La lección de Boston: cancelar el Mobile de Barcelona fue el gran acierto no buscado de España en la pandemia


La suspensión de la mayor feria de telefonía del mundo el pasado febrero fue un acierto visto lo ocurrido en una reunión de Boston, que supuso el contagio de más de 300.000 personas en todo el mundo
12 de febrero de 2020. La noticia se rinde a lo inevitable: el Mobile World Congress de Barcelona se suspende por el coronavirus que está propagándose desde China. 1.100 personas han fallecido hasta el momento, la mayoría en China, pero el temor y la incertidumbre crecen ante un evento internacional al que llegarán personas de países del extremo oriente, como la propia China, donde los casos crecen día a día.
Tras jornadas de reuniones frenéticas y un rosario continuado de bajas de las grandes empresas participantes muchas de ellas chinas, GSMA, la organizadora de la mayor feria de telefonía del mundo, que se iba a celebrar entre el 24 y el 26 de febrero, toma la decisión a regañadientes de cancelarlo. Se lleva por delante 490 millones de pérdidas y 14.000 puestos de trabajo.
Entonces, nadie imaginaba el tsumani que en un par de semanas alcanzaría el sur de Europa. Diez meses después, podemos deducir que la decisión forzada por las circunstancias fue un acierto. Aunque es imposible conocer qué hubiese ocurrido de haber seguido adelante, la ciencia está demostrando que esta cancelación pudo evitar una autentica bomba de contagios. No solo en España sino en muchos más países, según estudios recientes sobre eventos que propiciaron supercontagios.
El supercontagio de Boston como lección
Como prueba, lo que ocurrió a 5.900 kilómetros de distancia en los mismos días en que debía celebrarse el Mobile de Barcelona. Los días 26 y 27 de febrero unos 175 directivos de una compañía farmacéutica se reunieron en un hotel de Boston (Estados Unidos). Aquella reunión dio como resultado uno de los brotes más masivos de coronavirus hasta la fecha conocido, según un análisis filogenético del Sars-CoV-2. Los estudios filogenéticos reconstruyen la genealogía del virus a partir de las variantes que se generan cuando el coronavirus hace copias de sí mismo.
La reunión de directivos en Boston se celebró sin las más mínimas medidas de protección, porque entonces, fuera de Asia, muy pocos se las planteaban. Una cena buffet a la que asistieron prácticamente todos los directivos abrió la primera noche del encuentro. De la reunión salieron 100 casos de contagio directo que se exportaron al resto de Estados Unidos y diversos países del mundo.
Un artículo publicado en la revista Science estima en más de 330.000 los contagios que se derivaron hasta el mes de noviembre del foco originario de Boston. Los investigadores lo ponen como ejemplo que ilustra el papel que han jugado en la pandemia los eventos de supercontagio.
¿Podría haberse sido el Mobile un evento de supercontagio?
En la hipótesis hay que tener en cuenta el azar, los números y las probabilidades. Pero si en una reunión de 175 personas durante dos días salieron 100 contagios directos y decenas de miles indirectos, no es exagerado imaginar lo que podría haber ocurrido en un congreso en el que se cruzan durante una semana 10.000 personas de hasta 200 países.
En esos días finales de febrero también se celebró una feria de calzado en Milán a la que se han vinculado numerosos casos de contagio, aunque no han llegado a una estimación tan contundente como en el caso de Boston.
La decisión de cancelar el Mobile se tomó a pesar de las reticencias de los organizadores y de las autoridades de todas las administraciones implicadas. Al temor del contagio masivo se enfrentaban las pérdidas económicas y de imagen de España. Compañías como Amazon, Rakuten, Nokia, Ericsson, Sony, Facebook, Intel, AT&T, Vivo, LG habían anunciado su retirada, pero las autoridades se resistían a cancelar la feria más importante de Barcelona y una de las más importantes del mundo de telefonía móvil.
Lo que dijeron políticos y expertos
Antes de la cancelación, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, había insistido en que no había “ninguna razón de salud pública para adoptar medida alguna respecto a cualquier evento previsto en Barcelona, Cataluña o España”.
Desde Barcelona, su alcaldesa, Ada Colau, defendía que no había razones para suspender el Mobile. "Nos ha dolido que se cancelase porque no había ningún motivo local para que no se hiciera este congreso". Lo mismo que había repetido días atrás su primer teniente de alcalde, Jaume Collboni: "Barcelona está preparada sanitariamente" y "no se contempla ninguna otra posibilidad que la celebración del congreso". La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no desaprovechó la ocasión para meter cuchara en el asunto y ofrecer la capital de España para la celebración del Mobile.
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, había pedido no caer en el “alarmismo psicológico” mientras el secretario de Salud Pública de Cataluña, Joan Guix, denunciaba una “epidemia mediática y de miedo” motivada por intereses económicos y políticos contra el Mobile. El hecho de que otras ferias previstas en esas fechas no se cancelen da pie a todo tipo de agravios y teorías conspirativas.
Aún dos días después, miembros destacados del Gobierno salieron en tromba a cuestionar la cancelación. "No es por ninguna alerta sanitaria en nuestro país, que estamos en una situación de respuesta muy buena", aseguraba la vicepresidenta Carmen Calvo al tiempo que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, abundaba en la misma idea: "Con la información disponible en este momento y la recomendación de los expertos de salud pública, no hay ninguna razón de salud pública que impida celebrar un acontecimiento de esas características en nuestro país".
Pero no solo los políticos fueron incapaces de calibrar la magnitud de lo que hubiera podido suponer que el Mobile abriese sus puestas, también algunos científicos erraron en el pronóstico. "Lo hemos repetido, lo han repetido todas las autoridades. No hay ninguna razón desde el punto de vista de salud pública para suspender acontecimientos como el Mobile", aseguraba a El País Antoni Trilla, jefe del servicio de medicina preventiva y epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona.
Diez meses después de aquello y con un mundo que ya no es el mismo que entonces, sabemos que no abrir el Mobile fue probablemente una de las decisiones más correctas que se tomaron.