Día Mundial del Termómetro: un invento de Galileo al que hemos acudido en el año de la pandemia


Este instrumento médico, de los más utilizados, nos ha acompañado más que nunca desde marzo para detectar la enfermedad
La 'aparición' de los asintomáticos despertó las dudas sobre su eficacia en la prevención de contagios, pero ha sido clave en la vuelta al cole
Galileo Galilei lo inventó en 1552 para conocer la temperatura ambiente y Holanda introdujo su uso al campo de la medicina
Mascarilla, guantes, gel hidroalcohólico… y termómetro. La covid-19 ha incorporado en nuestro día a día estos y otros objetos que antes usábamos de forma puntual y, ahora, de forma más o menos generalizada. El 22 de diciembre es el Día Mundial del Termómetro, instrumento que nos ha acompañado este año más que nunca y que hemos consultado más de una vez.
La pandemia irrumpió en marzo y poco se sabía del virus: era altamente contagioso, se transmitía por las microgotas de saliva expelidas al respirar, hablar, toser o estornudar y provocaba neumonía. Además, un cansancio general y episodios de febrícula solían acompañar a la infección pulmonar, por lo que las instrucciones de las autoridades eran claras: usar mascarilla, mantener la distancia y controlarse los síntomas.
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Desde entonces, recurrir al termómetro para tomarse la temperatura se ha convertido en un gesto habitual, sabiendo que encontrar una cifra superior a los 37’5 ºC nos obligaría a contactar con los servicios sanitarios de nuestra comunidad y a aislarnos del resto de la familia; también no salir a comprar, a trabajar, al banco o a pasear al perro durante el confinamiento.
De hecho, ya en marzo empezaron los primeros controles de temperatura en aeropuertos, puertos y estaciones de tren. El Gobierno de Canarias fue de los primeros en hacerlo como respuesta a la pandemia y encargó a la Cruz Roja el control de este síntoma a partir del 19 de marzo. Ya durante la desescalada, se generalizó la instalación de cámaras de termográficas en todos los aeropuertos de AENA en junio; en julio, fue el turno de las estaciones de Madrid Atocha y Barcelona Sants, detectando así viajeros con fiebre.
Las dudas ante los asintomáticos
La investigación acerca de cómo actúa el virus y la incidencia de la enfermedad, bajo un gran esfuerzo científico motivado por cortar cadenas de transmisión entre infectados, empezó a revelar que la proporción de casos asintomáticos era mucho mayor de lo que se pensaba.
Los diferentes estudios sobre ello mostraban distintos porcentajes de asintomáticos respecto a casos totales, por lo general, por encima del 20%. En Madrid, el Gobierno de la Comunidad llegó a detectar hasta un 70% de enfermos que no desarrollaban ninguna infección pulmonar, ni el resto de síntomas, como la fiebre.
Por ello, empezaron a surgir las primeras dudas frente a la efectividad de la toma de la temperatura como método de prevención de la pandemia. No obstante, no fueron suficientes para apartar al termómetro, que recibe el visto bueno de las autoridades y han sido un elemento clave en el inicio del curso escolar 2020/2021 al ser usados por colegios de todo el país o padres en casa antes de salir. También en procesos electorales, como en los comicios gallegos, donde hicieron acto de presencia.
Del de Galilei hasta los digitales, pasando por los de mercurio
El termómetro es uno de los instrumentos médicos más utilizados y su invención tiene la autoría de Galileo Galilei. En 1552, creó un tubo de vidrio culminado en un bulbo grande que bautizó como termoscopio y su uso se dedicó a conocer la temperatura ambiente.
El jesuita Jean Leurechon actualizó su nombre al actual en 1624 y fue Holanda el país que empezó a usarlos con mercurio y a incorporarlos en exámenes clínicos, con Gabriel Fahrenheit liderando su implantación definitiva. Ahora, los de mercurio son cada vez más difíciles de encontrar y han sido sustituidos por los digitales debido a su impacto contaminante.