Alcaldes, jefes de policía y familiares, el perfil de los que "han aprovechado" la dosis sobrante de las vacunas

Todas las vacunaciones irregulares están siendo investigadas y podrían ser sancionadas
Si sobran vacunas, hay que informar a las autoridades sanitarias y devolverlas
La lista es larga. Cada vez más. La estupefacción, mayúscula. Alcaldes, jefes de policía, directivos sanitarios, familiares "de"… Personas que no están dentro de los grupos de vacunación prioritarios, pero que ya se han vacunado. ¿Abusando de su situación de poder? Ellos aseguran que no, que fue para no desperdiciar las "vacunas sobrantes". Esa sexta dosis extra que depende del sanitario que ponga la vacuna.
Más allá de las casuísticas y de los casos concretos, estos episodios comparten pautas que se repiten.
- Se utilizan, supuestamente, dosis sobrantes.
- Se inyectan a gente con poder o a sus allegados. En ninguno de los casos se ha inoculado a alguien aleatorio, alguien de riesgo que casualmente pasaba por allí y quiso vacunarse contra la covid-19.
Lo que está claro es que esta forma de hacer las cosas "no está bien", aseguran fuentes sanitarias. Vacunaciones irregulares que están siendo investigadas y que pueden ser fruto de sanciones económicas como a las que se enfrenta la residencia de Valdemoro, en Madrid.
Informar y devolver las vacunas sobrantes
Fue uno de los primeros casos en conocerse. El centro Valdesur, tal y como reconoció en un comunicado, vacunó a varios sacerdotes asiduos, voluntarios y familiares de algunos empleados “para aprovechar” las dosis recibidas. La residencia, de carácter concertado, tiene abierto un expediente informativo por la Comunidad de Madrid y se enfrenta a una multa de entre 3.000 y 15.000 euros. No se descarta tampoco que la sanción pueda ir más allá de la vía administrativa.
Si sobran vacunas, hay que informar a las autoridades sanitarias y devolverlas. El personal que las inyecta puede determinar si aprovecha o no esa sexta dosis extra que hay en el bote de la vacuna de Pfizer. Para ello debe tener el material adecuado. El inconveniente es que la vacuna sobrante de Pfizer aguanta seis horas y no debe nunca volverse a congelar. Esta premura es la que aducen algunos de los "aprovechados".
Lo que no está contemplado en ningún sitio es que pueda decidir a quién vacunar de forma extra, máxime cuando todavía no se ha terminado de inocular la primera dosis al primer grupo de vacunación: residentes, trabajadores de centros de mayores y sanitarios de primera línea.
Cinco alcaldes y un edil
Otro de los casos más sonoros ha sido el de los tres alcaldes socialistas de la Comunidad Valenciana. Dos de ellos, matrimonio.
Se trata de Carolina Vives, alcaldesa de Els Poblets, y de Ximo Coll, alcalde de El Verger. "Nos llamaron porque había unas vacunas sobrantes, de personas que o bien estaban en cuarentena o tenían miedo a ponérsela", aseguran a NIUS. Después de pasar la criba con farmacéuticos, guardias civiles o dentistas, explican que contactaron con ellos porque consideraron que estaban dentro del perfil "ya que son los máximos responsables de las residencias en sus municipios". No son de riesgo pero, dicen, están haciendo cosas de riesgo y "para no proyectar el virus" han decidido vacunarse.
Una conducta que para el alcalde "no supone ningún privilegio", pero que ya se está investigando por "irregular", ha dicho el también socialista presidente valenciano, Ximo Puig.
El alcalde de Rafelbunyol pide disculpas
Quien sí ha pedido disculpas ha sido el alcalde de Rafelbunyol, Fran López. El edil valenciano ha explicado que le propusieron administrarle una dosis cuando acudió a la primera jornada de vacunación y aceptó porque pensó que "ayudaba a dar una sensación de confianza, tranquilidad y seguridad a la ciudadanía". "Visto con perspectiva, no fue la mejor decisión. Si alguna persona se siente ofendida, lo entiendo y pido disculpas" declaró Fran López este viernes a Europa Press.
La oposición pide dimisiones. Sus casos están siendo investigados por la Generalitat junto con la vacunación irregular de policías locales, guardias civiles y varios funcionarios de la provincia de Alicante. En total quince personas. Ninguna de ellas pertenecientes a los grupos prioritarios de vacunación de la primera fase.
Torrecampo y Riudoms
En Torrecampo, Córdoba, también ha sido la alcaldesa la que 'se ha saltado el orden de lista' y se ha inyectado ya la primera dosis de la vacuna. Francisca Alamillo, del PSOE, ha explicado que es porque es presidenta de la residencia a la que va todas las semanas. Sobraban dos vacunas y le llamaron a ella.
Una explicación similar a la dada por el regidor de Riudoms (Tarragona), Sergi Pedret. Él y uno de sus ediles de Junts per Catalunya, recibieron las dosis sobrantes en el geriátrico del municipio.
Ofrecimientos por parte de un personal médico que, en muchos casos, no quiere perder las dosis en un proceso de vacunación que está siendo inédito y difícil, no solo por la forma de manipular la vacuna, sino también por la urgencia de la situación, con la tercera ola ya encima. Aunque desde la comunidad sanitaria no se juzga tanto este ofrecimiento, como el hecho de que los dirigentes políticos municipales no declinen esta invitación por razones éticas.
En otros casos, el malestar es más subjetivo. O no. En Baleares, por ejemplo, la polémica ha surgido después de que algunos directivos de hospitales públicos se hayan inmunizado contra la covid-19, antes incluso que sanitarios de primera línea. Situaciones, otras, que no dejan lugar a la duda, como es el caso de las enfermeras de Tarragona que quitaron las dosis a cinco residentes para inyectárselas a sus familiares.