Cómo una asintomática se subió a un ascensor y desencadenó 71 contagios de coronavirus


Los contagios se dispararon cuando uno de los infectados presintomáticos fue ingresado por un ictus en un hospital
El 19 de marzo una mujer regresó de Estados Unidos a la provincia china de Heilongjiang donde, hasta esa fecha, no se había detectado ningún caso de coronavirus. El 9 de abril se notificaron cuatro casos. Trece días después ya se habían diagnosticado 71 positivos.
Los investigadores chinos han reconstruido la cadena de transmisión de este brote y han llegado hasta la paciente índice del brote a la que denominan A0: la mujer que había regresado de Estados Unidos, una paciente asintomática.
Pero quizá lo más sorprendente no es tanto que la paciente A0 fuera asintomática sino que no tuvo un contacto estrecho con la paciente 1 (B1.1). No consta que se vieran. Sólo compartieron en momentos diferentes el ascensor del edificio en que ambas vivían.
El Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos publica los resultados de esta investigación detectivesca llevada a cabo por investigadores chinos de la Universidad de Hubei, la provincia en la que se ubica Wuhan, lugar de origen de la pandemia del coronavirus.
El relato muestra cómo la extraordinaria facilidad de propagación del virus hace que su contención sea tan difícil como frenar un chorro de agua con las manos. Y subraya, una vez más, el papel fundamental en la transmisión de los asintomáticos.
La paciente A0 regresa sin síntomas
“El 19 de marzo, la paciente A0 regresó desde los Estados Unidos a la provincia de Heilongjiang”, relatan en su artículo. “Durante su estancia en Heilongjiang vivió sola y se le pidió que guardara la cuarentena. Dio negativo tanto en las pruebas de PCR como en la de anticuerpos que se le hicieron el 31 de marzo y el 3 de abril”. Las pruebas fueron incapaces de detectar el coronavirus en esos días. Sin embargo, la paciente daría positivo más adelante en anticuerpos. ¿Fallaron las primeras pruebas? El estudio no lo desvela.
“La paciente B1.1 vivía en un piso por debajo de la paciente A0. Usaron el mismo ascensor, pero no al mismo tiempo. Por lo demás, no tuvieron un contacto estrecho”, continúan. “El 26 de marzo, la madre de B1.1 y su pareja (B2.2 y B2.3 respectivamente) pasaron la noche en su casa. Tres días después B2.2 y B2.3 estuvieron de fiesta con el paciente C1.1 y sus hijos. C1.2 y C1.3”.
El paciente C1.1 propaga la enfermedad en el hospital
Días después, el 2 de abril, el paciente C1.1 sufrió un ictus y fue ingresado en un primer hospital, el hospital 1, adonde le acompañaron sus hijos, C1.2 y C1.3. Nadie le hace la prueba de Covid y, como ha sucedido tantas y tantas veces, el hospital se convierte en una centrifugadora de contagios.
El paciente del ictus, C1.1, compartió el mismo equipo médicos e incluso aparatos como un microondas con otros pacientes del ala 1 del hospital. El 6 de abril empezó a tener fiebre y lo transfirieron a un segundo hospital adonde lo acompañaron de nuevo sus hijos.
El 7 de abril fue cuando el paciente B2.3 empezó a notar los síntomas de Covid-19. Recordemos: el paciente B2.3 es pareja de la madre de la vecina de la paciente A0, la paciente índice del brote, la que volvió de Estados Unidos. ¿Suena lioso? Pausa para releer…
El 9 de abril empieza el rastreo
Este paciente, el B2.3, dio positivo el 9 de abril y fue el primer caso notificado de un brote cuya dimensión aún se desconocía. Saltaron entonces todas las alarmas. Los rastreadores se pusieron a trabajar contrarreloj. Primero los contactos estrechos de B2.3: en las pruebas sucesivas que se hicieron entre el 9 y el 10 de abril dieron positivo B1.1, B2.1 y B2.2 y C1.1.
Los investigadores epidemiológicos confirmaron que ninguna de estas cinco personas había viajado o había residido en los últimos 14 días en áreas con transmisión del coronavirus. Los rastreadores empezaron entonces a buscar el origen del contagio en el contacto con otras personas.
El relato de los investigadores chinos deja en evidencia la falta de medidas de prevención y aislamiento en los hospitales.
“Durante la estancia de C1.1 en el hospital 1, un total de 28 personas resultaron contagiados por el SARS-CoV-2 en el área 1 del hospital”, cuentan en el estudio. “Como todos los pacientes de esa ala hospitalaria se podían mover, otras cuatro personas se infectaron en la sala de TAC y en otras zonas del hospital 1. Además, cinco enfermeras y un médico del hospital 1 y 20 personas del hospital 2 se contagiaron en las zonas donde estuvo el paciente C1.1”.
A la búsqueda del paciente 0 del brote
El 9 de abril, como decimos, fue el día clave en el rastreo. Nada más conocer los positivos, los investigadores consiguieron remontar la cadena de transmisión hasta llegar al caso índice, a la paciente asintomática A0. Supieron que había regresado de una zona de Estados Unidos con casos de Covid-19.
Le volvieron a hacer las pruebas de anticuerpos. Dio positivo en IgG, los anticuerpos que empiezan a aparecer al final de la infección, unos 14 días después del contagio. Una prueba evidente de que había tenido el SARS-CoV-2 pese a no manifestar síntomas.
“Por tanto, creemos que el paciente A0 era un caso asintomático”, dicen los investigadores, “y que B1.1 se infectó al entrar en contacto con las superficies del ascensor en el que ambos vivían".
Una variante importada del virus
La genética apuntaló la hipótesis. El 15 de abril, el Centro Chino para la Prevención y Control de Enfermedades secuenció los genomas de este brote, llegó a la conclusión de que todos tenían un mismo origen y que ese origen apuntaba a una variante del virus que no circulaba hasta la fecha en China, un virus importado del exterior por la paciente A0.
Con fecha 22 de abril, A0 seguía siendo asintomática y se había identificado a un total de 71 personas infectadas en este agrupamiento de casos con el mismo origen.
“Nuestros resultados muestran cómo un solo caso asintomático de SARS-CoV-2 puede provocar una amplia transmisión comunitaria”, concluyen los investigadores chinos. “Este estudio también subraya los recursos que hacen falta para investigar los casos y el reto que supone contener el SARS-CoV-2. La aplicación constante de medidas de protección, detección y aislamiento de personas infectadas son esenciales para mitigar y contener la pandemia del Covid-19”.