Un diagnóstico erróneo de covid provoca severas lesiones cerebrales a un bebé de Cartagena


El pequeño Hugo comenzó a tener fiebre el pasado mes de abril, pero debido a la pandemia no le atendieron en su centro de salud, aunque le diagnosticaron Covid
Un médico privado confirmó que se trataba de un virus, aunque no pudieron determinar si era covid porque no había test
El pequeño se recuperó, pero ocho meses después sufrió una parada cardíaca que le provocó daño cerebral, había sufrido el síndrome de Kawasaki y no covid como le habían diagnosticado
Hugo era un bebé sano y feliz hasta que el pasado 2 de abril, en pleno estado de alarma, comenzó a sufrir fiebre. Su madre, preocupada, contactó con su centro de salud en Cartagena, pero le dijeron que no le podían atender por la pandemia y que probablemente “se había contagiado de covid”, para lo que le recetaron apiretal y un colirio para tratar una conjuntivitis.
Sin embargo, los síntomas no remitían y acudieron a un médico privado que sí les pudo atender, aunque el diagnóstico fue muy parecido. “Nos dijeron que tenía un virus y que podía ser covid, aunque no se podía saber porque en aquel momento no se hacían pruebas. Y le recetaron antibióticos”, explica María Jesús Hernández, madre de Hugo.
Un tratamiento que en principio funcionó y a los 20 días el pequeño parecía estar totalmente recuperado.

Pero, la vida del pequeño Hugo y de toda su familia cambió 8 meses después, el pasado 27 de diciembre. Esa noche comenzó a encontrarse mal, con dolor de estómago y pequeños vómitos. Su madre lo achacó a que por primera vez había comido uva y algunos gusanitos con su hermano. Así que lo cogió en brazos para que se calmara, pero las molestias continuaban hasta que, a las dos de la madrugada, el pequeño se quedó inerte, como si se hubiera apagado.
Inmediatamente, gracias a unos vecinos, lo trasladaron al hospital. Allí los médicos consiguieron reanimarlo y estabilizarlo. El pequeño había sufrido una parada cardiaca y la falta de oxígeno le había provocado un daño cerebral severo.
Fue entonces cuando los médicos, después de someterlo a numerosas pruebas, detectaron varios aneurismas en el corazón de Hugo y las arterias dilatadas, provocadas por una enfermedad rara conocida como “Síndrome de Kawasaki”. “Según los médicos fue lo que le provocó la fiebre en abril. Si se hubiera diagnosticado a tiempo, se habría curado sin más consecuencias, pero como no lo atendieron y dijeron que era covid, mi hijo se encuentra así”, lamenta María Jesús.
Ahora, casi dos meses después, el pequeño Hugo sigue ingresado en el hospital de la Arrixaca en Murcia. “Le han puesto una sonda nasogástrica para alimentarlo, pero además el niño no fija la mirada, no te mira y no sabes si está consciente. Solo tiene como pequeños momentos en lo que parece que su cerebro conecte, pero se vuelve a apagar”, explica su madre.
Un tratamiento de 1.600 euros al mes
Este jueves los médicos le van a dar el alta a Hugo, ya no pueden hacer nada más por él. Pero el pequeño, para seguir con su recuperación tiene que acudir a una clínica especializada para someterse a un tratamiento multidisciplinar. “Necesita de todo. Fisioterapia, neuropsicología, optometrista, logopeda y más para tratar de recuperar lo que se pueda de nuestro hijo”, señala María Jesús.
Para conseguirlo, han encontrado una clínica en Alicante en la que les ofrecen todo lo necesario, pero tiene un coste que no pueden asumir de 1.600 euros al mes. “Es la clínica que mejor se adapta a las necesidades de Hugo. Tendrá que ir todos lo días de lunes a viernes, aunque está a una hora y media de casa, pero lo importante es que pueda mejorar”, explica su madre.
Para poder hacer frente a los costes de la rehabilitación han puesto en marcha una campaña a través de una cuenta de la cuenta de Instagram, @hugo_cree_en_ti, en la que se puede hacer cualquier donativo o comprar por cinco euros, unas pulseras muy especiales que representan el latido del corazón de Hugo.
Por el momento, ya han conseguido reunir 15.000 euros gracias a la ayuda de familiares, amigos y donantes anónimos, aunque necesitan más dinero para hacer frente a un tratamiento que permita a Hugo seguir luchando con la esperanza de volver a ser un niño sano y feliz.
MÁS
La pandemia priva a Martín, con síndrome de Angelman, de dar abrazos, su principal forma de comunicarse
Irene tiene 14 años y covid persistente: “Intento hacer vida normal, pero el dolor me lo impide”
Los padres de Jesús piden ayuda para encontrar los audífonos de su hijo: "Son básicos para su desarrollo"