Este sencillo experimento demuestra la importancia de las mascarillas para frenar al coronavirus

Las placas de cultivo expuestas a las microgotas de saliva del científico sin mascarilla se llenan de bacterias
El microbiólogo Richard Davis también demuestra la eficacia de la distancia social contra el coronavirus
Richard Davis es doctor en microbiología y dirige el laboratorio de microbiología clínica del hospital Providence Sacred Heart de Washington. Pero Davis es además un activo tuitero. Publica a diario imágenes microscópicas y de vez en cuando comparte con sus más de 10.000 seguidores algún experimento.
El último ha sido una sencilla prueba para comprobar la eficacia de la mascarilla a la hora de combatir el contagio de microorganismos suspendidos en microgotas de saliva, que según los científicos es la manera en la que se extiende el SARS-Cov-2 (el virus responsable de la COVID-19).
Primero Davis estornuda, canta durante un minuto, habla durante un minuto y tose dos veces a pocos centímetros de una placa de cultivo sin la mascarilla puesta. A continuación, el científico realiza las mismas pruebas, esta vez con mascarilla. Y los resultados son impresionantes.
What does a mask do? Blocks respiratory droplets coming from your mouth and throat.
— Rich Davis, PhD, D(ABMM), MLS 🦠🔬🧫 (@richdavisphd) June 26, 2020
Two simple demos:
First, I sneezed, sang, talked & coughed toward an agar culture plate with or without a mask. Bacteria colonies show where droplets landed. A mask blocks virtually all of them. pic.twitter.com/ETUD9DFmgU
Davis comparte una foto en la que en la columna de la derecha muestra los resultados de las placas de cultivo utilizadas durante las pruebas sin mascarilla y a la derecha, las placas de las pruebas realizadas con la protección puesta.
Las bacterias suspendidas en la saliva del científico colonizan las primeras (en el caso del estornudo y del golpe de tos de manera sorprendente), mientras que en las segundas no hay ni rastro de contaminación. El científico deja muy claro que los cultivos recogidos son de bacterias y no de virus, pero insiste en que el modo de propagación del SARS-CoV-2 es muy similar (suspendido en microgotas de saliva propulsadas por nuestra respiración, estornudo, etc.).
Y tras comprobar la eficacia de las mascarillas, Davis hace lo mismo con la distancia social con un experimento prácticamente idéntico al anterior. Colocó placas de cultivo a 2, 4 y 6 pies de distancia (un pie equivale a 0'3 metros) de su cara y tosió con fuerza durante 15 segundos con y sin mascarilla.
What about keeping your distance?
— Rich Davis, PhD, D(ABMM), MLS 🦠🔬🧫 (@richdavisphd) June 26, 2020
Second demo: I set open bacteria culture plates 2, 4 and 6 feet away and coughed (hard) for ~15s. I repeated this without a mask.
As seen by number of bacteria colonies, droplets mostly landed <6 ft, but a mask blocked nearly all of them. pic.twitter.com/8wDdvIHHMa
Aunque las diferencias no son tan llamativas, se observa claramente cómo las microgotas con bacterias suspendidas alcanzan la placa colocada a dos pies, y apenas deja rastro de contaminación en la placa colocada a seis pies de distancia.
En Estados Unidos, el uso de la mascarilla se ha convertido en una cuestión política más que sanitaria. Por eso la comunidad científica insiste en la importancia de su uso para frenar la expansión de la COVID-19 y evitar posibles rebrotes.