Certificados falsos a la carta: el negocio oscuro del Covid-19

Ciber-delincuentes concertados "con médicos" ofrecen cartillas de vacunación falsas y pasaportes covid por más de 400 euros
Quienes compren o utilicen esta documentación ilegal cometen un delito de falsedad en documento público, penado con prisión de seis meses a tres años
El precio más barato es de 200 euros y el pago debe hacerse por medio de bitcoins, para que sea imposible de rastrear. Después, los capos del negocio de la venta y falsificación de certificados Covid prometen enviar una documentación falsa que acredite a cualquier cliente que está vacunado contra la enfermedad, aunque sea mentira. El objetivo es burlar los controles de las Administraciones de medio mundo y que los incívicos puedan campar a sus anchas aunque no se hayan vacunado. En España, quienes participen de esta ilegalidad, tanto compradores como vendedores, cometen un delito de falsificación en documento público penado hasta con tres años de cárcel. Y eso como poco.
Sin embargo y pese a los controles, el mercado de las personas que buscan certificados digitales falsos crece en las redes sociales. No hace falta adentrarse en la deep web para encontrar grupos con más de 50.000 usuarios que reciben de forma puntual las actualizaciones de quienes ofrecen estos supuestos servicios por la red. Algunos ofertan incluso cartillas de vacunación falsas de la Organización Mundial de la Salud. “A todos los irlandeses, ahora que estáis con la tercera dosis, tenéis que pasar por nuestro servicio de actualización para conseguir la pauta completa”, reza uno de los mensajes publicado en este tipo de grupos”. En ese momento, el canal de notificaciones tiene más de 51.000 inscritos.
Tal y como confirmó este diario, en muchas ocasiones la estafa es más para el cliente que para el resto de la sociedad Es decir: el solicitante envía el dinero pero el certificado falso nunca llega, con el consiguiente problema para no vacunado, que no puede acudir a denunciar al tratarse de una actividad ilegal. No hay una sola denuncia en España por un caso similar. En otras, tal y como confirman testimonios recabados por este diario, el sistema funciona. Al menos en un primer momento. Pero el precio del servicio es muy superior y se suministra en grupos más limitados.

Como dato positivo, en España no hay denuncias todavía por el uso de certificados falsos. Sin embargo, la estadística tiene una sombra: en la mayoría de los casos, no son los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado los encargados de controlar su validez, por ejemplo, en el acceso al ocio nocturno en algunas regiones y los particulares no tienen capacidad técnica verificarlos. “La única forma de evitar falsificaciones de este tipo es que ese código informático se tenga que generar en el momento en el que es solicitado”, explican fuentes de la Seguridad del Estado. En la actualidad, es posible emitir el certificado y llevar el código generado en otros formatos como un archivo pdf. Es ahí donde los falsificadores intentan atacar al sistema.
Documentos españoles como gancho
Cartillas de vacunación holandesas, suizas, polacas… sirven como reclamo para un servicio que se anuncia en público y se negocia en privado, por medio de identidades falsas y bots que apuntan las primeras instrucciones. El pago se realiza en bitcoins, lo que convierte el dinero en irrastreable y los servicios arrancan desde 200 euros. “Proporcionamos certificados de vacunas registrados, tarjetas de vacunas y pasaporte de vacunas con código de escaneo QR activado”, explica el mensaje que llega desde una cuenta privada para negociar la falsificación. “Los certificados / tarjetas son 100% válidos y auténticos, registrados por médicos profesionales que trabajan con nosotros”.
Para sustentar sus palabras, los ciber-delincuentes envían por privado un supuesto documento oficial español. Un certificado de vacunación para la Unión Europea expedido en Cataluña en agosto de este mismo año, donde los datos del beneficiario aparecen borrados, al igual que el código QR que informa sobre sus vacunaciones.
En otros grupos, el abanico de posibilidades delincuenciales se amplía: “Fabricamos documentos de cualquier complejidad”, anuncian en otro grupo que tiene cerca de 21.000 suscriptores. Y eso que el canal lleva abierto solo desde el pasado 29 de noviembre. Entre sus productos estrella hay carnés de conducir falsos de 15 países, y entre ellos España. Como medida de promoción, los falsificadores enseñan una imagen de un carné de identidad rumano con la imagen del actor estasdounidense Keanu Reeves.
Otro de estos grupos, creado el seis de noviembre, cuenta ya con 213.000 usuarios. Cuenta solo con una decena de mensajes. Ofrecen certificados falsos también para Estados Unidos o México, y cuentan con un tutorial detallado para todo aquel que necesite cambiar de moneda física a virtual, es decir: a bitcoins. “No me contacten por privado si no es para tratar cuestiones que tengan que ver con este canal. No me importa si te parece que soy caro. No me escriban si no tienen bitcoins”, explica a modo de resumen uno de los mensajes. “Si no contestamos en el momento, por favor sea comprensivo. Tenemos mucho trabajo”.
