Por qué España abre los colegios con unos datos de contagios peores que cuando los cerró


Los datos del inicio de la pandemia habría que multiplicarlos por diez para tener una idea más precisa de la situación entonces
El día 9 de marzo a última hora de la tarde, la Comunidad de Madrid anunció el cierre de los colegios, en lo que fue el inicio de unos días que terminaron con prácticamente toda la población española confinada en su casa.
En aquel momento, los contagios por coronavirus totales en Madrid eran 469. Se había producido un salto de más de trescientos nuevos positivos en un solo día. Y en las jornadas siguientes, hasta que la medida entró en vigor en 11 de marzo, la tendencia fue similar.
Ahora los números parecen mucho peores. En los últimos días, la región ha llegado a sumar hasta 1.553 caso en sólo 24 horas.
¿Por qué ahora se disponen a abrirse las puertas de los colegios con cifras que son comparables a las de los días en que se decidió cerrarlas?
Lo que los datos muestran y lo que ocultan
Hay varias causas posibles, pero es fundamental entender que los datos de entonces y los de ahora son difícilmente comparables. Aunque todavía faltos de precisión, los números que se manejan ahora se acercan más a la realidad que los del inicio de la pandemia.
Fernando Simón suele citar el amplio estudio de prevalencia de la enfermedad que hizo a lo largo de semanas el Instituto de Salud Carlos III para estimar que al principio de la pandemia sólo se detectaba en torno a un 10% de los contagios, fundamentalmente los más graves.
Eso significa que la cifra real de infectados de principios de marzo bien podía multiplicar por diez los datos que se conocían y superar los tres mil positivos diarios sólo en Madrid.
La región fue revisando al alza los datos de aquellos días y hoy refleja que se registraron más de setecientos casos tanto el 10 de marzo como el día 11. Esas cifras actualizadas tampoco son una medición fiel de la situación de entonces porque no se hacían pruebas ni siquiera a todos los sintomáticos. La realidad es que cerrar los colegios fue una manera de asumir que se estaba a ciegas ante lo que se venía encima. Sólo se veía una pequeña punta del iceberg.
Ahora, según el director del CCAES, se detectan aproximadamente el 70% de las infecciones, quizá incluso más. Según esos cálculos, teniendo como referencia los valores actuales que publica Sanidad, el nivel de transmisión del virus en la actualidad está por debajo del que se daba en marzo, entre 2.000 y 5.000 casos diarios menos.
Siempre teniendo en cuenta que son estimaciones del avance de una enfermedad sin una contabilidad definitiva, pero de la que ahora se hacen miles de pruebas a enfermos sintomáticos, asintomáticos y contactos cuando en marzo incluso centenares de ancianos enfermos llegaron a morir sin la prueba.
"Estamos detectando un volumen muy importante de la realidad de la infección, que es lo que nos faltaba antes", ha asegurado este lunes Fernando Simón. "Si nuestra capacidad de detección fuera la misma de entonces, tal vez estaríamos detectando una séptima o una octava parte de lo que detectamos".
La situación por territorios
Pero la comparación no es igual en todos los territorios. En Euskadi, en aquellos días de marzo los contagios se incrementaban en unas pocas decenas, con treinta o cuarenta nuevos positivos cada día. Aunque los multiplicásemos por diez para tener la referencia de cuál podía ser la transmisión real del virus, el dato queda lejos de los 730 contagios registrados el pasado 28 de agosto. Algo parecido sucede con los datos de Andalucía o Canarias.
Un problema añadido son las discrepancias actuales entre los datos que publica Sanidad y los que comunican las comunidades autónomas. La situación de Cataluña es mucho mejor que en marzo si se tienen en cuenta los datos del Ministerio, pero todo cambia si se toman como referencia los de la Generalitat.
El nivel de contagios y el cierre de escuelas
El nivel de circulación del virus en una comunidad es uno de los indicadores que se pueden tener en cuenta a la hora de decidir el cierre de escuelas. Con una transmisión reducida del coronavirus, muchos expertos han defendido que no consideran que la actividad escolar suponga un gran problema, al menos no mayor al de otras actividades profesionales o de ocio que se han recuperado.
Sin embargo, con un nivel alto de transmisión comunitaria, abrir las puertas de las aulas puede tener un efecto peligroso y avivar aún más los contagios. No sólo por la estancia de los alumnos en clase, también por el incremento de la movilidad en las horas de entrada y salida de los centros.
Algunos estudios han puesto como referencia el nivel de un contagiado diario por millón de habitantes, el que tenía Corea del Sur cuando reabrió los colegios. Otros han elevado hasta 25 casos diarios por cada 100.000 habitantes esa cifra. Madrid, por ejemplo, algunos días está rondando esos números.
En cualquier caso, el ritmo de contagios en la comunidad no es el único criterio. Los centros educativos han tenido, al igual que otros espacios laborales o comerciales, tiempo para prepararse. Y aunque algunos estudios apuntan a que los adolescentes pueden ser algo más contagiosos, cada vez más estudios confirman que en los más pequeños el riesgo de que contagien a otros está muy atenuado.