Autopsia de un contagio en un avión: el coronavirus burla hasta las medidas más estrictas


Un estudio publicado por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades explica cómo los baños de los aviones pueden ser un gran foco de contagio
El 31 de marzo 299 ciudadanos surcoreanos regresaban a su país en un vuelo de evacuación desde Milán
La mayoría usó mascarilla N95 durante todo el vuelo, excepto para comer o ir al baño, y al llegar a Corea del Sur afloraron varios casos
En pleno auge de contagios en los países europeos y cinco meses después de que la pandemia irrumpiera en nuestras vidas, la investigación acerca de la transmisión de la COVID-19 avanza, y con ella, el conocimiento sobre las principales vías de contagio. La pandemia no ha conseguido acabar por completo con el verano, y estos dos meses son muchos los que han cogido un vuelo para desconectar de estos meses difíciles. Sin embargo, un reciente estudio realizado por investigadores y médicos surcoreanos y publicado por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), explica cómo los baños de los aviones pueden ser un gran foco de contagio a raíz de una mujer que se contagió en uno durante el viaje.
A pesar de que las aerolíneas han insistido en que el aire se renueva constantemente en cabina, reduciendo así a niveles ínfimos las probabilidades de contagio durante el vuelo, las superficies contaminadas y la proximidad en el vuelo con personas asintomáticas son los principales riesgos, junto al uso de espacios compartidos como son los baños. Basta con que una persona de todos los pasajeros a bordo que comparten ese baño sea asintomática para generar una cadena de contagio en el país de destino.
Y así lo explica con un caso real el análisis publicado por CDC, uno de los primeros en evaluar la transmisión asintomática de covid en un avión. El estudio parte de un vuelo realizado el 31 de marzo de este año desde Milán a Corea del Sur, con el fin de repatriar a 310 ciudadanos surcoreanos que en medio del auge de contagios en Italia se habían quedado varados en el país transalpino tras imponer cuarentena domiciliaria.
El vuelo de evacuación se llevó a cabo bajo estrictos procedimientos de control de infecciones, siguiendo las directrices de la OMS por aquel entonces. Antes del abordaje, en el aeropuerto de Milán los pasajeros fueron sometidos a exámenes físicos, entrevistas y tomas de temperatura. 11 De los 310 pasajeros presentaban síntomas, por lo que finalmente no pudieron embarcar.
Afloran los positivos durante el aislamiento
Los otros 299 pasajeros que abordaron, viajaron con mascarillas N95 y manteniendo una distancia de 2 metros durante el embarque. La mayoría de los viajeros usaban mascarillas N95 durante las 11 horas de vuelo, excepto cuando iban a comer o cuando entraban al baño.
Al llegar al país asiático, todos ellos fueron puestos en cuarentena durante dos semanas en un centro de aislamiento que el gobierno surcoreano había establecido.
Y aquí es donde comienzan a aflorar los casos: examinados dos veces al día por el personal médico y sometidos a PCR dos veces durante la cuarentena -el 2 de abril, primer día de cuarentena, y el 15 de abril, día catorce de aislamiento- 6 de los 299 viajeros dieron positivo el primer día de aislamiento. Mientras, el 15 de abril solo una mujer dio positivo en el test.
Y esta es la parte que destaca la publicación. La mujer que dio positivo en la PCR en el día 14 de cuarentena, de 28 años y sin patología previa, había usado la mascarilla FFP2 durante todo el vuelo, excepto para ir al baño.
Al baño entraban sin mascarilla y lo compartían con un asintomático
El baño lo compartían pasajeros sentados cerca, incluido un paciente asintomático. La mujer estaba sentada a 3 filas de la paciente asintomática, tal y como se aprecia en la figura de arriba. Dado que no salió y guardó cuarentena durante 3 semanas sola en su casa en Italia antes del vuelo, y no usó el transporte público para llegar al aeropuerto, es muy probable que su infección se haya transmitido en el vuelo por vía indirecta por contacto con un paciente asintomático.
El día 8 de cuarentena, la mujer informó de que tenía tos, rinorrea y mialgia, por lo que fue trasladada a un hospital el día 14 de cuarentena. Los 292 pasajeros restantes fueron liberados de la cuarentena el día 15.
Por otro lado, todos los miembros de la tripulación fueron sometidos al mismo procedimiento que los viajeros, cuarentena de dos semanas y realización de dos PCR. Todos ellos dieron negativo en las dos ocasiones.
El estudio concluye que es difícil que se produzca transmisión de infecciones en el aire durante el vuelo, debido a los filtros de detección de partículas de alta eficiencia que se utilizan en los sistemas de ventilación de las aeronaves. Por lo que es el contacto con superficies contaminadas o personas infectadas al abordar, mover o desembarcar de la aeronave lo que puede desempeñar un papel fundamental en la transmisión de infecciones durante el vuelo.
Y señalan que, debido a los estrictos controles y procedimientos durante el embarque, la explicación "más plausible" es que la transmisión del coronavirus a un pasajero a bordo se debe a un pasajero asintomático o mientras usaban el baño.
"Otras explicaciones, menos probables, para la transmisión son la exposición previa al SARS-CoV-2, un período de incubación más largo y otras situaciones no evaluadas", concluye.