"Junto a la ventana, por favor": dónde es más seguro sentarse en un restaurante

¿Es mejor sentarse junto a una ventana abierta? ¿Es bueno o malo el chorro del aire acondicionado? ¿Nos sentamos frente a frente o unos al lado de los otros? ¿Encierra algún riesgo el cuarto de baño?
A medida que avanzan las fases de la desescalada, se va reanudando la actividad en el interior de restaurantes, bares y cafeterías. ¿Son todos los espacios de estos locales igual de seguros o alguno supone un riesgo específico de contagio?
El principal factor que hay que tener en cuenta es la circulación del aire, que puede mover esas gotitas que emitimos al hablar y que son la principal fuente de contagio por SARS-CoV-2.
El interior de los establecimientos ha sido lo último en reabrirse. Lo más seguro es el exterior, por eso las terrazas han sido lo primero en volver a estar disponible para el público. Llega el buen tiempo y las terrazas tienen varios meses de actividad por delante, ¿pero qué sucede si hay que buscar una mesa en el interior o si en las horas de más calor ponerse a cubierto es la mejor opción?
Una de las primeras dudas es si las mesas junto a las ventanas se van a convertir en mucho más cotizadas.
Sentarse junto a una ventana abierta
La recomendación con más consenso científico es que debe aumentarse tanto como sea posible la entrada de aire del exterior, por ejemplo manteniendo siempre que sea posible puertas y ventanas abiertas.
"Es más seguro sentarse el exterior o cerca de una ventana", explica a NIUS el profesor de ingeniería mecánica Qingyan Chen, de la Universidad de Purdue, en Estados Unidos. Su recomendación coincide con la expresada recientemente en el Washington Post por el profesor de la Universidad de Drexel James Lo, que investiga la circulación de los virus en los flujos de aire, y que piensa que incluso un patio techado es un lugar más indicado que un interior.
Pero sobre esta cuestión no hay un consenso total de opiniones. Por la ventana entra el aire más limpio del exterior, pero también es la vía de salida del aire del interior. La clave es que la ventilación del local sea buena. En ese caso, comenta Isabel Marín, de la Sociedad Española de Salud Pública "es indiferente estar más cerca o más lejos de la ventana".
Bajo el chorro del aire acondicionado
Sobre lo que apenas hay evidencias es sobre el papel del aire acondicionado. Un estudio detectó en la ciudad china de Guangzhou un contagio múltiple causado probablemente por el chorro del aire acondicionado, pero es difícil que las condiciones de ese estudio se repliquen en otros lugares y las conclusiones no son firmes.
También se ha apuntado al analizar por qué hay tantos brotes en los mataderos el papel que pueden tener los potentes chorros de aire que pueden generar dinámicas de dispersión o concentración de partículas; pero no hay evidencia concluyente sobre la probabilidad de que uno termine contagiándose por el efecto del funcionamiento del aire acondicionado.
Además, hay que tener en cuenta que estos sistemas tienen instalados habitualmente filtros para mejorar la calidad del aire. Es lo que resalta Qingyan Chen, aunque añade que "su eficiencia no es muy alta".
¿Sentados frente a frente o al lado?
Lo que destaca este experto es la importancia de la distancia (y mejor si es sentándonos uno al lado de otro que frente a frente). Por eso, el aforo en el interior de bares y restaurantes debe estar limitado y en algunos países se recomienda cuando no sea posible la instalación de mamparas.
Cerrar la tapa antes de tirar de la cadena
Mención aparte merece el momento de ir al aseo. Los baños suelen ser un lugar peor ventilado porque en la mayoría de los locales no tienen ventanas. En un estudio realizado en un hospital de Wuhan se detectó la mayor concentración de trazas del virus en los baños de las habitaciones de los pacientes con COVID-19. Los que no se ha demostrado es que las partículas detectadas en esos ambientes sean suficientes para contagiar a una persona.
La Sociedad Española de Salud Pública ha llamado la atención sobre otro elemento de los aseos: el inodoro. En la medida en que se ha detectado la presencia del SARS-CoV-2 en heces (aunque de nuevo sin evidencia de si eso implica algún riesgo de contagio), se recomienda, por precaución, cerrar la tapa del inodoro antes de utilizar la cisterna.