La otra epidemia (porcina) que tiene en guardia a Europa

La peste porcina no afecta a los humanos pero tiene consecuencias económicas devastadoras para el sector
Recién comenzado septiembre, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha iniciado una importante campaña bautizada como “Alto a la peste porcina africana” destinada a concienciar a la población y a detener los graves brotes que están surgiendo en el sudeste de Europa y que pueden amenazar gravemente la economía de nuestro continente.
La peste porcina africana (PPA) es producida por un virus ADN de la familia Asfarviridae y no representa una amenaza para la salud humana, pero es letal para los cerdos domésticos y los jabalíes de todas las edades, por lo que provoca grandes pérdidas económicas.
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Síntomas y transmisión de la peste porcina
En los animales el virus provoca una enfermedad caracterizada por fiebre alta, pérdida de apetito, pérdida de apetito, vómitos, diarrea, enrojecimiento de la piel, hemorragias de la piel y de órganos internos, y muerte entre 2 y 10 días. La peste porcina africana (PPA) alcanza tasas de mortalidad del 100% y es una enfermedad de declaración obligatoria a la OIE (Código Sanitario para los Animales Terrestres).
La enfermedad está presente en la vida silvestre (jabalíes) y puede transmitirse fácilmente a las granjas de cerdos, donde representa un gran riesgo para la producción porcina, ya que incluso con solo un cerdo infectado hay que sacrificar a toda la piara.
La enfermedad en los cerdos puede producirse por contacto directo e indirecto y por diferentes vías que contemplan la oral, la inhalación de fomites o incluso por picaduras de ectoparásitos como la garrapata blanda de la especie Ornithodoros moubata que es vector de transmisión.
En 2019, un brote de peste porcina en China obligó a sacrificar a 200 millones de cerdos.
No hay vacuna
Actualmente no existe vacuna para la peste porcina africana por lo que las medidas de detección, prevención e información son esenciales a fin de contener la enfermedad ya que los efectos de un brote de PPA pueden ser devastadores.
En el año 2019 un brote de peste porcina africana (PPA) afectó a China el país productor y consumidor de carne de cerdo más grande del mundo. Los productores chinos tuvieron que sacrificar a más de 200 millones de cerdos, lo que supuso un impacto desacelerador en la economía china y afectó a los mercados cárnicos a nivel mundial.
Enfocado en resolver la amenaza que representa la Peste Porcina Africana (PPA), a finales del año 2019 se puso en marcha el proyecto de investigación VACDIVA, dotado con 10 millones de euros por la Comisión Europea y liderado por José Manuel Sánchez-Vizcaíno, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid. El proyecto pretende proporcionar tres posibles vacunas contra la PPA.
De Kenia a Portugal y España
La enfermedad fue descubierta en Kenia en 1910 y el virus fue detectado por primera vez en el continente europeo, en Portugal en el año 1957. Desde Portugal la enfermedad pasó a España en 1960 lo que provocó graves perjuicios económicos derivados tanto de los cerdos que morían, y de la necesidad de sacrificar a los animales de las zonas afectadas, como de la prohibición de exportar cerdos o productos derivados.
Entre 1960 y 1970 la peste porcina africana se extendió por Europa afectado a Italia, Holanda, Bélgica y Francia. Por fortuna, la enfermedad consiguió erradicarse de los territorios europeos salvo de la isla italiana de Cerdeña, dónde la peste porcina africana ha sido categorizada como endémica desde 1978.
La enfermedad regresa a Europa
La amenaza vuelve a ser latente ya que la enfermedad es prevalente y endémica en los países del África Subsahariana, y por desgracia recientemente se ha extendido de forma preocupante por China, Mongolia, Vietnam y algunas zonas de la Unión Europea.
En la actualidad, la enfermedad está en 9 Estados miembros de la UE: Bélgica, Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y Rumanía. Parece que la zona afectada de la UE se expande moviéndose principalmente en dirección suroeste. En noviembre de 2019 se alertó de la posibilidad de propagación a Albania, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Grecia, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte, Serbia y Eslovenia.
Los jabalíes polacos
Polonia comenzó a notificar brotes de peste porcina africana en el año 2014. La enfermedad apareció en la población de jabalíes en el este de Polonia, en la frontera con Bielorrusia. Desde entonces ha provocado la muerte de numerosos jabalíes y ha afectado a varias granjas de cerdos en muchas zonas del país.
Según parece, en Polonia hay una infección masiva de jabalíes que provoca una propagación lenta pero constante de la peste porcina africana que ya tiene presencia en el 46% del territorio polaco. Las autoridades polacas han introducido medidas de control como reducción de la población de jabalíes, búsqueda y eliminación de jabalíes muertos, trampas o cercas entre otras, pero de momento no parecen suficientes.
El otro muro: Alemania levanta una valla kilométrica
Dada la situación, las autoridades alemanas han colocado una valla de cientos de kilómetros a lo largo de la frontera germano-polaca para evitar que los jabalíes propaguen la peste porcina africana a Alemania. La cerca fue acordada con Polonia y se ha construido dentro del territorio alemán a al menos 5 metros de la frontera real con el país vecino.
Y Dinamarca le pone una valla a Alemania
Dinamarca también ha construido una valla de decenas de kilómetros a lo largo de su frontera con Alemania en un esfuerzo por controlar la migración de jabalíes, porque Dinamarca se encuentra entre los mayores exportadores de carne de cerdo del mundo. Las exportaciones de carne de cerdo representan casi la mitad de todas las exportaciones agrícolas danesas y más del 5 por ciento de las exportaciones totales de Dinamarca.
El sector porcino español también está posicionado entre los principales productores a nivel europeo y mundial. Por ello, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), siguiendo las recomendaciones de la Comisión Europea, ha considerado necesario incrementar los esfuerzos de vigilancia para que no se produzca la incursión del virus de la peste porcina africana en España. Desde luego, hoy en día la preocupación es máxima.