'Asesores COVID' recorren los locales de hostelería de Pontevedra detectando y corrigiendo errores


Realizan una especie de preITV en los negocios, comprobando si la distancia entre las mesas o si la desinfección de las superficies es la correcta
También resuelven las dudas relativas a la normativa que pueden tener los propietarios de los establecimientos
Es una iniciativa de la Federación de Hostelería de Pontevedra y los asesores, cinco en total, están recorriendo las zonas más turísticas de la provincia
En Vigo (Pontevedra) muchos ya les conocen. Los han visto recorriendo estos días los bares, restaurantes, cafeterías y hoteles de la ciudad. Van vestidos con un polo identificativo, de color negro. Parecen inspectores. Pero no lo son. Su título es el de 'consultores COVID'.
Porque su función es esa. Resolver las consultas y las dudas que tienen los propietarios de los locales. También los asesoran, corrigiendo descuidos en el cumplimiento de la normativa sanitaria. Realizan una especie de preITV en los establecimientos. “Hay muchas normas nuevas, que cambian cada poco tiempo... Y aunque los hosteleros han hecho formaciones y cursillos específicos, hay cosas que desde el punto de vista práctico se les pueden escapar”, comenta César Ballesteros, el presidente de la Federación de Hostelería de Pontevedra.
Nada más llegar a los locales, los asesores COVID comprueban a través de una check list que el local cumple todas las normas establecidas por las autoridades sanitarias. Comprueban, por ejemplo, si el número de mesas que tienen en la terraza y la distancia que hay entre ellas es el correcto. Si se desinfecta el mobiliario adecuadamente antes de que los clientes se sienten y si las cartas se entregan desinfectadas. También si hay gel hidroalcohólico en la entrada de los locales o si el personal utiliza correctamente la mascarilla. “Les explicamos cada cuánto tiempo tienen que cambiársela y les aconsejamos que, por seguridad, utilicen las FFP2. También, por ejemplo, que deben hacer las desinfecciones con papel desechable y no con trapos”, comenta Ballesteros.
En la inspección hasta miran si los desinfectantes que utilizan se encuentran entre los autorizados por el Ministerio de Sanidad y si los aseos y el sistema de ventilación del local son los adecuados. “Se trata de educar, de comprobar que todo funciona correctamente por seguridad y, también, para evitar posibles sanciones”, explica el presidente provincial de los hosteleros.
Entre los errores típicos: poner tapas compartidas
En las rondas que los 'consultores COVID' han hecho por esta ciudad gallega apenas se han encontrado errores graves. Pero sí algunas malas prácticas muy extendidas. Una de ellas es no desinfectar la parte inferior de los reposabrazos de las sillas. “Los clientes las agarran con las manos para moverlas y es algo que hay que desinfectar porque es una superficie de contacto”, comenta Ballesteros.
Otro de los despistes habituales se produce al poner las tapas. “Nos hemos encontrado con hosteleros que servían los cacahuetes en un mismo recipiente, con el fin de que varias personas sentadas en una misma mesa los compartieran. Eso no puede hacerse. Les explicamos que deben servirlos en pequeños cuencos individuales”, explica.
También dan a los responsables de los locales consejos para trasladar a la clientela cuando varias personas comparten elementos, como botellas, en una misma mesa. “No significa que el camarero tenga que servir el vino cada vez que los comensales quieran llenar la copa. Pero sí puede recomendar a los clientes que sea solo uno el que sirva a los demás para evitar que todos la toquen”, dice.
Sin cita y por las zonas de más afluencia
Estos asesores, cinco en total, han empezado su trabajo recorriendo los locales de Vigo. Pero en los próximos días visitarán otras localidades, como Baiona. “El objetivo es visitar los puntos que tienen una mayor afluencia de personas. Sobre todo, las zonas más turísticas de la provincia de Pontevedra”, comenta el presidente de los hosteleros pontevedreses.
Se presentan sin cita y su actuación está causando el agrado generalizado de los propietarios de los locales. Porque sus controles no acaban, en ningún caso, en multa. Ellos son inspectores 'amigo'.