Joan Carles March, especialista en salud pública: "Por salvar la Navidad ahora tenemos más muertes, ha sido un error garrafal"


NIUS entrevista al doctor Joan Carles March, especialista en salud pública y una de las voces autorizadas del campo sanitario en esta pandemia
El doctor reconoce que es favorable a que el Gobierno Central permita a las Comunidades Autónomas decretar el confinamiento domiciliario donde estimen necesario
A su juicio, la apertura de la movilidad ha sido un "error garrafal" que está provocando muertes
Joan Carles March lleva más de 30 años ejerciendo como experto en salud pública en la Escuela Andaluza de Salud Pública, entidad desde la que ahora emite su juicio al respecto del avance imparable de la tercera ola de la pandemia del coronavirus. NIUS ha querido conversar con él para plasmar su valoración sobre los efectos de la Navidad sobre la pandemia, negativos a toda vista.
"Por querer salvar la Navidad ahora tenemos más muertes", afirma tajante March, quien cree que la apertura de la movilidad durante el mes de diciembre ha sido un "error garrafal que ya advertimos". Sin embargo, valora positivamente las últimas restricciones que han aprobado territorios como Andalucía, si bien entiende que "llegan tarde", ya que "nunca tomamos medidas previas a la actuación del virus, y éste gana siempre".
P: Doctor, parece evidente que 'salvar la Navidad' está pasando factura. ¿Lo entiende así?
R: Ya lo veníamos advirtiendo desde noviembre, para salvar la economía primero hay que salvar la salud, y lo contrario ahora nos está pasando factura. Las cuatro fiestas del mes de diciembre (Puente de la Constitución, Nochebuena, Año Nuevo y el día de Reyes) han multiplicado nuestros contactos sociales por diez, y así es muy fácil disparar los contagios. Y a ello hay que añadirles variables como la cepa británica, más contagiosa. Ahora todo el mundo plantea que ha sido un error claro abrir la movilidad en Navidad.
P: Si estaba tan claro, ¿cómo no lo hemos visto venir?
R: Nunca tomamos medidas previas a la actuación del virus, y así el virus gana siempre. Ha sido un error garrafal que creo que hay que poner en boca de todas las administraciones, no hay ni una que haya dicho que no era bueno abrir la movilidad, todas se sumaron a la operación salvar la Navidad. Y por salvar la Navidad ahora estamos sufriendo más muertes.

P: La tercera ola asciende imparable, y vemos como los hospitales vuelven a parecerse los de marzo.
R: En algunas comunidades los datos de ocupación hospitalaria convencional y UCI ya son superiores a los del mes de abril, por ejemplo. El gran problema de esta escalada de contagios es que con ellos suben las hospitalizaciones. A ello además hay que unirle que no se refuerza la atención primaria y los sanitarios vuelven a estar desbordados, mas aún asumiendo ahora labores de vacunación. La atención primaria está hipersaturada.
P: Se suceden nuevas restricciones en las CCAA. Usted conoce muy bien las de Andalucía, donde reside. ¿Qué le parece que se acaten restricciones de movilidad de manera quirúrgica por municipios o incluso distritos?
R: Me parece muy adecuado. Es correcto que se cierren comercios y hostelería en los lugares con mayor incidencia, e incluso soy favorable al cierre permanente de la hostelería o grandes centros comerciales donde las aglomeraciones o el contacto social es evidente. También me gusta la petición del confinamiento domiciliario, creo que el Gobierno Central debería dotar a las comunidades de esa herramienta. Ojo, no digo que se confirme domiciliariamente en todo el país, no creo que sea necesario, pero sí en aquellos territorios o municipios con una tasa de contagio disparada.
P: ¿Serán suficientes medidas como ésta para frenar la tercera ola?
R: No lo creo, pero habrá que valorar conforme a los datos. Por ejemplo, en Andalucía se podría haber sido algo más duro con las medidas, por ejemplo restringiendo aún más los horarios de apertura en centros comerciales, bares y restaurantes. Lo cierto es que aún no hemos llegado al pico de esta tercera ola, y lo lógico es que sigamos experimentando un incremento de contagios e ingresos hospitalarios hasta, al menos, finales de enero. Ese es el precio que pagamos por haber disfrutado de los cuatro festivos de diciembre con más libertad.