La ola silenciosa de covid, disparada: los indicadores que multiplican por cinco los datos oficiales


Los datos de Sanidad, que solo miden la incidencia en mayores de 60 años, muestran que los casos han subido hasta los 1.000 por 100.000
El cribado semanal con PCR que realiza la Universidad Complutense apunta una incidencia mucho mayor: 5.300 casos por 100.000
Los médicos de atención primaria alertan de una incidencia muy alta en sus consultas y califican la séptima ola de "casi fantasma”
“Ojos que no ven, corazón que no siente”. El refrán podría aplicarse a lo que está ocurriendo con la covid desde hace unos meses. No la vemos, y así parece que estamos más tranquilos pero, aunque no la veamos, está.
No la vemos porque, oficialmente, la pandemia se dio por acabada a finales de marzo. Desde entonces, Sanidad dejó de contabilizar los casos de forma general y se fueron relajando las medidas de protección, hasta acabar desapareciendo. Oficialmente, no había covid. Pero la realidad es tozuda y siempre acaba imponiéndose. Los casos reales, no oficiales, están disparados. De ahí que esta séptima ola se califique como “silenciosa”.
Los peores datos oficiales en meses
Es algo que podemos comprobar cada uno de nosotros en nuestro entorno, estos días (¿quién no tiene algún caso de covid cercano?). Y es algo que confirman los propios datos de Sanidad, aunque ya solo midan la incidencia en mayores de 60 años, al ser considerados grupo de riesgo. Los datos del viernes pasado fueron los peores en meses.
El informe del 1 de julio muestra una incidencia disparada, cercana a los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes. Y más de 10.000 hospitalizados, la cifra más alta desde mediados de febrero. Estos datos superan ya a los de la sexta ola, cuyo pico de incidencia fue de 856 casos. Y los ingresados en UCI también suman el mayor número en meses, con 449 pacientes.
Actualmente, eso sí, la covid ya no es lo que era: las personas que ingresan en los hospitales, ya sea “por covid” o “con covid”, son mayores de 80 años con patologías previas. Es decir, los mismos que ingresan por otras infecciones como la gripe o similares. Los más vulnerables. La infección por covid les complica la patología de base.
Un nuevo "tsunami": más de 5.000 casos por 100.000
Si la incidencia de covid está así entre los mayores de 60 años, es de suponer que entre la población por debajo de esa edad, donde hay mucha más interacción social, será mucho mayor. Y, suposiciones aparte, hay indicadores “no oficiales” que lo confirman. Por ejemplo, los 5.300 positivos por 100.000 detectados por el proyecto 'COVID-LOT', que puso en marcha la Universidad Complutense hace año y medio.
Se trata de cribados aleatorios y semanales, mediante PCR de saliva, a alumnos, profesores y personal de la universidad. Un rastreo de la población universitaria que funciona como alerta temprana para evitar brotes y como muestra de lo que puede estar ocurriendo en la población general de la comunidad de Madrid. El proyecto lo puso en marcha el profesor y bioquímico Jesús Pérez Gil cuando era decano de la Facultad de Biológicas. Este lunes, él mismo hacía público el dato en su cuenta de Twitter, advirtiendo: “Hemos superado al tsunami ómicron de principios de año”.
Hace semanas que no dábamos información de lo que vemos en nuestro CovidLot de @unicomplutense. Tras semanas de crecimiento sostenido, esta semana hemos superado los 5300 casos positivos nuevos por 100k, ¡más del 5%!
— Jesus Perez Gil (@birloque) 1 de julio de 2022
Hemos superado al tsunami ómicron de principios de año
Una de las respuestas a su tuit plantea una analogía que ilustra muy bien lo que puede estar pasando. “Es como si quitaran de repente todas las señales de tráfico de las carreteras y dejarán de dar datos de los accidentes de tráfico”. Seguiría habiendo accidentes -de hecho habría más-, pero no lo sabríamos.
Incidencia real en las consultas de atención primaria
Pero hay más indicadores no oficiales de lo que está ocurriendo. Los médicos de atención primaria han dado la voz de alarma, este lunes, ante lo que consideran ya una “octava ola” de covid, tras pasar “una séptima casi fantasma”, en palabras del portavoz de la SEMG, Lorenzo Armenteros. ¿Por qué? Por la incidencia real tan alta que están viendo en sus consultas.
"Ese pico que se está dando en las dos últimas semanas podría indicarnos que hay una nueva ola en ciernes y ya está empezando a subir", explica. Y pide recuperar la mascarilla en interiores, al igual que lo ha hecho la propia ministra de Sanidad.
Entre otras cosas, porque Armenteros recuerda que la variante que domina los contagios ahora mismo, BA.5, es una versión de ómicron mucho más contagiosa todavía que las anteriores. “BA.5 es muy infecciosa y la sintomatología es mayor, lo que obliga a ir a consultas de Atención Primaria y a un mayor ingreso hospitalario. Las variantes no son iguales y no se deben tratar de la misma manera", advierte el portavoz de los médicos de familia.
Covid-22: más contagiosa y menos grave
Lo que ya parece claro es que el SARS-CoV-2 ha acelerado su evolución y sus nuevas variantes se están imponiendo, en España y fuera de España, siendo responsables del repunte de los contagios. BA.4 y BA.5 despegaron a principios de mayo y se dispararon, literalmente, durante el mes de junio. ¿Por qué?
Porque son más contagiosas. Evaden mejor la respuesta inmune que hemos generado por las vacunas o la infección con variantes anteriores. Incluso están generando reinfecciones en personas que se infectaron, hace poco, con ómicron BA.1 y BA.2. Esto no había ocurrido hasta ahora, siendo la misma variante. Es decir, BA.2 no conseguía infectar a alguien inmunizado con BA.1. Pero estas subvariantes actuales de ómicron sí lo están consiguiendo.
De ahí que muchos hablen ya de la 'covid-22', es decir, la provocada por estas nuevas versiones de ómicron: una infección mucho más contagiosa, aunque menos grave que las anteriores. Si a esto le sumamos la falta de medidas de protección, como la mascarilla, durante los últimos meses, y la mayor interacción social como consecuencia del buen tiempo, es fácil entender esa subida imparable de la incidencia. Aunque no la veamos.