La difícil situación de los dentistas: "A cero pacientes, cero ingresos. Pero hay que ser responsables"

Desde el 31 de marzo los dentistas solo pueden atender casos de urgencia
El Consejo General de Dentistas ha pedido al Ministerio que interceda para que no se especule en el precio de los EPi que necesitan para trabajar
Las clínicas tendrán que seguir a partir de ahora un protocolo de seguridad especial para que nadie se contagie de coronavirus
No saben cuando podrán abrir con normalidad y lo tienen asumido. Desde el 31 de marzo (según recoge la Orden SND/310/2020), las clínicas dentales solo pueden abrir para urgencias. Pero muchos ya habían cerrado antes.
"El 13 de marzo cerré mi consulta y doné mi material de protección a otros sanitarios para que la usaran", comenta Oscar Castro Reino, Presidente del Consejo General de Dentistas.
Como Castro otros muchos profesionales han donado sus equipos de protección individual (EPI) y tratan de no abrir las clínicas salvo excepciones.
"No sería responsable mantener la clínica abierta. Aunque nuestros gabinetes son espacios saludables por los estrictos protocolos de desinfección que aplicamos, este virus es muy ubicuo y de transmisión aérea. Con los aparatos que usamos los dentistas se crean aerosoles que pueden ayudar a su diseminación", explica Castro.
Por eso la vida de Sabrina Laborda ha cambiado. Antes de que se decretara el estado de alarma trabajaba por la mañana como dentista en un centro de salud de La Unión (Murcia) y por la tarde en una clínica privada de Molina de Segura, otra localidad murciana. Ahora todo es distinto. Sigue trabajando pero desde casa, solo acude al centro, o a la clínica, en caso de urgencia.
"Teletrabajo incluso los festivos, porque no se puede desatender a los pacientes. Pero atiendo básicamente por teléfono y no siempre como dentista. En el centro de salud todos los sanitarios estamos ayudando llamando a los enfermos de coronavirus para hacerles un seguimiento. De lo mío solo veo urgencias, tanto en la Seguridad Social como en la privada", cuenta Laborda por teléfono.
Ha costado hablar con ella porque la línea la tiene casi siempre ocupada. "A los pacientes les explico lo que tienen que hacer por teléfono, pero si les duele o tienen algo grave quedo con ellos". En este tiempo de confinamiento ha atendido a cuatro pacientes presencialmente.
"Yo no puedo dejar a una persona sufriendo porque me de miedo contagiarme, eso no es profesional ni humano, quedé con ellos y no pensé si tenían o no coronavirus. Ni se lo pregunté. De todos modos puede que fueran asintomáticos", explica.
Una protección que ahora tienen cada vez más difícil. También Laborda ha donado sus EPIs y ahora ella y otros dentistas tienen problemas de suministro.
Problemas para encontrar equipos de protección individual
El Consejo General de Dentistas ha pedido al Ministerio de Sanidad que adopte "las medidas necesarias para garantizar el abastecimiento de material protector a todos los dentistas" y que regulen los precios existentes en el mercado "para frenar la especulación".
"Antes comprábamos mascarillas por 50 céntimos, ahora me han llegado a pedir 5 euros", comenta Castro. Y en su caso, para volver a trabajar las necesitan, y no solo mascarillas, el Ministerio de Sanidad les ha enviado un protocolo que deben seguir cuando abran, y es muy estricto.
"Yo ya iba muy protegida, con mascarilla, gafas y guantes, ahora me pondré gorro, otra bata encima y lo que sea necesario. No tengo miedo, he tratado a enfermos de VIH, de hepatitis, y con otras patologías, solo tendré que tener aún más cuidado, por mi y por mis pacientes", cuenta Laborda, y explica que aún así no sabe cuando podrán abrir de nuevo la clínica.
Temen que la gente tarde en volver al dentista por miedo al contagio
"Tendremos que cambiar la forma de trabajar, reorganizar la agenda para espaciar a los pacientes, extremar aún más la higiene", aclara. Y confiar en que todo vuelva a la normalidad porque lo que sí temen es que la gente no se atreva a ir al dentista por miedo a contagiarse.
El futuro incierto de la vuelta a la normalidad
Lo cierto es que el futuro de los dentistas es bastante incierto. Todavía ni saben cuándo podrán volver a trabajar con normalidad.
"Si seguimos el ejemplo de Italia seremos de los últimos", comenta Oscar Castro.
Una situación que les está pasando factura. "No cobramos y seguimos teniendo gastos como los seguros y otras cosas, pero primero la salud y luego la economía", dice el Presidente del Consejo General de Dentistas.
Laborda está de acuerdo. "A cero pacientes, cero ingresos. Pero lo primero es ser responsables". Desde que cerraron (solo atienden a urgencias como ha pedido Sanidad), la clínica ha seguido con gastos pero sin ingresos. No solo hay que pagar los sueldos (de tres auxiliares y cuatro dentistas), también seguir pagando los seguros, la luz, el agua...
"Es difícil pero a mi lo que me preocupa son los pacientes, cada uno tiene su historia personal. El último día tuve que poner una prótesis a una señora que se le había muerto su madre y no quería ir sin ella al entierro. Menos mal que fue justo antes de cerrar", explica Laborda antes de despedirse apurada. Todavía, se justifica, tiene que atender unas cuantas llamadas. Así es ahora su jornada, un cambio que asume con paciencia.
El futuro de los dentistas depende, como todo, de cómo evolucionen los contagios por coronavirus.