Bruselas pone a Villanueva del Arzobispo en la diana por su alta contaminación

Una fábrica de orujo y las estufas caseras que se alimentan de humo, culpables de las emisiones tóxicas
El pueblo de Jaén de 8.000 habitantes, 'punto negro' de la contaminación junto a Madrid, Barcelona y Granada
Europa ha puesto en el mapa un pequeño pueblo de la Sierra de Cazorla de Jaén. Entre campiña y olivos, el tiempo no parece discurrir entre sus estrechas calles, mientras sus ocho mil vecinos no terminan de salir del asombro. La Comisión Europea les ha señalado directamente: sus niveles de contaminación (dióxido de nitrógeno y partículas en suspensión) son casi equiparables a los de Madrid, Barcelona o Granada. A éstas las situamos en el mapa, pero el cuarto punto negro señalado por Bruselas que todo el mundo busca y pocos encuentran es Villanueva del Arzobispo.
Afirma Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace España, que las emisiones contaminantes que emite en exceso nuestro país provienen, fundamentalmente, de la quema de combustibles fósiles y del tráfico rodado.
Cuesta pensar, y de hecho es así, que este pequeño municipio de la Sierra de Cazorla la circulación de vehículos sea equiparable a la de la capital de España, así que hoy todos se preguntan cómo es posible que Villanueva del Arzobispo sea uno de los pueblos más contaminados de España.
Adrián ofrece una explicación al enigma que supone que un pequeño pueblo de la sierra jienense presente niveles de partículas en polvo tan nocivos como los que pueden tener las grandes capitales españolas:
- Una orografía muy particular. Imbuido en una campiña rodeada de montañas, la forma de olla del terreno provoca que las partículas en suspensión no pueda disiparse y se concentre en el centro de ese valle orográfico.
- Factores meteorológicos concretos. Villanueva del Arzobispo está al norte de Jaén, provincia donde la estabilidad meteorológica está presente durante la mayor parte del año. La ausencia de lluvia y viento, la estabilidad atmosférica al fin y al cabo, impide la limpia de esa boina de humo que determinados días al año cubre este pueblo.
- La combustión rural. Los vecinos del municipio siguen habituados a calentar sus hogares con estufas y utilizar para la quema de la oliva estufas de combustión rural, es decir, que utilizan madera y biomasa como combustible. Este tipo de combustión es la más perjudicial en lo que a la emisión de partículas PM10 y PM2.5 contaminantes se trata.
- La cercanía geográfica al norte de África. Hay días, más de los 18 al año que establece como límite la Comisión Europea, en lo que Villanueva del Arzobispo registra niveles de partículas en suspensión considerados nocivos. Algunos de ellos vienen derivados por la llegada del polvo del Sáhara.
- La fábrica de orujo. Viejo campo de batalla del pueblo contra la contaminación, la orujera que albergaba el casco urbano supuso un problema entre 2005 y 2008, hasta que fue trasladada a las afueras y cambió el combustible por gas natural.
Este compendio de factores han hecho de Villanueva del Arzobispo un pueblo hoy en boca de todos. Desde el consistorio aseguran que la suya no es una batalla nueva contra la contaminación, y que desde que tuvieron conocimiento en 2018 del expediente de la Comisión Europea están trabajando en revertir la situación de este pequeño punto negro en el mapa andaluz.