El Hospital de Cruces es pionero en el tratamiento de los grandes quemados gracias a un derivado de la piña
La pomada desintegra la piel abrasada y respeta la sana en tan sólo cuatro horas
La cura se consigue en menos tiempo que con el tratamiento quirúrgico de toda la vida
Que la piña no es sólo para el verano ya lo sabíamos; y que sus altas propiedades depurativas nos ayudan a mantener la línea también. Cristóbal Colón la descubrió durante su segundo viaje al Caribe en 1493. Desde entonces, ha hecho las delicias de los más exquisitos paladares, pero ahora esta jugosa y exótica fruta se ha propuesto revolucionar el mundo de la medicina.
La piña, remedio para las grandes quemaduras
¿Cómo? Gracias a una combinación de concentrado de enzimas proteolíticas enriquecidas con la bromelina. Dicho para todos, por un derivado de su tallo que permite desintegrar la piel abrasada en tan sólo cuatro horas mientras se respeta la dermis sana. “Nos evitamos el paso en quirófano y lo realizamos en el propio box del paciente”, explica el Doctor Juanjo García, Jefe de Cirugía Plática y Grandes Quemados del Hospital de Cruces.

Tratamiento selectivo
Se aplica como una pomada sobre las quemaduras térmicas producidas por calor. De esta forma, lo que consigue es “comerse” el tejido muerto y respetar la piel nueva, de ahí que tal y como incide el Doctor García, estemos ante un tratamiento más selectivo porque “se lleva sólo la escada y queda, por lo tanto, zona de dermis por debajo que favorece la epitelización. Es decir, requiere menos necesidad de injertos a posteriori”. En resumen, la cura llega en menos tiempo que con el tratamiento quirúrgico de toda la vida.

El paso por el tan temido quirófano se reduce ahora al 20% de los pacientes. ¿Y quiénes son ellos? En su mayoría los que sufren quemaduras producidas por productos químicos o electricidad, aquellos que han visto afectadas sus prótesis u órganos vitales y los alérgicos a la piña u otras frutas específicas.
Recuperación a todo trapo
Por si todo esto fuera poco, entre el 70 y el 80% de estos grandes quemados pueden empezar a hacer una vida relativamente normal en apenas 15 días, mientras que de la manera clásica se podía retrasar el comienzo de la recuperación hasta más de un mes.
Y con la rehabilitación activa iniciada, el resto irá como la seda. Los pacientes podrán ya comer y lo que es aún más importante, relacionarse, porque tal y como insiste el Doctor García, “la relación con sus familiares es un apoyo psicológico fundamental para este tipo de pacientes”.
Hospital pionero
Estamos ante uno de los mayores avances en el tratamiento de grandes quemados del que el vizcaíno Hospital de Cruces en Barakaldo es pionero. Este Centro lleva menos de un año aplicando la Bromelina en sus pacientes. El año pasado, 48 personas permanecieron ingresadas en su Unidad de Grandes Quemados, sólo una falleció, consiguiendo, así, resultados más que satisfactorios.