La mascarilla en el transporte ya "no tenía sentido", pero se sigue recomendando en estos casos


La menor presión hospitalaria, la bajada de casos de coronavirus, así como el gran número de vacunados aconsejaba esta medida
Alemania dejará de obligar a llevarla en transporte público a partir del 2 de febrero
El resto de países europeos, excepto Grecia, no la exigen desde hace meses
Con la mejora de los datos de presión hospitalaria y la bajada de casos de coronavirus la mascarilla deja de ser obligatoria en el transporte público en España, según ha anunciado este jueves la ministra de Sanidad, Carolina Darias. Seguirá siendo obligatoria por lo tanto en hospitales, centros de salud, farmacias, ópticas o clínicas dentales. La medida entrará en vigor previsiblemente el día a su aprobación en el Consejo de Ministros el próximo 7 de febrero, aunque Darias no lo ha precisado.
Este miércoles, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ya adelantó que la retirada de la mascarilla en el transporte público sería "la semana que viene o la siguiente". Alemania, uno de los pocos países que junto a España y Grecia mantenía esta medida, también ha anunciado que dejará de ser necesaria en trenes y autobuses a partir del 2 de febrero.
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Una medida que hace tiempo que se debía haber tomado, según varios expertos llevan comentando a NIUS desde hace meses. Su uso dejó de exigirse en el exterior hace un año y, aunque es cierto que según varios estudios el empleo de mascarillas evita la transmisión del virus, la situación epidemiológica actual difiere de cuando se decidió su empleo en espacios cerrados.
"No tenía sentido mantener la medida"
De hecho, el epidemiólogo Salvador Peiró, considera que "España tiene una población muy vacunada y muy infectada, y lo previsible es que la incidencia de covid-19 se mantenga estable en los próximos meses", y que por tanto es "razonable retirar esta restricción", excepto en "centros sanitarios o si la persona manifiesta síntomas respiratorios".
Una opinión que coincide con la de José Gómez Rial, inmunólogo del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, que aconsejaba en septiembre mantenerla en concentraciones de población o si acaso "solo en horario punta".
También hay quien considera, como el epidemiólogo Pedro Gullón Tosio, que es una buena medida retirarla del transporte público porque indirectamente se "podía incitar a los usuarios a usar sus coches" lo que es contraproducente para el cambio climático, además de que: "Es una medida no farmacológica con un efecto muy pequeño cuando se usa en solitario. Es decir, en la situación de España, donde no existían prácticamente otras medidas no farmacológicas en marcha en estos momentos, no tenía sentido mantenerlas", explica.
"Dejarlo a libre elección"
Por su parte la catedrática de Inmunología en la Universidad de Vigo, África González, recomendaba en NIUS quitar las mascarillas para ir flexibilizando medidas, dejando un poco de libertad de elección: "Estamos en un momento de ir dejando cosas de forma voluntaria, si una persona quiere seguir usando mascarilla que lo haga, pero yo creo que ha llegado el momento de ir flexibilizando medidas".
El epidemiólogo y pediatra Quique Bassat, quien asesoró al Gobierno para la vuelta al colegio, también hace meses que considera que la mejora de los datos permiten que se deje de usar en espacios interiores, aunque como el resto de expertos si la mantendría en centros sanitarios y centros de mayores, además de ser recomendable si se sufre algún síntoma que podría indicar que sufrimos algún tipo de infección respiratoria.