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Los sanitarios no avalan el plan de Navidad: “Aumenta exponencialmente el riesgo de contagio"

  • Expertos sanitarios valoran a NIUS el plan de Navidad acordado entre Comunidades Autónomas y Gobierno Central en el Consejo Interterritorial de Salud

  • Las reuniones de hasta diez personas, el aumento del toque de queda y la movilidad preocupan a los expertos

  • La clave, entienden, será extremar las precauciones dentro de los hogares

Los expertos sanitarios reciben con recelo en plan de Navidad acordado en el Consejo Interterritorial de Salud entre el Gobierno Central y las Comunidades Autónomas. Sólo los datos a posteriori revelarán si la cierta flexibilización de las restricciones que supone el acuerdo se traduce en un aumento de contagios, pero a epidemiólogos y doctores especializados en salud pública les genera, para empezar, preocupación y desconfianza. La premisa que marcan es básica: a más reuniones con más personas y mayor movilidad, mayor contagio.

Joan Carles March es doctor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y uno de los expertos a los que más preocupa este plan de Navidad. A su juicio, lo que mayor riesgo entraña de las celebraciones navideñas que se han permitido es la posibilidad de que dos grupos de convivientes diferentes puedan reunirse en un mismo espacio para comer o cenar. “Que dos grupos burbuja distintos cenen juntos ya es asumir un riesgo exagerado, pero 10 personas pueden significar hasta tres grupos de convivencia”, advierte March, quien señala que “no podemos lanzar las campanas al vuelo” mientras mira a países de nuestro entorno: “Italia ha asumido restricciones navideñas más duras, no nos equivoquemos”.

Esa es la clave a la que también apunta Daniel López Acuña, epidemiólogo y exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud. “El riesgo no está dado por la cifra de personas que se reúnan a cenar, sino por los grupos de convivencia que puedan converger. Y pienso que no se ha sido lo suficientemente claro con este punto: lo más crítico es no abrir nuestro círculo de convivencia porque el riesgo de contagio aumenta exponencialmente”, explica Acuña a NIUS. Por ello, este epidemiólogo apuesta por una Navidad con celebraciones “más íntimas y limitadas al grupo habitual de convivencia”.

Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, va un paso más allá y estima que sólo sería seguro abrir las reuniones familiares a otros grupos de convivencia con una tasa de contagio inferior a los 25 contagios por cada 100.000 habitantes, cuando la media española se sitúa actualmente por encima de los 200 casos. “Lo adecuado sería que las reuniones solo fueran con la familia nuclear hasta que tengamos esa incidencia. El virus sigue ahí, asegura”.

La ampliación del toque de queda es peligrosa

Otro de los pilares del acuerdo es decretar la ampliación del toque de queda hasta la una y media de la madrugada para que las cenas familiares en los días más señalados puedan extenderse. Y eso es un peligro para estos expertos. Lo es por el carácter festivo que a menudo adquieren las reuniones familiares en Navidad, en las que las sobremesas se traducen en jolgorio, gritos, risas y cantos. Actitudes, en definitiva, que implican un serio riesgo de contagio. “En espacios cerrados, cuanto más tiempo juntos más posibilidad de contagio”, afirma tajante Joan Carles March, quien entiende que, efectivamente, “las sobremesas pueden derivar en una relajación en las medidas de protección”. Daniel López Acuña, por su parte, tampoco es partidario de esa ampliación. Para este epidemiólogo, “usar la mascarilla lo máximo posible, no cantar, no gritar y mantener la distancia” deben ser los factores imperantes en nuestras comidas y cenas navideñas.

La movilidad tiene que acompañarse de responsabilidad

“No hay medios para controlar que la movilidad en Navidad sea la imprescindible y esté justificada, por lo que aquí es cuestión de insistir en la concienciación y responsabilidad individual”, señala López Acuña con respecto a las restricciones de movilidad que se recogen en el Plan de Navidad, que permitirá el movimiento entre regiones para aquellas personas que acudan a reuniones familiares en los días más señalados. Aún así, aconseja, a todo el que sepa que se va a desplazar fuera de su círculo habitual de convivencia esta Navidad, que restringa al máximo sus interacciones diez días antes de ese viaje, o bien se desplace bajo el amparo de una prueba PCR negativa: “Es remoto pensar en esa posibilidad, pero reduciría bastante el riesgo”.

Joan Carles March se pronuncia al respecto en la misma dirección: “La movilidad aumenta el contagio. Al virus hay que dejarlo salir de nuestras casas, no dejarlo entrar”.

Los expertos abogan por “cenas protocolizadas”

Con el plan de Navidad aprobado solo queda convertir estas reuniones familiares navideñas en celebraciones seguras. ¿Cómo hacerlo? Trasladando los protocolos de higiene y seguridad a nuestros hogares. “Si la Navidad va a ser diferente, que también lo sea en nuestro salón. Hay que protocolizar estas comidas y cenas”, afirma Joan Carles March. Para ello, este experto en salud pública apuesta por un escrupuloso lavado de menos al llegar a casa, por mantener en la medida de lo posible un metro y medio de distancia entre los familiares congregados, y mantener la mascarilla puesta en casa todo lo posible, junto con una ventilación del espacio adecuada: “Yo apostaría por comidas familiares y no cenas, porque será más agradable ventilar de día y no de noche con el frío”. Además, nos da algunas pautas a seguir que harán nuestras reuniones más seguras: “Una única persona sirve la comida, no puede haber platos combinados del que varias personas coman, no se pasan los cubiertos, el pan o la sal, y mejor sentarse en zigzag que unos frente a otros”.

“Protección, ventilación y mascarilla” son también los tres pilares fundamentales de las Navidades para López Acuña. Unas Navidades en las que no cabe relajarse, porque tal y como advierte Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, “si esto lo han pactado es por buscar un equilibrio entre la población y por la época que es… no porque estemos para relajarnos, ni mucho menos”.