era imposible acceder por sus propios medios. 

"La respuesta fue que si no se presentaba le abrirían un expediente por quebrantamiento de permiso. Llamó a la Policía y a la Guardia Civil para ver si había alguna forma de hacerlo en sus dependencias, pero le dijeron que no era posible, no le daban ninguna solución. Lo único que podía hacer era ir caminando, durante casi una hora. Afortunadamente consiguió que alguien le acercase en un todoterreno", relata a NIUS Marta Ruiz, miembro y portavoz del Grupo de mujeres y familiares de presos de España Todas a Una.

Otros internos parece que han aprovechado la excusa para evadirse. En Estremera por ejemplo, faltan seis reos: tres españoles, un dominicano, un marroquí y un albanés, con antecedentes por robos, estafas, atentado o tráfico de drogas, en su historial, que aún no han dado ninguna señal. 

Por el momento, Instituciones Penitenciarias no ha comunicado un dato oficial sobre el numero de presos que no han podido regresar a prisión tras sus permisos. Cada cárcel lleva sus propias estadísticas y se encarga de controlar a sus internos. En situaciones normales, faltar al reingreso conlleva una nueva sanción y la eliminación de los beneficios penitenciarios. 

La Junta de Tratamiento Penitenciario de cada prisión se encargará de eterminar si la falta de presentación en la cárcel correspondiente será considerado o no un quebrantamiento de condena. “Entiendo que tendrán en cuenta la nevada”, explicaban desde Interior ante esta situación insólita.

Pero las consecuencias se han sufrido por partida doble. Los trabajadores penitenciarios también se han visto afectados ante la falta de previsión y de ayuda por parte de la administración: han tenido que duplicar y triplicar turnos de trabajo; algunos hasta 70 horas seguidas, sin relevos porque a sus compañeros les era imposible desplazarse. Con la ropa mojada, sin espacios para descansar, improvisando maneras para reducir las dificultades, como utilizando palés de maderas o planchas de metal para utilizarlas como quitanieves.

Valdemoro

"En Valdemoro los internos llevan cinco días sin pan por falta de suministro. Si pasa cualquier cosa ahí dentro se mueren", dice Marta Ruiz, preocupada. Su marido cumple condena en este penal. Es diabético y necesita insulina. También tienen problemas con el abastecimiento de medicinas.

950 personas entre funcionarios y reclusos han permanecido dos días completamente aislados en este centro, que poco a poco va recobrando la normalidad. Según ha informado desde Instituciones Penitenciarias: " funcionarios voluntarios y agentes forestales de la CAM, montaron un dispositivo lanzadera desde la localidad de Pinto hasta el centro para que pudieran completarse los relevos y ya se han recuperado las rutas de autobuses que trasladan a los trabajadores." 

Soto del Real

En Soto del Real también han estado aislados. Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) han estado este martes por la tarde limpiando los accesos con palas. Desde el domingo además han estado sin agua. Por eso han llenado cubos con hielo y los han puesto junto a los radiadores para poder utilizarla. 

El trabajador encargado del mantenimiento tuvo que ir andando desde Colmenar Viejo hasta la prisión para poder solventar el problema, con el canal de Isabel II. 

Estremera

En Estremera los familiares que acudieron a visitar a los presos durante la primera jornada del fin de semana  se quedaron atrapados. En los centros de Madrid I y Madrid II, en Alcalá de Henares, la UME tuvo que despejar las vías. 

Aranjuez

En Aranjuez algunos módulos han estado sin calefacción, con temperaturas bajo cero. También han tenido problemas con la electricidad, lo que ha provocado dificultades para abrir y cerrar las puertas de las celdas. 

Ocaña

Los familiares de los internos de la prisión toledaña de Ocaña I relatan que el problema es el teléfono: "no hay ninguna línea accesible. Da comunicando o no hay señal. Hemos llamado al Ayuntamiento, a la Policía Local y a la Guardia Civil. Nos dicen que no pueden hacer nada y seguimos sin saber nada de lo que ocurre dentro", comentan.

En Ocaña II también han tenido problemas con la línea de teléfono, cortes de luz, se han caído los techos de algunos talleres y es imposible aparcar debido a la acumulación de nieve y hielo en el suelo.