La doble pandemia: "La prostitución deja las calles y se va a los pisos" con el coronavirus


El 80% de las casas y habitaciones siguen activas, aunque el estado de alerta ha obligado a cerrar los prostíbulos
El coronavirus ha hecho, entre otras cosas, que las mujeres en situación de prostitución desaparezcan de las calles, pero muchas de ellas siguen ejerciendo esa actividad en habitaciones y casas alquiladas. Según un estudio de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida (Apramp), "el 80% de los pisos siguen en activo, un 15% han sido cerrados y un 5% están abriendo de nuevo".
Con el estado de alerta, es muy difícil que las mujeres ofrezcan sus servicios sexuales en la calle por temor a ser desalojadas por la policía. Pero eso no impide que las prostitutas sean trasladadas a lugares más discretos. "Como ahora se han cerrado los prostíbulos, han subido los pisos particulares", argumenta la directora de Apramp, Rocío Mora.
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Alertan también del posible aumento de la prostitución digital que puede generar los estados de alerta y los confinamientos decretados en países de todo el mundo. "Son imágenes en pantallas, pero no son fantasías: las mujeres son realmente explotadas para producir esas imágenes por una industria que obtiene un gran beneficio económico de ellas", advierte Mora. "El encierro generado por la pandemia repercute de forma negativa en su situación, las invisibiliza aún más y dificulta su acceso a cualquier tipo de información", subrayó la presidenta de Apramp.
"Tenemos pisos de protección que ahora mismo están llenos y en muchos de ellos hay mujeres con síntomas de coronavirus. Es urgente que se tomen medidas", asegura Mora. "Necesitan plazas de alojamiento y acceso a sanidad. Muchas de ellas no tienen ni pasaporte", explica.
Apramp ha llevado a cabo un seguimiento de la situación de las mujeres y para ello ha contactado telefónicamente con 419 mujeres procedentes de Murcia, Madrid, Almería, Salamanca, Badajoz y Asturias, donde hay delegaciones. Se ha contactado con 13 zonas abiertas (zonas industriales y polígonos), 36 espacios cerrados (clubes situados en autovías y carreteras) y 122 zonas invisibles (pisos donde las mujeres son prostituidas). El 80 % de los pisos siguen en activo, un 15 % han cerrado y un 5 % se ha activado. Además, en un 25 % de los casos no se ha podido establecer contacto telefónico porque los proxenetas lo han impedido.
"Son las vulnerables de las vulnerables. Gracias a las supervivientes de las tratas que son las que saben acercarse a ellas, las que las explican que deben hacer ante esta situación tan complicada, son en las que confían. Gracias a ellas saben que se puede salir de esto pero con el Covid-19 tenemos mucho miedo de perder todo el trabajo que habíamos ganado. Estas mujeres están a punto de desaparecer".
"Nos preocupa el coronavirus pero no tenemos para comer"
"Nos preocupa el coronavirus igual, pero estamos encerradas y no podemos comer, no se puede romantizar con la barriguita vacía, esto no es hacer yoga", ha señalado María José Barrera, miembro del Colectivo Prostitutas de Sevilla que ha explicado que las prostitutas que ejercen la actividad en clubes cuando acaben este periodo habrán acumulado "deudas de hospedaje de 1.500 euros".
"Que las mujeres que ejercemos la prostitución no tengamos comida es porque estamos clandestinas", ha afirmado María José Barrera, quien ha ahondado en su situación para explicar que no pueden acceder a los repartos de comida por no estar empadronadas. "Ni derecho a recoger comidas por falta de padrón".
Barrera ha arremetido contra las distintas administraciones que "dan licencias a los clubes mientras nuestras compañeras están dentro de ellos pagando hospedaje y alimentación". Además asegura que como va el colectivo a protegerse frente al coronavirus "si es inmigrante indocumentada con síntomas no irá al médico para que no puedan deportarla".
"No pueden acceder a lo básico"
"Ayer mismo fuimos a repartir comida a las afueras de Zaragoza a un club donde había tres mujeres en situación de prostitución que llevaban dos día comiendo solo pan", explica Erika Chueca, portavoz de Médicos del Mundo España. "Parece mentira que en pleno siglo XXI, no tengan para comer".
Su situación es todavía más vulnerable que antes es la doble pandemia, el coronavirus y la invisibilización. Los clubes han cerrado pero ellas tienen que seguir pagando. Les reclaman de 150 a 250 euros a la semana por estar confinadas en el club y claro no pueden ejercer". Ante el agravamiento de la situación, esta ONG pide al Gobierno que las considere población de riesgo y las apoye con políticas públicas.
La situación de vulnerabilidad de estas mujeres es cada vez más extrema. Piden ayuda para lo básico poder pagar los alquileres, comida e higiene, explican desde Médicos del Mundo.
"No preocupa mucho esta situación porque si se alarga estas mujeres terminarán aceptando continuar las practicas sexuales en domicilios, sino lo hacen ya", asegura Chueca que advierte que se exponen doblemente pero que tienen que sobrevivir.
Son las grandes olvidadas, van a contagiarse
Las mujeres prostituidas "son las grandes olvidadas" de esta crisis sanitaria. "Van a contagiarse" y ni siquiera van a saber lo que tienen, ha dicho la presidenta de Apramp. "Y entonces se convertirán en material desechable", ha señalado Mora. Hay que tener en cuenta que son mujeres y niñas que habitualmente no tienen ninguna manera de comunicarse con las autoridades. El confinamiento solo agrava esta situación.
"Las deudas que mantienen con sus explotadores crecen a medida que se alarga el confinamiento". Según han narrado ellas mismas a estas organizaciones, son los encargados de esos lugares lo que les suministran los alimentos y productos básicos.