Payasos, malabaristas y acróbatas confinados en sus circos

En total han tenido que cancelar 400 funciones que tenían previstas durante la ruta
El gerente de la compañía asegura que pueden aguantar esta situación hasta septiembre como máximo
Reclaman ayudas al Gobierno ante la posibilidad de no poder volver a trabajar hasta Navidad
El confinamiento esta poniendo contra las cuerdas a muchos sectores. Entre ellos el de los circos. Acostumbrados a viajar de ciudad en ciudad, ahora se ven confinados sin saber cuando podrán volver a actuar. Es lo que le ha pasado a los trabajadores del Circo Quirós. Días antes de que se decretara el Estado de Alarma se encontraban en Ávila. “Esto nos lo veíamos venir, y menos mal que reaccionamos a tiempo”, nos cuenta Nacho Pedrera, gerente del Circo Quirós.
Decidieron empezar a desmontar las instalaciones, recoger los bártulos y regresar a Murcia. Una decisión difícil, reconocen, por la logística que implica mover un circo con capacidad para 1000 personas, 60 vehículos y 80 trabajadores. “Conseguimos organizarnos en menos de un día y es la mejor decisión que pudimos tomar”, aseguran. Se consideran afortunados de haber podido volver a tiempo. “Otros compañeros de otras compañías lo están pasando bastante mal”.
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Una vez en Murcia la mayoría regresaron a sus casas, pero en la nave donde guardan todo el material están confinados una treintena de trabajadores, entre ellos Vicente Quirós, el fundador de la compañía de 103 años. “Lo tenemos aislado y encerrado para que no le pase nada”, afirma el gerente. Para los trabajadores su día a día ahora pasa por los entrenamientos “son muy importantes porque no podemos perder el ritmo”, afirma Pedrera.
Entre malabares y acrobacias también sacan tiempo para la solidaridad. Por las tardes se dedican a coser mascarillas que junto a la Asociación Circos Reunidos están repartiendo por los hospitales, residencias y personal de seguridad. En total 50.000 mascarillas a las que hay que sumar la compra de 8.000 guantes y 1.000 pantallas de protección.

Saben que la temporada esta prácticamente perdida. Han cancelado más de 400 funciones que ya tenían programadas. De momento no han realizado ningún ERTE ni despedido a nadie aunque asumen que esta situación no podrán alargarla mucho más. “Podemos estar así hasta septiembre como máximo” asegura el gerente. Reclaman ayudas al Gobierno porque saben que serán de los últimos en volver a retomar la actividad. Tienen la esperanza puesta en la campaña de Navidad que empieza en noviembre.
“Compraremos camiones de ozono para desinfectar, mascarillas para el público, reduciremos aforo, lo que haga falta”, afirma Nacho. Lo cierto es que no saben que medidas les van a exigir para poder volver a abrir un circo que no veía su actividad interrumpida desde 1916.