Los asintomáticos, el nuevo caballo de batalla del Gobierno en el coronavirus

Un estudio chino afirma que el 40% de los contagiados podrían no presentar síntomas
El peligro de los asintomáticos es que pueden contagiar
Ya los ha mencionado varias veces Fernando Simón en sus comparecencias diarias de seguimiento del coronavirus: los asintomáticos. Es el próximo caballo de batalla del Gobierno para atajar esta crisis sanitaria, si tenemos en cuenta el modo de proceder del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias.
Porque es lo que hace desde que empezó a hablarse de coronavirus: introducir conceptos que dan pistas de por dónde debe trabajar la autoridad sanitaria. Y de paso crear conciencia en la población:
- Primero, en los inicios de la epidemia, habló con insistencia de los contactos estrechos: había que controlar a las personas cercanas de los casos positivos de la entonces incipiente epidemia de COVID-19 en España, para intentar evitar que ese círculo estrecho contagiara a otros.
- Y eso llevó al segundo frente que se abrió en el trabajo del Ministerio de Sanidad: transmisión comunitaria. Al principio apenas había, y la mayor parte de los casos eran importados. Pero en Torrejón de Ardoz (Madrid) saltaron dos casos que hicieron sospechar que el virus circulaba son control por Madrid.
- El siguiente paso fue la ampliación de la capacidad asistencial del sistema sanitario. Llegaron los hospitales de campaña, los gimnasios y pasillos reconvertidos en boxes de Urgencias, el estrés de los trabajadores de hospitales. Fernando Simón alertaba del colapso hospitalario.
- Un colapso que poco después llegó a las unidades de enfermos críticos. Y que continúa. Las UCIs están llenas, las que había antes de la crisis y las que se ampliaron con el ingenio de sanitarios y gestores. No se prevé que este nivel asistencial baje antes de un mes, porque los pacientes de COVID-19 precisan varias semanas de UCI antes de mejorar.
Siguiente frente: los asintomáticos
José Jonay Ojeda, de la Sociedad Española de Salud Pública, explica por qué el siguiente frente son los asintomáticos: porque son claves en el conocimiento de la enfermedad y, por lo tanto, para tomar decisiones que afectan a la vida diaria de las personas. Es decir, que además de aislar a los que den positivo por el virus, tienen un valor estadístico: permitirán saber si se puede llevar a cabo el desconfinamiento, o prever picos asistenciales en el sistema sanitario.
"Ahora se pone el foco en los asintomáticos porque es ahora cuando empezamos a tener evidencias científicas", explica Ojeda. Unas pruebas que que afirman dos cosas:
- "que este virus tiene una capacidad de contagio muy alta aunque no haya síntomas. Y, como muchos otros países, España subestimó la capacidad de contagio del coronavirus".
- "Y tampoco se sabía la cantidad de tiempo que pasaba entre que te contagias y tenías el primer síntoma", explica el experto en salud pública. Los famosos 14 días que hay que pasar en aislamiento si se detectan síntomas son los que se estiman por otras infecciones respiratorias, pero aún no se sabe con certeza cuánto tampoco es ese en el caso del SARS-CoV-2.
Esto explica por qué las medidas de control de la epidemia que se pusieron al principio -controlar solo a las personas con síntomas- no funcionaron.
Saber el número de asintomáticos: "una tarea diabólica"
El epidemiólogo Antoni Trilla, miembro del comité de expertos del Gobierno para el coronavirus, ha explicado esta mañana en la Cadena SER que saber cuántos asintomáticos hay es una tarea imposible, porque "tendríamos que hacer test a todo el mundo casi cada semana".
Intentar controlar un virus que se transmite tanto y en el que un porcentaje de población muy alto no tiene síntomas es diabólico", reconoce el epidemiólogo Antoni Trilla
"Intentar controlar un virus que se transmite tanto como éste y que encima tiene un porcentaje alto de la población que no tiene síntomas es diabólico", ha reconocido Trilla. Ha calificado a las personas que tienen el virus pero no desarrollan la enfermedad como "los invisibles. Es muy malo desde el punto de vista poblacional porque como la regla es 'si tienes síntomas quédate en casa' pues como no tienen síntomas salen y contagian".
La solución intermedia: test a 64.000 personas
Ojeda, de la Sociedad de Salud Pública, explica que como no se puede hacer el test de coronavirus a toda la población se va a realizar -el Ministerio aún no ha aclarado cuándo empezará- una encuesta serológica. Es decir, test de COVID-19 a personas elegidas con métodos del Instituto Nacional de Estadística y que permitan extrapolar los resultados al conjunto de toda la población española.
Según Ojeda, "esto permitirá saber cuánta gente hay en cada uno de cuatro perfiles poblacionales":
- Gente que ha tenido el virus con síntomas leves y no han sido testadas.
- Gente que no ha estado en contacto con el virus: ésta es la población más vulnerable, porque es la que podrá contagiarse en un futuro.
- Gente que ha estado en contacto con el virus pero no ha tenido síntomas. Son las personas que, sin saberlo, han contribuido a la propagación del coronavirus.
- Los casos notificados oficialmente, que son los graves que han necesitado ingreso hospitalario.
Éstos últimos son los que han provocado el colapso sanitario, pero conocer a los demás, y sobre todo a los asintomáticos, es fundamental para evitar que ese colapso se repita. Porque con esos datos, las autoridades sanitarias serán capaces de prever posibles rebrotes epidémicos y tener preparado el sistema sanitario.
Sanidad: hay muchos ancianos asintomáticos
Este mismo viernes 17 de abril Fernando Simón ha vuelto a insistir en que el Ministerio trabaja en saber cuántos asintomáticos puede haber, y que de momento se han detectado en las residencias de ancianos: "Una gran parte de los portadores del SARS-CoV-2 asintomáticos se han detectado al hacer pruebas en las residencias de ancianos. Lo que es difícil es saber cuándo se contagiaron". En parte, la razón de que se hayan detectado asintomáticos en los centros de mayores es que es donde se han comenzado a realizar test de forma masiva.
Los asintomáticos son el caballo de Troya de la epidemia de COVID-19 y su detección será la clave para ganarle la guerra
Fuera de estas instalaciones, Simón ha reconocido que las primeras experiencias con test rápidos apuntan algo preocupante, que podría haber un porcentaje muy alto de población asintomática. Los últimos estudios en China revelan que el 40% de los contagiados no tuvo síntomas. Es decir, que podría haber decenas de miles de personas que no saben que tienen el virus y que, por lo tanto, pueden contagiar más fácilmente. Es el caballo de Troya del COVID-19, y de la capacidad para detectarlo dependerá el fin (o no) de la epidemia.
MÁS
La mayor encuesta sanitaria de España permitirá relajar el confinamiento... o no
Cinco millones de infectados: España es el tercer país del mundo con más contagios, según estima un estudio alemán
El adiós a Jenaro, sin su viuda y con sus hijos a dos metros: la despedida a los miles de fallecidos por coronavirus