Una aplicación móvil capaz de predecir la epilepsia: los esfuerzos de un padre por hacer más llevadera la enfermedad a pacientes y familias

David Blánquez, padre de una joven con epilepsia, ha diseñado el dispositivo mjn-SERAS para predecir las crisis provocadas por la epilepsia hasta tres minutos antes
El mjn-SERAS procesa la actividad cerebral y envía la información a una aplicación móvil que alerta a los usuarios con un mensaje visual y sonoro
La mitad de los adultos con epilepsia presentan otros problemas de salud como la depresión y la ansiedad
A Marina le diagnosticaron epilepsia cuando solo tenía dos años. Desde hace más de una década, los esfuerzos de su padre, David Blánquez, se han centrando en diseñar una aplicación móvil capaz de hacer más llevadero el día a día y ayudar a los casi 50 millones de pacientes afectados por la enfermedad en el mundo y a sus familiares.
David Blánquez es ingeniero industrial. Su motivación ha sido una "necesidad personal" al tener que lidiar en el hogar con los problemas asociados a las crisis derivadas de la epilepsia. Tras años de dedicación, el próximo 21 de noviembre sacará al mercado el dispositivo 'mjn-SERAS', que permite predecir las crisis hasta tres minutos antes de que se produzcan.
El sistema diseñado consiste en un auricular, hecho a medida del usuario, que recoge la actividad eléctrica del cerebro y la transmite a través de bluetooth a una aplicación móvil instalada en el teléfono. Los algoritmos de inteligencia artificial se encargan de procesar la información para determinar el riesgo de sufrir una crisis. Si el riesgo es elevado, un aviso sonoro y visual llega al teléfono móvil para advertir de la situación.
"El problema de la epilepsia es que no sabes cuando se puede dar una crisis. La persona afectada pueden estar en la calle, el colegio, la cocina, etc. Las convulsiones a menudo acaban en golpes y provocan un problema todavía mayor", explica Blánquez.
El objetivo principal es poder actuar para hacer más llevadera la crisis. "No se trata de evitar que se produzca, sino de saber cuándo va a tener lugar para adoptar medidas", añade este padre que en 2009 decidió dedicar todos sus esfuerzos a fundar la startup ‘mjn Neuro’, con sede en Blanes (Girona).
"No hablaba de mi epilepsia"
"Queremos siempre proteger a la persona lo máximo posible y acaba condicionando al completo el día a día. Tienes que estar siempre al lado y esto limita muchísimo la vida de todo el entorno", apunta.
Como para muchas familias afectadas, la enfermedad acabó traduciéndose en estrés y ansiedad para Marina y sus padres. Según explica David, aproximadamente la mitad de los adultos con epilepsia tienen al menos otro problema de salud. Los trastornos psiquiátricos, como la depresión y la ansiedad, empeoran las crisis y reducen la calidad de vida.
Con todo ello, la epilepsia tiene importantes repercusiones económicas, tanto por la atención sanitaria que requiere como por la pérdida de productividad laboral.
"Tenía que ir a todos lados con mis padres. He tenido ataques de epilepsia en clase, competiciones deportivas o en casa de amigos. Al final no hablaba de mi enfermedad si no tenía confianza. Me daba miedo. Solo se lo contaba a mis mejores amigas", confiesa Marina. Durante años, asegura que ha echado de menos poder "llevar una vida normal" por el miedo a sufrir una crisis.
Aún en la actualidad, la epilepsia constituye una enfermedad llena de incógnitas y cargada de estigmas sociales. La estigmatización puede hacer que los afectados no busquen tratamiento y tiene consecuencias para la calidad de vida y la integración social.