Rafael Bengoa: "Ahorraremos muchas muertes si en Navidad tenemos un comportamiento distinto al de verano"

El exconsejero de Sanidad vasco y antiguo asesor de Obama ve prácticamente inevitable una tercera ola y un nuevo confinamiento tras las fiestas
"En enero, si empieza a haber transmisión comunitaria, va a hacer falta cambiar de estrategia en España y no seguir conviviendo con el virus aunque estemos vacunando", asegura el médico
Con la Navidad a la vuelta de la esquina son muchas las voces que reclaman nuevas medidas para hacer frente a los casos de coronavirus que se espera que asolen al país después de las fiestas. Y el médico Rafael Bengoa (Caracas, 1951) es uno de ellos.
El que fuera asesor de Barack Obama en 2012 y exdirectivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ve prácticamente inevitable una tercera ola y un nuevo confinamiento a partir de enero.
Pregunta: ¿Qué le parecen las medidas de flexibilización que ha puesto en marcha el Gobierno Vasco?
Respuesta: Son medidas que yo creo que, en las próximas semanas, antes de Navidad, sería bueno reforzar porque no ha continuado la mejora que se esperaba y es probable que se necesite ser un poquito más estricto con los bares, la parte interior de los bares, y con el tema de fumar en terrazas, que yo creo que es aconsejable no hacerlo.
P: ¿Cree que con estas dos medidas, prohibir el consumo en el interior y controlando el fumar en terrazas, podríamos controlar un poco mejor la curva?
R: Sólo si la sociedad civil sigue el resto de las reglas. Si la gente hace un poco lo que le da la gana vamos derechos a tener infecciones durante todos estos días. Más lo que pase dentro de las casas en navidades, estaremos creando una situación para una tercera ola que igual no es tan agresiva como ésta, pero es importante evitarla.
P: Pero, ¿cree que va a llegar una tercera ola o van a ser picos después de Navidad?
R: Creo que depende un poquito cómo se exprese el volumen de esas infecciones. Si durante esta segunda desescalada en la que estamos ahora reforzamos el famoso testeo, rastreo, seguimiento o aislamiento, igual solo se expresa esa tercera ola como microbrotes en distintos sitios. Pero si el comportamiento ha sido como el que hemos tenido en verano de casi normalidad, vamos a tener una franca tercera ola. Y hay que acordarse siempre de que hay que pensar en los profesionales, todos los trabajadores del sector salud que no pueden estar sufriendo otra vez una tercera ola. Nosotros no vemos las muertes en directo, vemos estadísticas. Ellos ven muertes en directo y por lo tanto una tercera oleada ya es empezar a pedir mucho a los profesionales de la salud, aquí en Osakidetza o en cualquier parte de España.
P: ¿Y cree que esa tercera ola va a llegar aunque ahora estemos un poco más concienciados que en verano?
R: Obviamente no hemos llegado a comunicar la severidad del tema a ciertos grupos, sobre todo a ciertos grupos de edad, y por lo tanto esas personas no han modulado su comportamiento desde el verano. De hecho, estamos viendo los mismos comportamientos, como botellones, que se veían en verano. No hay diferencia entre agosto, noviembre y diciembre. ¿Eso qué quiere decir? Que va a haber infección y hay que acordarse que en parte la culpa es nuestra por no haber sabido comunicar a ciertos grupos lo serio que es. Porque hay gente muy joven pasándolo muy mal en el hospital e incluso varios muertos también entre este grupo de edad. Eso no ha llegado a calar. Se dice que el virus no ha mutado mucho, y menos mal. Pero parece que nosotros no estamos mutando mucho tampoco en términos de comportamiento.
P: ¿Deberíamos seguir el modelo que están implantando en Alemania?
R: Alemania está siendo más estricta porque le está pegando muy fuerte ahora, tal y como nos pasó a nosotros hace varias semanas. Y a ellos esa subida agresiva de infección les está coincidiendo con la Navidad, por lo que están tomando decisiones como el cierre de toda la restauración e incluso los colegios. Creo que es bueno que miremos a esas restricciones porque las reglas que se han puesto aquí en España a nivel nacional son reglas mínimas que hay que hacer en una Comunidad Autónoma. Pero las comunidades autónomas, que son puntos calientes porque tienen mucha infecciosidad tienen que reforzar esas reglas generales.
P: ¿Y cómo tendríamos que reforzarlas? ¿Simplemente con lo de no poder consumir en el interior de los bares o ir a algo más restrictivo como el cierre de colegios en Alemania?
R: Eso no se va a hacer porque la estrategia que se sigue en España es la de convivir con el virus. Es un modelo que acepta una cierta mortalidad porque se piensa que la sociedad civil va a aceptar doscientos, trescientos o cuatrocientos muertos, que es un indicador del que apenas se habla menos cuando sale en la gran estadística. Pero es evidente que en enero, si empieza a haber muchos brotes y tenemos transmisión comunitaria, va a hacer falta cambiar de estrategia en España y no seguir conviviendo con el virus aunque estemos vacunando.
P: ¿Y cuando empiece la vacuna nos vamos a relajar? Usted plantea otro tipo de estrategia aunque nos estemos vacunando.
R: En Salud Pública solemos decir que una cosa es la vacuna y otra es la vacunación. Sólo notaremos la eficacia de la vacuna, que es del 90%, si se vacuna el 70% de las personas en España. Por lo tanto, tener la vacuna es una cosa y otra cosa es lograr un buen proceso de vacunación. Espero que pronto veamos una muy buena campaña de vacunación. Creo que debe ser estatal, uniforme para todo el país. Europa está incluso hablando de tener un proceso de vacunación igual en todo el continente, lo que daría una cierta seguridad a la gente ver que se están vacunando todos los europeos. Creo que sería una buena forma de convencer a aquellas personas que pueden estar dudando si se van a vacunar o no.
P: Pero aunque nos estemos vacunando las medidas restrictivas tienen que seguir ahí.
R: Las medidas restrictivas tienen que seguir ahí porque la vacuna no es una sustitución de esas restricciones. En cuanto veamos que, si vacunamos de forma uniforme en todo el país logramos tener una inmunidad de rebaño, que yo calculo que será en septiembre u octubre, nos podremos quitar todas estas otras medidas de salud pública. Porque en ese momento el virus seguirá ahí, pero muy controlado, muy bajo y podremos recobrar la normalidad que queremos.
P: Hace algunos meses usted decía que esa inmunidad iba a llegar en verano. Ahora ya lo dejamos para el otoño. ¿Qué ha pasado? ¿Ha tenido algo que ver el retraso de la vacuna?
R: No, todo depende de cuántas personas se vacunen y si hay dificultades en captar a la gente para vacunar. Una cosa es decir voy a vacunar a todos los profesionales o a todas las personas vulnerables en las residencias. Pero si empezamos a encontrar barreras y dificultades, porque hay personas a las que no se les ha podido convencer del todo, pues eso condicionará la fecha en la que podamos volver a la normalidad. Cuanta más gente se vacune y más rápido, antes nos quitaremos todos la mascarilla.
P: ¿Y qué diría usted a todas esas personas que tienen dudas de ponerse la vacuna? ¿Son realmente seguras y efectivas?
R: Son seguras y efectivas. De momento la única duda que hay es si tienen la doble función que pudiera tener una vacuna. El primer objetivo de una vacuna es que no tengas la enfermedad de forma grave, lo que se llama neutralizante. Pero el segundo objetivo es que no transmitas y no te transmitan. De momento esa es la única duda que hay. No hay ninguna duda por los trámites que han pasado de que es segura, eficaz y que nos las tenemos que poner.
P: ¿Es partidario de los test en farmacias? ¿Cree que nos pueden ayudar a evitar un poco esa tercera ola?
R: La prueba que está ahora en farmacias es una prueba de anticuerpos por lo que sólo te permite deducir si has tenido o no la enfermedad en semanas o meses pasados. Los únicos dos test que te permiten deducir que en ese momento no estás infectado son el test rápido o de antígenos y la famosa PCR. Pero la gran esperanza, y es una pena que no hayan llegado antes de Navidad, son los test de saliva con los que vamos a poder saber si ese día estamos infectados si nos los hacemos dos o tres veces a la semana. Yo creo que esos test vendrán en enero o febrero. Y es que el 2021 es un año lleno de esperanza, porque hay nuevos medicamentos si agarras la enfermedad, hay muchas vacunas, hay nuevos tests que vienen y por lo tanto estamos en una situación muchísimo mejor que el año pasado. Eso sí, durante seis o siete meses habrá que mantener las mascarillas y el distanciamiento social.
P: ¿Qué medidas deberíamos tomar de cara a la Navidad? ¿Será lo mejor quedarnos cada uno en nuestra casa?
R: Esa es la mejor. O también lo que están diciendo algunas personas de estar siete días antes de Navidad sin contacto social y otros siete días después haber estado en contacto con la familia durante las fiestas. Pero eso es muy difícil de lograr y al final la mejor medida es ser minimalista en la cena de Navidad. Y hacer lo mismo que si estuviéramos en un bar: no fumar, ponerse la mascarilla con los está hablando, quitársela sólo para comer y ser pocos. No creo que sea pedir demasiado a la gente.
P: ¿Cree que después de Navidad deberíamos confiarnos otra vez?
R: Si después de las fiestas la gente piensa que ha asumido muchos riesgos puede autoaislarse y puede ser conveniente hacerlo antes de volver a su lugar de trabajo o de estudios. Pero eso a nivel individual. Ya como población y decisión de las autoridades, si vuelve a verse que unos brotes se convierten en transmisión comunitaria habrá que mirar más hacia lo que ha hecho Oriente que lo que hemos hecho nosotros en Europa. Es decir, tomar ya una decisión de confinamiento domiciliario y cuyo origen sabremos que será que nos hemos pasado en Navidad.
P: Pero usted casi da por seguro que nos vamos a pasar en Navidad y que va a venir una tercera ola.
R: El virus no ha mutado y nosotros no hemos mutado mucho nuestro comportamiento. Como veo que sigue habiendo las mismas imágenes que hubo en verano, no tenemos que pensar que va a ser mucho mejor. Ojalá la gente haya modulado su comportamiento después de ver la mortalidad que ha habido en la segunda ola. Y es muy importante comprender que no nos tenemos que seguir acostumbrando a ver esas tasas de mortalidad como si fueran normales. Vamos a ahorrar muchas muertes, sobre todo de gente mayor, si tenemos un comportamiento en Navidad muy diferente al que hemos tenido en verano.