España, al borde del confinamiento domiciliario: "Si en dos semanas no mejoramos, habría que implantarlo"


Siete comunidades autónomas están, según los baremos de Sanidad, en riesgo extremo, y otras siete en medio
Epidemiólogos, preventivistas y especialistas en salud pública reconocen que la evolución de los contagios las dos próximas semanas será clave para endurecer las medidas o mantener las mismas
El toque de queda es un intento más de no llegar al confinamiento total, pero es probable que no consiga frenar la curva de contagios
En la televisión pública francesa lo han bautizado como re-confinamiento. Es decir, volver a la prohibición de salir de casa. Con más o menos excepciones, pero confinamiento domiciliario al fin y al cabo. En España tampoco es una hipótesis lejana, sino una realidad a la que debemos hacernos a la idea más pronto que tarde: según algunos expertos en dos semanas, si no mejora la situación epidemiológica, habría que encerrar en sus casas a la población de siete comunidades autónomas.
De hecho, algunas regiones ya empiezan a pronunciar la palabra maldita en público. La primera en hacerlo fue Verónica Casado, consejera de Sanidad de Castilla y León, que este lunes afirmó en una entrevista que, aunque es la última medida que se tomaría, está sobre la mesa la necesidad de imponerlo "dado cómo como va el avance de las cifras, que están avanzando mucho". En Cataluña Meritxell Budó, la consejera de Presidencia, ha reconocido que la Generalitat baraja prohibir a la población que salga de casa los fines de semana, que "es cuando hay más interacción social. Los datos son muy malos”.
Y ésa es la palabra clave que está provocando toques de queda y planteamientos de confinamientos en casa: la interacción. Lo explica José Jonay Ojeda, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria. "Lo que se pretende no es que no salgas de casa, no es restringir la movilidad, sino evitar las interacciones. Que la limitación de la movilidad se traduzca en reducir las reuniones privadas, ése es el foco de esta medida del toque de queda", explica Ojeda. "Porque si hemos cerrado el ocio nocturno, hemos limitado aforo de comercios y hostelería o en algunos sitios se han cerrado... ¿dónde pueden estar contagiándose la gente?", se pregunta el experto en salud pública.
El foco del toque de queda es evitar la interacción privada. Porque hemos cerrado ocio nocturno, en algunos sitios hostelería... así que, ¿dónde se contagia la gente?", reflexiona José Jonay Ojeda, de la Sociedad Española de Salud Pública
Un tercio de los contagios están asociados al ocio nocturno, pero los expertos calculan que muchos más son secundarios a éste: un joven va a una discoteca, no mantiene distancia ni usa mascarilla, se contagia y contagia a sus padres, tíos o abuelos, con los que come en casa después de la noche de fiesta. La clave del asunto es reducir las interacciones de personas. Éste es el mensaje: toca retraerse", coincide e insiste Daniel López Acuña, epidemiólogo y director de Acción Sanitaria de la OMS en Situaciones de Crisis durante casi treinta años.
¿Es suficiente el toque de queda? Para la mayoría, no
Por eso, si se le pregunta si el toque de queda es suficiente, Jesús Cabrillana, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, contesta rotundo: "Es un parche". Este experto es contundente: "hay que evaluar en dos o tres semanas, y las zonas con más incidencia, si no muestran una tendencia clara a la bajada de contagios, deberían tener un confinamiento domiciliario". Porque es la única manera de acabar con la velocidad de transmisión del virus. Es pesimista el preventivista con respecto a la responsabilidad de la gente, y cree que se necesitan medidas duras.
"El toque de queda es un parche, en las zonas con peor situación epidemiológica hay que ir más allá", opina rotundo Jesús Cabrillana, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene
Daniel López Acuña, por su parte, apuesta por reevaluar las medidas adoptadas en dos o cuatro semanas, e ir variando la dureza de los confinamientos, incluso suspender las actividades escolares presenciales que no sean imprescindibles. "Hay que propiciar todo lo posible el teletrabajo y la virtualidad en la parte educativa. Y si no logramos doblegar la curva, o mejor dicho estabilizarla, en las próximas dos a cuatro semanas hay que considerar el cierre de colegios y el confinamiento total". Y coincide con Cabrillana: "No nos podemos quedar solamente con el toque de queda".
Si no logramos estabilizar la curva en las dos o cuatro próximas semanas hay que considerar el cierre de colegios y el confinamiento total", advierte el ex director de Acción Sanitaria en Crisis de la OMS Daniel López Acuña
La voz más optimista la pone el experto en salud pública José Jonay Ojeda. El experto considera que hay cierto margen de maniobra para no tener que llegar al confinamiento domiciliario, pero hay que actuar ya, según Ojeda con líneas paralelas a las limitaciones que ya están en vigor:
- fomentar el teletrabajo, no solamente para no tener contacto con tus compañeros, sino para evitar el transporte público. "Se hizo muy bien en la primera oleada y ahora está desaparecido", opina Ojeda.
- intentar saber dónde están produciéndose los contagios, teniendo un rastreo potente para saber dónde aplicar "medidas concretas en los ámbitos donde haya más contagios".
López Acuña ve sus medidas y sube una: prohibir el desplazamiento entre comunidades, para evitar más dispersión del virus. "Porque no basta con el toque de queda, el toque de queda debe ser acompañado de restricciones a la movilidad, burbujas sociales que limiten la interacción todo lo posible", considera el epidemiólogo, que advierte que en Madrid o la ciudad de Granada, por poner solamente dos ejemplos, "estamos ya en una situación epidemiológica extrema".
Confinar sí, pero ¿qué lugares?
De hecho, según el documento aprobado por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas la semana pasada, "media docena de regiones están en alerta roja, y no parece que estén yendo a la velocidad con la que tienen que ir. Si no caminamos rápido no nos va a quedar más remedio que volver al confinamiento de marzo", avisa Daniel López Acuña.
El ex cargo de la OMS propone usar como base el documento consensuado entre las comunidades y el ministerio. Pero, ojo, esto supondría imponer medidas muy duras en la mitad del país: "Todas las comunidades que están en riesgo máximo, en la luz roja del semáforo, en la fase extrema de alarma, tienen que decidir en las próximas dos semanas si cierran colegios, si cierran bares y restaurantes más temprano y si confinan domiciliariamente". Estas regiones son, según los baremos de Sanidad:
- Madrid
- Castilla y León
- La Rioja
- Navarra
- Aragón
- Ceuta
- Melilla
Otras siete (Asturias, País Vasco, Cataluña, Murcia, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía) están en riesgo medio. Jesús Cabrillana, de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, considera que las medidas deben ser proporcionales a la situación epidemiológica de cada región, y que deben aplicarse con contundencia en aquellas que peor estén pero sin hacer pagar a "justos por pecadores, porque por ejemplo en Canarias la incidencia es casi nula y no se debe parar la economía porque en el resto de España estén mucho peor".
La vía catalana: confinamiento los fines de semana
Ante la propuesta de la Generalitat López Acuña considera que es acertado, para dar más pasos previos al confinamiento total. "Una medida así por supuesto que ayudaría a contribuir a reducir la socialización y, por tanto, la incidencia de casos, como lo haría también el confinamiento total. Todo agrega en esta suma", resume.
Es, como lo describe Ojeda, "un toque de queda que dura dos días enteros". Porque se socializa más los fines de semana, así que, en palabras de López Acuña, se trataría de "intervenir sobre esa dimensión de las reuniones sociales y familiares que se producen en fin de semana. Y se evitarían también aglomeraciones en centros comerciales, excursiones en amplios grupos, parques recreativos, espacios públicos..."
Sin embargo, ninguna de estas ideas sirve si no se hace un trabajo profundo en la raíz de los contagios: saber quiénes los provocan y en qué situaciones. Los tres expertos insisten en que es fundamental apostar por:
- la detección precoz,
- el rastreo,
- el seguimiento de contactos
- el aislamiento eficaz de los positivos.
Y así, quizás, evitar que la previsible tercera ola nos arrase como está arrasando la segunda.