El porno vengativo: violencia de género 3.0

Aumentan las publicaciones en Internet de vídeos eróticos íntimos sin consentimiento de la víctima
Una empresa especializada ofrece ya asesoría jurídica e informática a las víctimas de la ciberviolencia de género
Verónica fue víctima de la ciberviolencia de génerociberviolencia. Entre sus compañeros de trabajo corrió como la pólvora un vídeo íntimo de carácter erótico en el que ella era la protagonista, pero que no autorizó a difundir. El resultado, su suicidio. Como ella, son cada vez más mujeres las que sufren esta nueva dimensión de una violencia machista que no es ajena, ni mucho menos, a las nuevas tecnologías de la comunicación. La ciberviolencia de género.
Es un fenómeno relativamente reciente, y ya prácticamente masivo. Desde el Instituto Andaluz de la Mujer afirman que aún no hay estudio o informe que recoja un conteo de las mujeres que padecen en algún momento acoso o vejaciones a través de redes sociales, al menos en Andalucía, aunque sí aseguran que año tras año aumenta la cantidad de víctimas que solicitan ayuda al respecto.
MÁS
Una tendencia que rubrican desde Quantika 14 S.L, una empresa dedicada al peritaje informático y la orientación técnico-jurídica a las víctimas de esta violencia machista online, y que desde su fundación hasta el día de hoy se ha especializado en la materia, desbordada por la cantidad de mujeres que acudían solicitando sus servicios.
Es uno de sus tres socios fundadores, Jorge Coronado, quien pone nombre y apellidos a las maneras en las que esta ciberviolencia se está manifestando (de momento): “Son amenazas y chantajes de carácter machista a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea”. Una práctica a incluir en la radiografía de las nuevas manadas.
El porno vengativo, epicentro del problema
Este experto en ciberviolencia de género bautiza el fenómeno como porno vengativo. Lo que mató a Verónica. “Es la publicación por Whatsapp o páginas pornográficas de vídeos y fotos eróticos de una mujer cuya pareja o expareja sexual difunde sin consentimiento, con el único objetivo de hacerle daño”. El mismo daño que hace una bofetada, un insulto, un desprecio. Lo hizo La Manada con la chica de Pozoblanco, a la que grabaron en estado inconsciente mientras le realizaban diversos tocamientos de índole sexual.
Jorge nos ilustra. Su empresa realizó un estudio en el que cuantificó en 18 millones las personas que diariamente visitan páginas porno en España, pero lo grave fue la tendencia que halló en los comentarios de los vídeos allí alojados. “Se consume el vídeo y luego los usuarios comparten información de la actriz o la víctima en cada caso en los comentarios”.
Además, en ese estudio, Jorge Coronado recogió una encuesta en la que consumidores de porno reconocieron mayoritariamente ignorar si los vídeos que visionaban contaban con el permiso de la mujer para su publicación. “Les daba igual”, confiesa ese joven dedicado al peritaje informático.
Un problema que se puede prevenir
La globalización nos ha trasladado a un mundo de ritmos imposibles, de saltos en el espacio y de tiempos mínimos. Cómo escapar al ciberacoso cuando todos estamos expuestos en Internet. Perdemos la cuenta de cuántos sitios web nos han pedido nuestros datos personales para registrarnos, y no somos conscientes de lo fácil que es saber de nosotros para alguien desconocido. Internet es una red de la que no podemos escapar. Pero sí que podemos tonar nota de quienes saben cómo evitar que nuestra presencia en la red acabe suponiendo un menoscabo para nuestro honor o intimidad.
“Con educación sexual desde pequeños y formación en prevención primaria”. Así asegura Vanesa García, psicóloga experta en educación sexual, que se podría evitar ser víctima de la violencia machista en las redes sociales. “Nos enseñarían a mantener relaciones sexuales serias, consentidas y sin agresión ni violación, pero esta formación no existe en España”, lamenta.
En ese sentido apunta el Instituto Andaluz de la Mujer, que ya ha puesto a disposición de los docentes que lo requieran una guía didáctica en su página web. En el documento se recogen líneas de trabajo para los profesores orientadas a enseñar a los niños a detectar actitudes machistas y rechazar contenidos sexistas en las redes sociales.
Ese deber ser el primer paso de un camino arduo, la educación primaria. Comenzar a tomar conciencia de que la violencia de género 3.0 también se lleva vidas.