Radiografía del aumento de suicidios en España: "Las consecuencias de la pandemia se están viendo ahora y va a ir a peor"

En 2021 se superó la barrera de los 4.000 suicidios, y 2022 arrancó con datos aún peores: “No hay pandemia, pero sí una gran incertidumbre a futuro"
Los psicólogos advierten de la combinación de pandemia y redes sociales: "Estamos accediendo a una nueva forma de relacionarnos. Y se han dado muchas circunstancias que fomentan la introversión, la angustia, la falta de comunicación"
"Este año, estamos recibiendo llamadas de personas pidiendo ayuda de forma continua, lo vemos peor que el año pasado"
4.003 personas se suicidaron en España en 2021. Nunca antes se había superado la barrera de los 4.000 suicidios en un año. El peor, hasta ahora, había sido 2020. Durante el primer año de pandemia, 3.941 personas se quitaron la vida en España: más de 11 personas al día. Ahora, los datos que arroja el INE son demoledores: en 2021, los suicidios aumentaron todavía más, un 1,6%. Y lo peor es que 2022 apunta a superarlo.
Los datos correspondientes a la primera mitad de este año son los peores registrados por el INE en ese período. Y la realidad que ven los psicólogos en sus consultas lo confirma. “Este año, estamos recibiendo llamadas de personas pidiendo ayuda de forma continua, se están produciendo muchos suicidios, incluso más que el año pasado”, advierte Eva Montero, psicóloga clínica y coordinadora de los grupos de suicidio en la asociación Alaia.
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Habla de su sensación, de lo que ve cada día en su consulta y las de sus colegas. Pero, desde la experiencia que le da toda una vida dedicada a esto, es rotunda: “Este año lo vemos peor que el pasado. Estoy segura de que, al final de 2022, cuando salgan los datos, van a ser superiores, bastante superiores a los del año pasado”. ¿Qué está pasando?
Pandemia y mayor uso de las redes
Las causas de este ascenso imparable de los suicidios en España, como en casi todo, son multifactoriales. Pero hay algo que los psicólogos ven claro. “Las consecuencias de la pandemia se están viendo ahora. El aislamiento y empeoramiento de la salud mental que generó está trayendo más suicidios ahora”.
Pero no es sólo la pandemia, hay algo más, que ya estaba ahí. “Desde la pandemia, hemos empezado a usar más las redes sociales, que es una forma de comunicación que a veces es saludable pero otras veces no es nada conveniente”. En opinión de Montero, estaríamos viendo ahora las consecuencias de un cóctel explosivo: el aumento de la comunicación virtual, que ya existía, y la propia pandemia.
Hablamos de factores relacionados con “el aislamiento, la inseguridad, la incertidumbre, lo complejas que se han vuelto las relaciones sociales… Estamos accediendo a una nueva forma de relacionarnos, de estar con los otros. Y se han dado muchas circunstancias que fomentan mucho la introversión, la angustia, la falta de comunicación. Uno entra poco a poco en una crisis, pero lleva un desarrollo, pasa un tiempo hasta que va empeorando. Mucho de que se está viviendo ahora es consecuencia de los cambios sociales iniciados hace un par de años”.
No hay pandemia, pero sí una gran incertidumbre
Y todo esto nos deja los peores datos de suicidios desde la crisis de hace diez años. La evolución se ve muy bien en esta gráfica, elaborada con los datos del INE hasta el primer semestre de este año.

A raíz de la crisis económica de 2008, la curva de suicidios registra una importante subida. Luego baja, pero desde 2015 empieza a subir otra vez, aunque paulatinamente. Ahora, la subida es más pronunciada. Los datos del INE que conocíamos ayer corresponden a todo el año 2021 y al primer semestre de 2022. Es decir, son suicidios registrados, en su mayoría, cuando todavía estábamos en pandemia, el año pasado.
Pero también en los primeros seis meses de este año, en que la pandemia ya se dio por acabada y hubo un relajamiento social y cierta vuelta a la normalidad. Aun así, el suicidio se ha mantenido como primera causa de muerte externa, con 2.015 fallecimientos en seis meses. Es un 5,1% más que en el mismo periodo del año anterior. ¿Por qué?
“No hay pandemia, pero sí una gran incertidumbre a futuro. Caminamos hacia una sociedad distópica, en la que el sistema es mucho más complicado, y acarrea muchos problemas de salud mental”, advierte Montero. “Es una sociedad carente de objetivos, no va encauzada en ningún sentido. La gente actúa bajo el miedo y la preocupación, pero con poca perspectiva de futuro. Ve un futuro muy incierto y, ante eso, es normal que mucha gente sufra y se sienta mal. La pandemia ha sido un factor muy importante, pero la dirección en la que avanza la sociedad también lo es”, explica la psicóloga.
Y apunta algo más. Hay mucha gente que sufre y lo pasa mal, pero la respuesta no está siendo suficiente. “Han aumentado mucho los problemas de salud mental, pero no hay un buen sistema para afrontarlos desde lo público. Hay muchas personas desatendidas, que tienen que esperar muchos meses para una primera entrevista, y a lo mejor están con problemas urgentes. Se están haciendo esfuerzos por cambiar las cosas, pero hasta que lleguen a mostrar sus frutos falta mucho tiempo”.
No hay futuro, "cunde el desánimo"
Hace falta más tiempo, pero el problema no es nuevo. Desde 2008, el suicidio es la primera causa de muerte externa en España, por delante de los accidentes de tráfico o los ahogamientos. Y 15 años después, lo sigue siendo. Un panorama que, en opinión de quienes se dedican a esto, no tiene visos de cambiar a corto plazo. Montero cree que, “a medida que la sociedad se vaya volviendo más compleja, durante un tiempo van a seguir subiendo”. Y lo achaca al “sinsentido en el que nos vamos manejando en la sociedad actual, y la falta de perspectiva de futuro”.
El problema es, sobre todo, la incertidumbre, dice. “En el pasado, teníamos peores condiciones de vida, peor cubiertas las necesidades, y el suicidio era menor”. Pero con respecto a esa incertidumbre que no estamos sabiendo manejar, hay una edad en la que preocupa especialmente el riesgo de suicidio.
“Una edad en la que hay mucho riesgo son los 18 años. Hay mucha presión en los estudios, un factor de angustia brutal y un nivel de exigencia muy grande”. ¿No lo ha habido siempre? “Sí, pero ahora es como si todo fuera imposible, cunde mucho el desánimo en el mundo actual. A esa edad, te dicen que nunca vas a tener un contrato fijo, ni una casa, ni seguridad social, que no vas a llegar a nada… Eso merma mucho la seguridad y la autoestima, que son muy importantes para una estabilidad emocional”.
Aumentan los suicidios en menores, "muy abandonados y muy solos"
Si vemos los datos desagregados por edades, la evolución negativa se refleja en las diferentes franjas de edad. Entre los menores de 15 años es especialmente preocupante. Comparando sólo el primer semestre del año, en 2021 hubo 13 suicidios. Es casi el doble de los siete que se registraron en el mismo período de 2020. Mirando más atrás, en los quince años anteriores sólo se había superado la media docena de suicidios en tres ocasiones. Lo vemos en el siguiente gráfico.

En opinión de Montero, el caso de los menores tiene mucho que ver “con el uso de las redes sociales de forma incontrolada. Los adolescentes están teniendo acceso a una cantidad de información enorme, que muchas veces no les beneficia. Tienen acceso a todo, son amenazados, consumen pornografía, están en contacto con gente que muchas veces no sabemos quién es, en plena búsqueda de su personalidad. Están muy abandonados y muy solos, en un mundo virtual que no tiene nada que ver con lo que hay fuera”.
Explica la psicóloga que, en muchos casos, los problemas “tienen que ver con el bullying, que se ha potenciado muchísimo a través de las redes. A través de las pantallas, explica, "es muy fácil hacer daño, que alguien se sienta muy herido, pero es muy difícil controlarlo”.
En la franja de edad de los 15 a los 39 años, la evolución es igual de preocupante. Los suicidios van al alza en los últimos cuatro años. Entre enero y junio de 2022 se suicidaron 362 personas de estas edades. En los mismos meses de 2021 fueron 317. Para ver datos peores en esta franja de edad, hay que retroceder de nuevo hasta los peores años de la crisis económica.
Se suicidan más los hombres que las mujeres
Y hay algo más. Los datos más recientes, los de la primera mitad de 2022, muestran que el suicidio afecta más a los hombres: 1.481 varones se quitaron la vida, frente a 534 mujeres.
“Esto siempre es así”, asegura Montero. “Siempre se suicidan muchos más hombres, aunque lo intentan más las mujeres. Ellas registran más intentos pero lo consuman menos que los hombres”. ¿Por qué? “Porque suelen elegir métodos más ‘suaves’ que los hombres. A veces, el método es tan lento que hace que te puedas arrepentir. Los hombres son más impulsivos”, explica la psicóloga.
Pero no es sólo el método. Es también el tipo de relaciones que establecen unos y otras. “Las mujeres tendemos a ser más extrovertidas y hacemos más lazo social. Hablamos más de nuestros problemas que los hombres. Y la gestión emocional evita el suicidio. Nos cuesta más irnos de este mundo”.
Aunque cada suicidio es distinto, advierte, y no hay ningún patrón, los psicólogos constatan que a veces, cuando son suicidios masculinos, “se marchan sin que se sospechara”. Esto ocurre en algunas mujeres también, “pero en menor proporción”.
La realidad que no muestran las estadísticas
Montero advierte de algo más, y preocupante, en un panorama ya de por sí sombrío. “Las cifras de suicidios, en muchos casos, son superiores a las que se dan. Porque para que se considere suicidio se tienen que dar una serie de requisitos”. Es decir, que la realidad siempre puede ser peor. “La realidad siempre ha sido superior a las cifras que se exponen”, asegura tajante.
Ella misma explica casos claros de suicidios que les llegan a la asociación, pero no han sido calificados como tales. “Hay un exceso de muertes, y estoy segura de que muchas de ellas son suicidios, aunque no sea vean catalogados como tales”, advierte.
Muchas veces no quedan reflejados así por deseo de la propia familia, explica, porque sigue habiendo un estigma importante en este tema. “El suicidio es algo que se oculta y de lo que se habla con mucha dificultad. Quizá ahora se hable más, pero una vez que sucede es algo que no se expresa en libertad, todavía se juzga mucho. Y el suicidio es un problema de todos, en el que estamos todos involucrados”. No hay recetas para combatirlo, pero ella aporta su consejo: “Hacer lazo social, sobre todo. Estar más con los otros. Pero hacer lazos profundos, involucrarnos de verdad con los demás”.