Las nuevas variantes del coronavirus abren el debate sobre la obligatoriedad de las mascarillas FFP2


Los expertos en salud pública advierten que hacerlas obligatorias debería ir acompañado de una rebaja de su precio
Son las que mejor ajustan y filtran más que las quirúrgicas, pero no hay consenso sobre su obligatoriedad
Con la incidencia acumulada disparada, las nuevas variantes de covid demostrando mayor transmisibilidad y el frío -que nos hace estar más en interiores- países como Francia y Alemania han dado un paso más en el uso de mascarillas: obligarán a usar FFP2 en transporte público y comercios. En España sólo se obliga a llevar quirúrgicas o incluso higiénicas. Algunas de estas, las de tela, llegan a estar prohibidas en Francia. ¿Son Alemania y el país galo el espejo en el que mirarse? ¿Deben ser obligatorias las mascarillas con más capacidad de filtrado? Varios expertos en el tema contestan a NIUS.
Y la conclusión no es diáfana, porque hay un escollo principal: su precio. Si el gobierno decidiera hacerlas obligatorias habría que financiarlas, para garantizar que cualquier todos los ciudadanos pueden tener acceso a ellas. Es el principal argumento de Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). "Lo fundamental es que todas las medidas de control de los contagios sean medidas accesibles para todos y que no discriminen. Todos tenemos derecho a estar igual de protegidos, y el coste de las mascarillas ya es muy alto para algunas familias. Habría que controlar los precios", opina.
Mascarillas para la nueva variante
Francia y Alemania han decidido la obligatoriedad de las FFP2 por la alta capacidad de contagio de la variante británica del coronavirus. Los primeros estudios apuntan a que contagia entre un 40% y un 60% más. Así que han decidido ponérselo más difícil, y tener una barrera más eficaz.
Pero no hay que confundirse, no es que el virus sobreviva más en el aire, sino que está genéticamente más entrenado para infectar. Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, explica que lo que hace a esta variante más contagiosa es "la capacidad de conexión entre la spike (la proteína que usa el virus para entrar en las células) y el receptor de las células de nuestro cuerpo. El virus se conecta más fácilmente. No es que se propague más, ni que se mantenga más tiempo en el aire ni nada de eso. Es que infecta más fácilmente a nuestras células una vez que ha entrado en nuestro cuerpo".
Así que, para este experto, las medidas individuales -las que tomamos cada uno personalmente- actualmente vigentes para frenar los contagios serían suficientes: mascarilla, distancia interpersonal, higiene constante de manos y ventilación de espacios cerrados. Eso sí, advierte Ortí, "combinadas".
"La FFP2 se recomienda en procedimientos donde se generen aerosoles, ámbito laboral, ambientes muy cargados. En un lugar cerrado durante mucho tiempo, con poca ventilación, es recomendable, pero no creemos necesario hacerlo obligatorio", insiste, porque no hay tantas situaciones en las que se cumplan todos esos criterios, y "lo importante es guardar distancia, ventilar y lavado de manos… con esas medidas es suficiente". Considera que las administraciones deberían asewgurar los aforos, por ejemplo, del transporte público, y que si se cumplen y se guarda distancia interpersonal, las mascarillas quirúrgicas serían suficientes para evitar la circulación del virus en gran medida.
Sus ventajas: el filtrado y el ajuste
Más que su capacidad de filtrado de partículas Ortí considera que la mayor ventaja de las FFP2 frente a las mascarillas quirúrgicas es su ajuste: "Se ajustan más y mejor a la cara, dejan menos huecos tanto para dejar salir aerosoles como para evitar que entren".
Gorka Orive, profesor de Farmacia de la Universidad del País Vasco y divulgador farmacéutico, va más allá y diferencia entre las de tela y las quirúrgicas. "De tela e higiénicas hay que intentar que no se usen. Por una parte porque cada vez se sabe más, y porque no todas están testadas y homologadas, y puede ser difícil distinguirlas", advierte.
Él lleva diferentes tipos de mascarilla, dependiendo de la actividad que vaya a realizar y dónde vaya a hacerlo, de manera que "cuando me meto a espacios cerrados uso la FFP2 pero en espacios abiertos sin grandes aglomeraciones uso las más livianas". Y coincide con Franco en que de hacerse obligatorias, se tendría que intervenir su coste: "Tiene sentido hacerlas obligatorias en espacios cerrados, por el riesgo de contagio por aerosoles, pero hay que favorecer medidas para que se reduzca el precio".