Javier Gallego, médico español en Lisboa: ''Los pacientes son atendidos en ambulancias tras 10 horas de espera''

El sistema sanitario portugués, con las UCI ocupadas al 94%, se encuentra colapsado
NIUS ha hablado con él para conocer de primera mano la situación en el país vecino
Alerta de que no se pueden desatender las demás patologías antes de que sea tarde
Portugal tiene capacidad para 500 pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos, y ahora mismo la cifra se acerca a los 900. La situación sanitaria del país es dramática, y el tiempo también juega en contra de los pacientes afectados por patologías distintas al coronavirus. Podemos hacernos una idea del panorama gracias al testimonio de un sanitario español que ha elegido Portugal para asentar su proyecto no sólo profesional, sino también vital.
Nacido en Málaga hace 44 años, Javier Gallego empezó a trabajar en Lisboa como médico residente en el servicio de cirugía cardiotorácica en el año 2002. Tras ser reconocido como el residente con mejor currículum de todo el país en su especialidad, ahora compagina su trabajo en el hospital de la capital con las intervenciones que realiza en otro centro médico del Algarve. Sus palabras ayudan a reflexionar sobre la importancia de cumplir con las medidas. Gallego relata a NIUS cómo se está viviendo esta tercera ola en Portugal, uno de los países del mundo en los que la pandemia deja peores datos.
PREGUNTA: ¿Cuál es la situación ahora mismo? ¿Qué datos nos pueden ayudar a hacernos una idea de la situación a día de hoy?
RESPUESTA: Esta semana hemos vivido el primer descenso en el número de muertes y contagios después de mucho tiempo. La cifra de fallecimientos se sitúa por debajo de los 300, y esperemos que no empeore y continúe en descenso. Esto es debido a que llevamos casi tres semanas confinados y empezamos a ver los resultados ahora. De todas formas, el sistema de salud está colapsado tanto a nivel de hospitales públicos como en los privados, dónde estamos recibiendo pacientes del Estado. Están todos los hospitales llenos, se han cancelado operaciones no urgentes y también la actividad oncológica. En mi especialidad, por ejemplo, pacientes con cáncer de pulmón van a llegar tarde para ser operados. También hay pacientes cardiovasculares a los que no se les está haciendo el diagnóstico o el cateterismo a tiempo por lo que podrían fallecer sin ser tratados.
Aplazar el tratamiento de otras patologías agravará todavía más el problema
P Si ahora sacaras una fotografía a un hospital de la capital lusa, ¿podrías describirnos cómo sería esa imagen?
R Se pueden acumular colas de hasta 40 ambulancias en las puertas de los hospitales. Intentan dejar pacientes y son incapaces de entrar en los propios centros. Es una situación dramática. Los pacientes están siendo tratados dentro de la ambulancia e incluso están siendo triados dentro. Sale un equipo del hospital (formado por una enfermera y un médico) cuando puede, a veces pasadas 10 horas. Puede llegar a ser la espera para evaluar al paciente y ver si realmente está grave o no. Allí deciden si se puede seguir tratando dentro de la ambulancia o si es necesario derivarlo al interior del complejo ante la necesidad, por ejemplo, de un ventilador o un respirador. Es una situación muy grave.
P: La expresión 'triaje de guerra' impone, y mucho...
R: El triaje consiste en elegir cuales son los pacientes que de alguna forma tienen 'derecho' a ser tratados y cuales no. Todos, por supuesto, tienen derecho. No porque no se quiera tratar a todos, sino porque no hay capacidad de tratar a todos. No pudiendo tratar a todos, hay que elegir. Es un problema, pero es una realidad.
No poder tratar a todos los pacientes es un problema, pero es una realidad
P: ¿Podemos hablar de colapso hospitalario inminente o ya se está viviendo ese colapso?
R: Yo creo que ya estamos colapsados. Se habla de un 94% de ocupación de las UCIS. Aparte de los cuidados intensivos, hay pacientes que están ventilados con respiradores en salas de reanimación, en quirófanos cerrados a la actividad... pero que sirven como salas de UCI. Portugal tiene una capacidad instalada para unos 500 pacientes en cuidados intensivos. Bueno, más bien tenía, porque en este momento hay 852 personas ingresadas en las UCI. Lo que se ha hecho es poner respiradores y habilitar zonas para poder tratar un número de pacientes extra que no se esperaba.
P: ¿Cuál es el ánimo que se respira entre el personal sanitario?
R: Están muy saturados, muy cansados, haciendo esfuerzos sobrehumanos y doblando guardias. Hay muchos médicos en hospitales públicos sin formación en cuidados intensivos que están trabajando en cuidados intensivos. Médicos residentes de dermatología, por ejemplo, están cuidando pacientes COVID. La carencia es tanta que cualquier médico puede ayudar. Y toda ayuda es bienvenida. Lo que se comenta mucho también es que el grupo de ayuda formado por médicos militares alemanes resulta que han ido para un hospital privado (Hospital da Luz). Se respira cierta sorpresa y mucha gente se pregunta cómo es posible que esta ayuda vaya para un hospital privado. Desconocemos cuales pueden ser los criterios. Incluso he llegado a escuchar que puede ser una operación de marketing del propio hospital.
P: ¿Qué es lo que más te preocupa en el desempeño de tu trabajo diario?
R: Hago operaciones tan específicas que no las puedo parar. Yo lo que hago son operaciones graves de corazón y de pulmón. Me llamaron del hospital porque tenía una paciente para operar con cáncer de pulmón y me preguntaron si la paciente era urgente o podía esperar un mes y medio. La respuesta fue rotunda: si no se opera ya, esta paciente se muere. Estamos dando prioridad al COVID, y me parece muy bien porque es una necesidad, pero la cantidad de problemas que se nos vienen encima con pacientes oncológicos y cardiovasculares es enorme.
P: Creo que el mensaje de optimismo todavía no tiene cabida ahora mismo...
R: Evidentemente tenemos que seguir luchando. Aunque los datos hayan bajado no podemos descuidar a los otros pacientes. En estos momentos, bien porque el sistema está colapsado o porque el paciente tiene miedo de ir al hospital, si alguien tiene un infarto en casa se puede morir en casa. Y esto está sucediendo. COVID sí, por supuesto, pero sin olvidarnos de las demás patologías. Incluso si hablamos de accidentes de tráfico. Cuando llega un paciente herido tras un incidente así es muy difícil poder tratarlo. Hay que seguir teniendo mucho mucho mucho cuidado.
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