España no es una excepción: el coronavirus arrasa en las residencias de ancianos en Europa

Joseba Zalakaín: "Una residencia es el ecosistema ideal para un virus de este tipo".
El Gobierno no cuenta con cifras oficiales de las muertes por coronavirus de ancianos que vivían en residencias. Pero los datos no oficiales recopilados por NIUS hasta el 14 de abril en las comunidades autónomas cifran en más de 10.000 los fallecimientos de ancianos que estaban alojados en geriátricos, más de la mitad de todas las muertes por coronavirus en todo el país.
España no es una excepción. Entre un 40% y un 50% de las muertes por coronavirus en cinco países europeos corresponde a usuarios de residencias de ancianos, según la primera estimación de dos investigadores sociales, Adelina Comas-Herrera, de la London School of Economics, y Joseba Zalakain, del centro de investigación social SiiS en Guipúzcoa.
"Se trata de un trabajo preliminar, porque comparar ahora la mortalidad entre países es muy difícil. España no ha publicado datos oficiales, ni Alemania ni el Reino Unido", señala Joseba Zalakain. "Y no siempre se mide la mortalidad igual". En España, como recalca el ministro de Sanidad "sólo se considera fallecido por Covid a aquel que ha dado positivo en la prueba".
España e Italia, a la cabeza
Según las cifras recogidas hasta el 11 de abril, España e Italia están a la cabeza. Más de la mitad de muertes por Covid-19 se han registrado entre usuarios de residencias. También tienen la cifra más alta de fallecimientos por número de camas en geriátricos. En Irlanda, la cifra de muertos es pequeña, pero el porcentaje es alto. A Italia y España en número absolutos le siguen Francia, con más de 6.000 fallecidos y Bélgica, con 1,400.

"Siempre que fuera posible se han utilizado datos de fuentes oficiales", dicen los autores del estudio. "Cuando no ha sido posible, se ha recurrido a información recogida por los medios de comunicación". Pese a que los datos sean aún escasos y haya que tomarlos con cautela, hay una correlación difícil de soslayar: "Allá donde ha habido mucha mortalidad por el coronavirus, ha habido mucha mortalidad en residencias. Es el factor que ha impulsado al alza la mortalidad", explica Joseba Zalakaín.
¿Por que el coronavirus se ha cebado con las residencias de mayores?
Hasta el 11 de abril, sólo se ha realizado tres estudios epidemiológicos sobre el impacto de la COVID-19 en residencias de ancianos, los tres en el condado norteamericano de Seattle y King (750.000 habitantes). El primer estudio detecta la propagación imparable de la enfermedad dentro de unas residencias y el salto de unas a otras. De cuatro casos el 28 de febrero, se pasó a 167 el 18 de marzo: "De estos, 101 eran residentes, 50 trabajadores y 16 visitantes".
Entre los factores que contribuyeron a la propagación, el estudio norteamericano cita "el personal contagiado pero asintomático que seguía trabajando, algunos trabajaban en más de una residencia, falta de costumbre, de concienciación o de cumplimiento en el uso de equipos de protección y en las prácticas higiénicas de contención, ausencia de test o las dificultades para identificar los síntomas de Covid-19".
"Una residencia de mayores es el ecosistema ideal para un virus de este tipo", afirma Zalakaín. "Sobre todo en macrocentros donde hay habitaciones compartidas, comedor común, sala de estar común, escasez de personal".
Nadie lo vio venir
Si en el estudio norteamericano, la propagación entre residencias se vinculaba a un primer foco en un geriátrico, en España la extensión parece obedecer más bien al lugar en el que están ubicadas. El 18 de marzo se notificaron más de 50 fallecimientos en geriátricos de lugares tan distantes como Madrid, Tomelloso, Granada, Vitoria o Capellades (Barcelona). "Está relacionado con los focos en cada zona", dice Zalakaín. "Las residencias son lugares con muy poco aislamiento y una gran concentración de mayores vulnerables".
Pese a que el impacto del virus en las personas mayores estaba acreditado desde mediados de febrero, no fue el 5 de marzo cuando el Ministerio de Sanidad emitió una serie de recomendaciones que no hizo obligatorias hasta que la muerte se había desbocado en los geriátricos. Recomendaba, por ejemplo, lavarse las manos antes y después de tener contacto con los residentes. Tampoco consta que la mayoría de las comunidades autónomas tomaran medidas preventivos antes de que revelase la tremenda mortalidad.
"A todo el mundo le ha pillado por sorpresa", dice Zalakaín. "Ni siquiera en el ámbito de las residencias de la tercera edad había la sensación de que iba a ser tan demoledor". A lo que este investigador añade las características de un sector desarticulado en muchos países de Europa: "A diferencia del sistema hospitalario, el sector de las residencias está muy atomizado. Unas dependen de ayuntamientos, otras de comunidades autónomas, otras de empresas privadas, faltan recursos en casi todos los países".
El modelo residencial influye en la mortalidad
"Son factores que ya estaban antes", advierte. "Las ratios de personal también son importantes, habrá que comparar las residencias privadas con las públicas. También por qué en unos países ha habido más mortalidad que en otros. Eso tiene que ver con el modelo de residencia". A diferencia de las grandes residencias de España, Italia y Francia, "con comedores o salas de estar para cien", en los países escandinavos son más pequeñas, con habitaciones individuales, una especia de vivienda tutelada, con más recursos".
El estudio preliminar de Zalakaín y Adelina Comas-Herrera cita otra investigación norteamericana llevada a cabo por el Centro de Control de Enfermedades en una comunidad residencial de Seattle donde los mayores tienen sus propios apartamentos individuales.
Al día siguiente de confirmarse dos casos, se tomaron medidas de aislamiento social. 12 días después volvieron a hacer pruebas a los residentes. Tres de los 80 dieron positivo y dos de los 62 trabajadores asistenciales. Los investigadores, que esperaban encontrar más casos, atribuyen la contención relativa del brote a las medidas de aislamiento y al menor contacto con el personal de asistencia. Nada que ver con el ritmo de propagación las otras residencias estudiadas del mismo condado. Ni con el de las grande residencias europeas.