La cuarta ola de la covid-19 ya está aquí y es la psicológica: aumentan los trastornos tras un año de pandemia

Los psicólogos constatan un aumento en sus visitas y alertan de que entre un 50 y un 60% de la población sufre trastornos mentales derivados de la pandemia
Uno de los sectores más afectados, el de los sanitarios: un 70% padece insomnio, ansiedad e incluso depresión
El sector educativo tampoco se libra: más de la mitad de profesores y alumnos muestran síntomas de ansiedad
Ni adultos ni jóvenes, ningún colectivo se libra de los daños en la salud mental que está provocando la pandemia tras cerca de un año conviviendo con las restricciones y la amenaza del virus. Entre un 50% y un 60% de la población sufre trastornos, fobias, cambios del estado de ánimo, depresión, ansiedad, irritabilidad, insomnio u otras patologías, lamentan los expertos, que advierten de que la cuarta ola de la covid-19 ya ha llegado y es la psicológica.
Todo ello ha hecho que haya aumentado "mucho en la población adulta son los trastornos de ansiedad, el insomnio, los cambios anímicos depresivos... mientras que lo que ha crecido notablemente entre los jóvenes son los trastornos de la alimentación y de la conducta", en palabras de Roger Ballescà, vicesecretario de la Junta de Govern del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya. En el caso de los más pequeños, estos acusan los cambios en los hábitos de la rutina.
Como resultado, los profesionales de la salud mental han notado un incremento en sus visitas que ha obligado a ampliar las plazas de psicólogos, hasta un 60% en el caso de la Consultoría Affor, cuya directora de Intervención Psicológica, Carmen Rodríguez, lo achaca a "la fatiga psicológica mantenida en el tiempo". De hecho, uno de sus estudios muestra cómo el 84,7% de los consultados sufre alteraciones en el sueño, mientras que cuatro de cada diez presentan síntomas de ansiedad. Asimismo, un 27,3% cree que su salud ha empeorado los últimos meses.
Peor en sanitarios y profesores
La dimensión psicológica de la pandemia no ha afectado a todo el mundo por igual, sino que agrava sus efectos en función del nivel de exposición al virus que comporta cada profesión. Es el caso de los sanitarios, que han vivido "facetas muy duras, difíciles de vivir y de explicar sin emocionarse" en palabras de Cristina, auxiliar de enfermería en el Hospital de Vinaroz.
Esta sanitaria recuerda episodios especialmente duros y que se han repetido en todo el país, sobre todo en la primera ola, "como acompañar a morir a alguien, cogiéndole la mano, mientras te pide que no le dejes morir", insiste esta sanitaria, que lamenta haber vivido situaciones extremas tanto emocional como físicamente. También por proteger a su familia: "El miedo (por no decir pánico) no lo tenía de contagiarme yo, sino lo tenía de contagiar a los míos".
👉Prevenir el desgaste psicológico de los sanitarios y las posibles situaciones de #ansiedad y #estrés a la que están expuestos se vertebra como una necesidad social más urgente si cabe.https://t.co/zfRlz2dHl7#PrevenciónPsicosocial
— AFFOR Prevención (@AFFORPrevencion) January 27, 2021
Precisamente, siete de cada diez profesionales de la salud y de los servicios sociales padecen insomnio y dolor de cabeza habitual, mientras que un 60% sufre nerviosismo, irritabilidad o tensión derivada de estas situaciones y, en el peor de los casos, el 35% han sufrido sensación de hago.
Unas cifras que se asemejan a las del sector educativo, cuyos profesores siguen tratando de mantener "garantizar la salud de los alumnos" y la suya propia. "Un auténtico reto" que preocupa a María, profesora en un centro educativo de Tarragona y a sus compañeros, y al que el Departament d'Educació ha puesto datos: un 90% de los docentes y estudiantes catalanes también sufren alteraciones del sueño, nerviosismo e irritabilidad, y más de la mitad muestran síntomas de ansiedad.
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