La covid-19 da la puntilla al tabaco: los datos que defienden extender la prohibición de Galicia


Los expertos aseguran que cuando un fumador exhala el humo, lanza gotículas respiratorias más lejos que pueden contagiar a otras personas
Es la última medida que se ha tomado para frenar la expansión de la covid-19 y tiene que ver con el tabaco. Desde este jueves, en Galicia está prohibido fumar en la calle o en espacios públicos, como terrazas, siempre que no se pueda mantener la distancia de seguridad de dos metros. Es la primera comunidad que toma una medida de este tipo. Poco después le ha seguido Canarias y otras comunidades estudian hacerlo también: Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid, Valencia, Asturias, Navarra y Cantabria.
Los expertos llevan tiempo advirtiendo: el humo del tabaco puede actuar como difusor del virus. "Cuando se está en tránsito y en movimiento, el humo puede perjudicar a personas colindantes o a personas en círculos cercanos", advirtió el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, tras el encuentro del comité clínico de expertos que asesora a la Xunta y que ha propuesto esta medida.
La Comisión de Salud Pública del Sistema Nacional de Salud advirtió en julio que fumar y vapear aumentan el riesgo de contagio del coronavirus. Cuando un fumador exhala el humo, lanza gotículas respiratorias más lejos que pueden contagiar a otras personas.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que reúne a más de 4.500 profesionales de la salud respiratoria fue contundente tras la desescalada por la covid-19. Esta organización médica recomienda a la población no fumar en las terrazas ni espacios públicos al considera que son espacios en los que el riesgo de contagio aumenta tanto para los fumadores como para las personas del entorno.
Más de una treintena de asociaciones médicas, entre ellas la SEPAR o la Sociedad Española de Epidemiología, han suscrito un manifiesto para que el Gobierno declare los establecimientos hosteleros espacios sin humos y sin vapores.
El tabaco mata cada año a más de 7 millones de personas. De éstas, más de 6 millones son fumadores directos pero el resto lo son de forma pasiva, según la Organización Mundial de la Salud. La encuesta EDADES del Ministerio de Sanidad de 2018, asegura el porcentaje de fumadores en España alcanza el 34%.
Desde 2006, en España está prohibido fumar dentro de hospitales o centros educativos, pero no fue hasta 2010 cuando se prohibió fumar en lugares públicos cerrados como bares y restaurantes. Aún así, municipios como Talarn, en Lleida, han sido pionero en prohibir fumar en zonas al aire libre. Hay, además, cada vez más playas en las que no se pude fumar, entre ellas, en Asturias, Canarias, Cataluña, Murcia, Andalucía y Baleares. En la Comunidad Valenciana, desde este año son ya 22 las zonas de baño de seis municipios las que están libres de humo.
Fuera de nuestras fronteras algunos países y ciudades han legislado para evitar que se fume es espacios públicos. Un ejemplo es la ciudad holandesa de Gronigen. Tampoco en Santa Bárbara (California, Estados Unidos) se puede fumar en playas, parques o paseos. En la ciudad de Nairobi y Nakuru, en Kenia, desde hace una década está prohibido fumar en cualquier espacio público, así como en Flipinas, donde está prohibido con multas de 90 euros o hasta cuatro meses de cárcel.
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