Congeladores a menos 120 grados: nitrógeno líquido para almacenar la vacuna de Pfizer en España


España se prepara a gran escala para almacenar las dosis de la vacuna contra la COVID-19 adquiridas a Pfizer
Algunos negocios, como las clínicas de reproducción asistida, cuentan con sistemas de frío similares en los que albergan embriones congelados
Estos sistemas utilizan nitrógeno líquido para conseguir temperaturas por debajo de los -120 grados
Desde que se hiciera oficial el anuncio de que la vacuna para el coronavirus que desarrolla la farmacéutica estadounidense Pfizer ha presentado un 90% de eficacia, los países de la Unión Europea ultiman detalles para adquirir millones de dosis y preparar la logística de transporte y almacenamiento de las mismas.
En España, algunas comunidades autónomas como Andalucía han dado sus primeros pasos en la carrera por obtener la vacuna cuanto antes. El propio Consejero de Salud andaluz, Jesús Aguirre, explicaba este martes en rueda de prensa que la Junta de Andalucía había aprobado una compra de 25 millones de jeringas específicas para suministrar la vacuna, mientras que el presidente, Juanma Moreno, confirmaba que estaban trabajando para proveerse de frigoríficos donde almacenar las vacunas. Sin embargo, respetar la cadena de frío para que una vacuna no pierda su efectividad no resulta sencillo. Algunos negocios que trabajan con sistemas de almacenamiento en frío extremo, como las clínicas de reproducción asistida, muestran a NIUS cómo serán los grandes congeladores, conocidos en el argot como cántaras, donde se almacenará la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer.

“La clave para mantener la eficacia de cualquier organismo que se congela a extrema baja temperatura es mantener la cadena de frío en todo momento”, asegura a NIUS María Hebles, Responsable del Laboratorio de Reproducción Asistida ‘Ginemed’ de Sevilla. Esta clínica utiliza un sistema de almacenamiento en cántaras con nitrógeno líquido que puede alcanzar hasta los -196 grados centígrados para congelar embriones. Según anunció la propia Pfizer, su vacuna necesitará -80 grados para no perder eficacia: “Para esa temperatura estimo que no será necesario utilizar nitrógeno líquido, pero sí refrigeradores muy potentes”, afirma Hebles.

Bien en cántaras como las que se utilizan en clínicas como esta, o en refrigeradores más parecidos a los que tenemos en casa, las dosis de la vacuna deberán permanecer siempre en los niveles ambientales de temperatura y humedad que marque la farmacéutica, y estos sistemas de frío deberán incluir un panel de monitorización de esas variantes y una alarma que se activará en caso de que éstas caigan por debajo del nivel requerido. Para mantener las dosis en frío durante su transporte, ya sea por tierra o aire, se deberán introducir en refrigeradores más pequeños pero igualmente potentes y que cumplan con esas mismas características. Existen medios de transporte adaptados específicamente para esa labor.
Sólo personal técnico puede operar estos sistemas
El proceso de transporte y almacenamiento, tal y como asegura Hebles, deberá estar supervisado en todo momento por personal cualificado. Suelen ser biólogos especializados en esa tarea, o responsables de laboratorio con la formación precisa, los que operan con organismos, ya sea vacunas o gametos congelados, a tan bajas temperaturas. En el caso de trabajar con nitrógeno líquido, las precauciones se extreman: “Se debe trabajar siempre con guantes y gafas de protección porque el nitrógeno es corrosivo”, asegura esta técnico responsable de laboratorio. Además, las habitaciones que alberguen cántaras de nitrógeno liquido deben incluir un sistema de monitorización del oxígeno ambiental, ya que el nitrógeno consume oxígeno al entrar ambos elementos en contacto.

Todo pasa por mantener la cadena de frío por debajo de esos -80 grados para que la futura vacuna no pierda eficacia. El Ministro de Ciencia, Pedro Duque, ha manifestado ya que España está preparada para recibir, almacenar y distribuir las dosis que se vayan adquiriendo en perfectas condiciones.