La complejidad en el manejo de la vacuna de Pfizer retrasa la vacunación masiva un día más en varias comunidades


Galicia, Madrid o Cataluña retrasan el comienzo de la vacunación masiva hasta el miércoles, tras recibir miles de dosis, por fin, este martes
Las especiales condiciones de conservación y distribución de la vacuna de Pfizer impiden que pueda administrarse inmediatamente tras su reparto
Ya están aquí. Este martes, a primera hora, llegaban las 350.000 dosis de la vacuna de Pfizer que debían haber llegado el lunes. Una “incidencia logística” en su fábrica de Puurs, en Bélgica, provocó un retraso de un día en la entrega, que supondrá la pérdida de dos días de vacunación en algunas comunidades autónomas.
Sanidad se encarga de la entrega y el reparto de las dosis entre las distintas comunidades, pero son ellas las que deciden cuándo y cómo administrarlas. En Galicia, Madrid o Cataluña, por ejemplo, estas nuevas dosis no se administrarán hasta el miércoles, esta mañana han vacunado con las reservas que les quedaron el domingo.
- Galicia ha administrado tan solo 350 dosis este martes, en varias residencias, y pertenecen al primer envío de 500 vacunas que recibió esa comunidad el fin de semana. Las primeras 150 fueron inoculadas en la vacunación piloto que se realizó el domingo en una residencia de Santiago de Compostela. La sanidad gallega ha recibido hoy un nuevo envío de 18.000 unidades, con el que mañana, ya sí, comenzará la campaña de vacunación masiva contra la covid-19.
- Algo parecido ocurre en Cataluña, donde la vacunación también se iniciará masivamente el miércoles, según ha anunciado el Departament de Salut de la Generalitat. Este martes han llegado 60.000 dosis de la vacuna al Banco de Sangre y Tejidos, desde donde se repartirán por toda la comunidad.
- En Madrid se han recibido este martes más de 48.000 dosis para toda la comunidad, y tras repartirlas por 37 residencias, este miércoles comenzarán a vacunar ya masivamente.
- En la Comunidad Valenciana, en cambio, la vacunación masiva en residencias ha comenzado ya este mismo martes. Las vacunas que se están administrando hoy, desde las 14 de la tarde, son las que se han recibido esta mañana: 31.000 dosis que llegaban a la comunida en avión muy pronto, poco antes de las 7 de la mañana. Se han repartido 10.000 dosis para la provincia de Alicante, 5.000 para la de Castellón y 16.000 para la de Valencia.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué algunas comunidades han tenido que retrasar un día la vacunación? Porque la de Pfizer no es una vacuna al uso, sus especiales condiciones de conservación hacen que no sea fácil, ni inmediato, poder administrarla en cuanto se recibe. Se lo explicamos.
Evitar fallos en la cadena de ultrafrío
Esta vacuna, basada en una técnica nueva denominada “ARN mensajero”, es muy eficaz pero extremadamente sensible a los cambios de temperatura. Ése es, de hecho, su talón de Aquiles. Necesita mantenerse congelada hasta casi el mismo momento de su administración, a nada menos que 70 grados bajo cero, y después, pasar a una nevera para ir descongelándose y poder administrarse a una temperatura más convencional: entre 2 y 8 grados. En la nevera puede mantenerse en perfectas condiciones durante 5 días. Pero cualquier fallo en esta cadena de ultrafrío puede hacer que las dosis no valgan y haya que desecharlas. Es lo que acaba de ocurrir, de hecho, en Alemania.
Allí, el proceso de inmunización tuvo que retrasarse en varios distritos del país, este domingo, al detectarse que mil viales podrían haber superado la temperatura estipulada por Pfizer. El personal médico alemán descubrió que la temperatura de los contenedores en los que la propia farmacéutica envía los viales había subido hasta los 15ºC, y prefirió desechar esas dosis.
El hecho es que tanto la conservación de esta vacuna, como su descongelación, disolución y preparación para ser inyectada son algo más complejas de lo que suele ser habitual. Aunque de cara al paciente, el mecanismo es similar al de cualquier otra: un pinchazo en el brazo.
En EE.UU. han calculado que todo el proceso les está llevando, de media, 10 minutos por paciente y eso, de hecho, está retrasando mucho la administración de los millones de dosis que están recibiendo. Esos 10 minutos son entre dos y tres veces más tiempo, por ejemplo, de lo que se tarda en administrar la vacuna contra la gripe.
Neveras portátiles con GPS
La vacuna viaja en avión hasta los países donde se va a distribuir. Este martes, han llegado cinco aviones con esas 350.000 dosis a los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Vitoria, Valencia y Sevilla. De ahí, se traslada a los centros de distribución de todas las comunidades autónomas. Y para que todos esos viales lleguen a su destino en perfecto estado de conservación, Pfizer ha tenido que diseñar una especie de neveras portátiles que utilizan grandes cantidades de hielo seco para mantener la temperatura requerida por la vacuna en todo momento.
A diferencia de lo que ocurre con otras vacunas más convencionales, con esta, es la propia compañía la que se hace cargo del envío y distribución. En esas neveras portátiles, que ellos llaman “contenedores térmicos”, la temperatura está controlada de forma remota en todo momento, a través de “sensores térmicos habilitados con GPS, con una torre de control que rastreará la ubicación y la temperatura de cada envío de vacunas a través de sus rutas preestablecidas”, explicaba la propia farmacéutica a NIUS a comienzos de este mes.
Cuando llega a los 50 centros de almacenamiento establecidos por toda España, la vacuna se envía a los 13.000 puntos de distribución en esos mismos contenedores, para que no se altere su temperatura de conservación. Y cuando por fin se reciben en los puntos donde se va a administrar, hay dos opciones de almacenamiento: guardar las vacunas en congeladores de temperatura ultrabaja, si se dispone de ellos, o seguir manteniendo los viales en los propios contenedores térmicos de Pfizer en los que llegan.
15 minutos en observación
Antes de inyectar la vacuna, en cualquier caso, es necesario descongelarla en una nevera normal. Es decir, que la temperatura suba desde los 70 grados bajo cero hasta entre 2 y 8 grados positivos. Y una vez descongelados, "los viales no se pueden volver a congelar", advierte la compañía. Para administrar las dosis, también hay ciertas precauciones añadidas a las que supone una vacuna más convencional.
- Antes de la disolución del contenido con suero, hay que invertir el vial suavemente diez veces, sin sacudir. La dilución se realizará siempre en el vial original inyectando 1,8 ml de suero fisiológico estéril. Una vez diluida, la solución se volverá a invertir otra vez diez veces, sin agitar, y se realizará de forma más suave que en otras vacunas.
- La solución de Pfizer mezclada ya con el suero debe usarse en las 6 horas siguientes y no puede transportarse en un vehículo motorizado fuera de lugar donde se hizo la dilución.
Después, preparar la jeringa e inocular la vacuna en el brazo del paciente ya no requiere ninguna medida especial o diferente con respecto a las demás vacunas. Pero tras ser vacunada, eso sí, la persona debe permanecer en observación un tiempo algo mayor: unos 15 minutos.
Esto se hace para poder detectar de forma inmediata posibles (aunque muy infrecuentes, de momento) reacciones adversas a la vacuna. Hay que tener en cuenta, además, que todo este proceso se ralentiza porque los pacientes deben respetar, en todo momento, la distancia de seguridad.