Carlos Pereira, virólogo: “Es necesario hacer un confinamiento domiciliario durante dos meses”


Este profesor de virología y epidemiología en la Universidad de Santiago cree que se debería decretar una cuarentena similar a la de marzo
Considera que el no hacer un cierre total es todavía más perjudicial para la economía: “Nos llevará a prolongar esta situación”
Le preocupa el impacto que la nueva variante británica pueda tener en España: “Está claro que se va a extender”
Carlos Pereira, profesor de virología y epidemiología en la Universidad de Santiago de Compostela, lo tiene claro: es necesario realizar otro confinamiento domiciliario en España. Un nuevo encierro total de dos meses, exactamente igual que el de marzo, combinado con unas medidas de desescalada más estrictas que las que tuvimos a partir de mayo. Asegura que solo así conseguiremos, además de doblegar la curva de contagios, vencer al virus. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha descartado un confinamiento domiciliario porque esa opción no está cubierta por el actual decreto de estado de alarma.
Pregunta. ¿Cómo ve la situación tras la Navidad? ¿Cree que hay razones para alarmarse?
Respuesta. Sí, desde luego creo que hay razones para preocuparse. Está claro que la incidencia del virus va a seguir subiendo en los próximos días. ¿Cuánto? No lo sé. Pero que va a haber un problema en los hospitales… Sí, creo que lo va a haber.
P. ¿Cree que la tercera ola nos puede llevar a una situación como la de marzo del año pasado?
R. Me gustaría estar equivocado, pero yo me temo que sí. Y espero que despertemos de una vez del ensueño en el que vivimos, creyéndonos que vamos a poder controlar la pandemia con medidas timoratas. Medidas que se está viendo que son poco efectivas y que se siguen declarando de todas formas.
P. Son muchos los expertos que abogan por un confinamiento domiciliario y hay comunidades autónomas que ya lo están pidiendo, ¿usted qué opina?
R. Yo opino lo mismo. Opino que es necesario hacer un confinamiento domiciliario. Lo dije hace tiempo, en noviembre, que teníamos que hacer una cuarentena igual a la de marzo antes de Navidad. ¿No la hicimos entonces? ¡Pues hagámosla ahora! ¿Se va a hacer? No lo sé. Yo creo que las autoridades tienen miedo y no quieren coger el toro por los cuernos.
P. Usted propone, entonces, un confinamiento que permita salir a la calle solo a aquellos que trabajen en sectores esenciales, ¿no?
R. Sí, exactamente igual que el de marzo. Estuvimos dos meses con un cierre casi total en el que conseguimos doblegar la curva. Lo que ocurre es que doblegar la curva no implica doblegar al virus. El error que cometimos fue abrir la mano completamente después de esa cuarentena que se hizo entonces. El control tiene que mantenerse. Entonces, ¿qué es lo que hay que hacer? Hay que hacer un confinamiento de los de verdad y, después, controles muy estrictos durante la desescalada para evitar la dispersión del virus.
P. Pero eso podría provocar un impacto muy importante en la economía…
R. ¿Por qué no les preguntamos a las empresas el impacto que está teniendo el abrir y cerrar continuamente o el abrir a medias? ¿Eso no los está ahogando? ¿No será mejor que sepan a qué atenerse durante un período y después saber que poco a poco se va a poder ir abriendo hasta que la apertura sea completa? ¿No es mejor estar en algún momento como está Wuhan? Allí sí siguieron el protocolo que se debería seguir y han obtenido resultados. El no hacer ese confinamiento estricto nos llevará a prolongar esta situación. Seguiremos abriendo y cerrando y habrá un momento en el que se llegue a controlar el virus, pero vamos a tardar más en hacerlo.
P. La campaña de vacunación ha empezado en el peor momento, justo cuando vuelven a aumentar los contagios…
R. Sí, incluso creo que no es el momento de aplicar la vacuna. Hay que controlar la curva para que la vacuna pueda ser realmente efectiva. No se puede vacunar a una persona que es portadora y en un momento en el que estamos en incremento del número de casos hay una cierta probabilidad de que aquellos que van a ser vacunados puedan ser portadores del virus. ¿Es lógico empezar a vacunar cuando estamos en una subida de la incidencia? Yo creo que no. ¿Hay prisa por vacunar? Sí, pero no debe ser a riesgo de cometer errores.
P. ¿Le preocupan las consecuencias que pueda tener en España el avance de la variante británica?
R. Como dice el dicho, “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. Con esto soy bastante claro: sí, se va a extender. Las autoridades decían que no estaba demostrado que fuera la causante de la oleada en Reino Unido, pero parece que no quieren aceptar la realidad. Estaba claro hace unas semanas y lo está ahora: la situación que están viviendo en Inglaterra, con la incidencia disparada, está causada por esa cepa. Si ya la mayoría de las cepas de este virus son muy rápidas en la replicación y en la transmisión que otros virus, esta es todavía más eficiente. Parece no ser más letal y virulenta, pero sí más contagiosa. Si hay más incidencia hay más casos de hospitalización, lo cual también es un problema. Aquí no quisimos hacer nada, no nos creímos lo que nos dijeron desde Reino Unido y no tomamos medidas contundentes para evitar entrara y ahora se expanda.
P. ¿Cuándo podría ser el pico de contagios teniendo en cuenta que ayer fue Reyes y hubo encuentros familiares?
R. Cada momento causante de un pico provoca que al cabo de dos semanas empiece ese pico y, aproximadamente, al cabo de un mes es cuando se hace más aparente. Pero esto ha sido algo sumativo, porque ha habido varios momentos que pueden ser causantes de ese pico: la cena de Nochebuena, comida de Navidad, cena de Nochevieja o comida de Reyes. ¿Cuándo va a notarse más? Aproximadamente en un mes tendremos el efecto del último momento que generador de esos picos, el de Reyes. A mediados de febrero podríamos ver el punto álgido del pico y, a partir de ahí, empezar a controlar la curva sin hacer una cuarentena, sólo con confinamientos parciales. Pero el problema es que hay que empezar a ser consciente de que esto no lo vamos a dominar con pequeños controles. En el fondo, lo que estamos haciendo es prolongar esta situación.
P. Si no se hace ese confinamiento que usted considera, ¿qué podría pasar?
R. Podemos tardar dos años más en superar el virus, en que el virus se adapte a la población. El virus se acaba adaptando porque no le interesa matar a su hospedador. Incluso, sin vacuna. Podría tardar dos años o tres años más sin hacer nada. Eso sí, con mortalidad y con colapso del sistema sanitario. ¿Podemos esperar? Yo creo que no, creo que tenemos que hacer algo. La vacuna no es la panacea, entiéndame: las farmacéuticas diseñan una vacuna para una cepa determinada y el problema es que estamos provocando la circulación de muchas cepas y estamos provocando que haya más variantes. Entonces puede ocurrir que la vacuna no tenga tanta eficacia. Es algo que no sabemos, que descubriremos dentro de unos meses. Por ello, hay que evitar es que aparezcan nuevas variantes y eso solo se logra reduciendo las aglomeraciones al mínimo. Esa es la única manera.