Un día con el servicio de emergencias: "Ante un ictus o infarto, llamen al 112 en lugar de acudir a urgencias"

El SEM atendió cerca de un millón de incidentes en Cataluña en 2018
El tiempo es clave en el código infarto, ictus o politraumatismo
La llamada enciende todas las alarmas: "Una señora se ha caído en la calle y le duele mucho el pecho". El aviso activa el código infarto en el Sistema d'Emergències de Catalunya (SEM). La ambulancia está en marcha mientras una doctora tranquiliza a la persona que ha hecho la llamada.
Son los primeros en llegar a una urgencia médica, a un accidente, a catástrofes o situaciones especiales. Los profesionales de emergencias médicas conocidos como los SUMA en Madrid, los SEM en Cataluña o Axega en Galicia. Profesionales que coinciden en las altas valoraciones de los ciudadanos: "Accedemos al momento más difícil de una paciente, en su momento más vulnerable", explica Jorge Morales, jefe territorial del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) de Cataluña en Barcelona ciudad.
Cerca de un millón de incidentes en Cataluña
El SEM atendió cerca de un millón de incidentes en 2018. Unos 200 profesionales están de guardia las 24 horas del día y también 426 ambulancias y 4 helicópteros medicalizados: "Está demostrado que lo más importante es la actuación sobre el paciente en el lugar del incidente. De esto depende su evolución favorable", explica Morales.
Es por ello que las emergencias identificadas como tiempo dependiente pasan por delante del resto. Son los ictus, infartos o politraumatismos: "Del tiempo de detección depende la supervivencia del paciente", explica Morales.
Los profesionales recomiendan que ante la sospecha de uno de estos casos llamen al 112 (también 061) en lugar de acudir a urgencias: "Nosotros nos saltamos todas las barreras que existen en un centro de atención primaria o un hospital. Muchas veces entramos al paciente directamente al quirófano", explica este doctor experto en grandes catástrofes. De hecho, las ambulancias de soporte vital avanzado están equipadas con los mismos equipos que una cabina de urgencias de un hospital de categoría III como el Vall d’Hebron o el Gregorio Marañón.
La gestión de las malas noticias
Trabajan en equipo. Son parejas fijas formadas por un médico y un técnico de emergencias sanitarias que no sólo atienden el incidente sino también a su entorno: "Uno de los efectos secundarios es la familia y el entorno del paciente. Has de tener mucho tacto para comunicar malas noticias o hacer frente a una situación complicada porque el paciente también forma parte de su vida", explica Felip Roman, técnico del SEM.
Roman está habituado a la gestión de situaciones estresantes sin perder la calma, la conducción peligrosa y la comunicación de decesos, pero reconoce que la atención a emergencias pediátricas le afecta más de la cuenta: "Es muy duro", reconoce.
Morales, comenta que nadie les ha preparado para estas situaciones, pero dependiendo "cómo informes a la familia será el manejo del duelo", comenta. Varios familiares le han agradecido el trato después de perder a un familiar: "Es una de las situaciones más emotivas como profesional", concluye.