El cierre de fronteras dificulta el suministro para fabricar papel higiénico en Europa

Los camiones cargados con pasta de celulosa pasan atascados hasta dos días en los controles fronterizos
A medida que se han ido cerrando las fronteras en Europa para frenar la propagación del coronavirus, dos de los mayores productores de pasta de celulosa del mundo están viendo cómo sus camiones se quedan atascados en los controles fronterizos. El problema en estos tiempos es que esa pulpa de celulosa es la única materia prima para fabricar uno de los productos más codiciados: el papel higiénico.
El cierre de fronteras no impide el paso de mercancías, pero está distorsionando el flujo de los suministros. La compañía finlandesa Metsä Fibre y la sueca Södra Cell International han asegurado a Reuters que sus cargamentos se están viendo atrapados en atascos en las fronteras reinstauradas en Europa, en algunas ocasiones durante un par de días.
El papel higiénico no es el único producto popular en esta crisis que requiere esta materia prima. Tamién los pañales, las compresas o los tampones. En principio, los fabricantes tienen existencias suficientes y llevan semanas incrementando la producción, pero también están intentando garantizarse el suministro porque un retraso puede forzar un parón de la maquinaria de producción.
Para evitar estas situaciones, los envíos de celulosa se están reforzando con más camiones y redirigiendo muchos envíos, según la compañía Pulp & Paper Industry Intelligence (PPI), que monitoriza los datos de la industria. En muchos casos, el transporte en camión se está sustituyendo por el tren. En conjunto, un gran reto logístico.
La pulpa de celulosa no es especialmente cara. Cada tonelada cuesta unos 455 dólares. Se fabrica con madera o papel reciclado. En concreto, la pasta utilizada para el papel higiénico, más suave, cuesta unos 565 dólares por tonelada.