La falsa seguridad tras la mascarilla: comprueban que aumenta la interacción y el riesgo de contagio


Científicos estadounidenses concluyen que "exigir mascarillas puede ser contraproducente" por la "falsa sensación de seguridad que lleva a las personas a bajar la guardia"
Su estudio ha comprobado que “aquellos que llevan mascarillas todo el tiempo tienen muchos más contactos al día que las personas que no la llevan”
Piden a los responsables de Salud Pública que no sólo obliguen a llevar mascarilla, sino que además, eduquen sobre su uso
Llevar mascarilla es la principal medida de protección en esta pandemia. Empezó siendo una recomendación que, después, en países como España, se convirtió en obligación. Pero ahora que ya nos hemos acostumbrado a ella, se nos puede volver en contra, en cierto sentido. Es lo que advierte un estudio que se acaba de publicar y que ha comprobado que llevar mascarilla puede darnos tal sensación (falsa) de seguridad que, con ella, tenemos muchos más contactos con otras personas que sin ella.
Es lo que han comprobado expertos en Salud Pública de la Universidad de Vermont (EE.UU.). Tras estudiar qué comportamientos y circunstancias aumentan el riesgo de contraer la infección, aseguran que la obligación de llevar mascarilla, si no va acompañada de una buena información y educación en salud, puede generar incluso más contagios, al convertirse en una especie de talismán que creemos que nos protege contra todo y contra todos.
El número de contactos es clave en el contagio
Los investigadores comprobaron en el estudio que hay un “factor clave en la transmisión del virus, que conlleva una mayor probabilidad de dar positivo en la prueba de COVID-19”, y es “el número de contactos diarios con adultos y con mayores, en concreto los contactos con personas que tienen covid-19”.
En ese sentido, consideran “plausible que exigir mascarillas pueda ser contraproducente”, si el riesgo asociado a un aumento de los contactos por llevarla es mayor que la protección que proporciona. “Es decir, es posible que las mascarillas proporcionen una falsa sensación de seguridad que lleve a las personas a bajar la guardia y confiar en ellas más de lo que deberían”.
Los científicos realizaron el estudio en junio, en el condado más densamente poblado del estado de Vermont, en el que evaluaron “la prevalencia de SARS-CoV-2 entre adultos que viven en la comunidad” y estudiaron “los factores ambientales y de comportamiento asociados con la riesgo de infección”.
Seleccionaron al azar a 12.000 personas de entre 18 y 70 años que habían tenido al menos una visita al médico durante los tres años anteriores, y de ellos, les realizaron una encuesta a 1.694, que fueron los que aceptaron participar. Con preguntas sobre su forma de vida, su trabajo, sus conductas o su mayor o menor exposición al virus. Además, les realizaron pruebas PCR y pruebas serológicas a todos los que aceptaron hacérselas (454 personas) y después, fusionaron los resultados de esas pruebas con los datos de las encuestas.
Los investigadores se centraron en dos cosas: “si la persona dio positivo o no a los anticuerpos COVID-19” y “el número de contactos que la persona tuvo en un día “típico”, diferenciando por franjas de edad (<18, 18-64 y> 64) durante las dos semanas anteriores a la encuesta”.
Llevar mascarilla todo el tiempo aumenta los contactos
El objetivo principal de este estudio era "identificar la prevalencia de COVID-19 en una población general asintomática, e identificar diferencias de comportamiento y ambientales entre los infectados y los no infectados". Y lo que comprobaron, entre otras cosas, es que “aquellos que llevan mascarillas todo el tiempo tienen muchos más contactos al día que las personas que no la llevan”.
El estudio asegura que “el número de contactos diarios con adultos y con mayores aumentó la probabilidad de infección”. Y que “el tipo de ocupación, vivir en un apartamento o vivir en una casa unifamiliar, y usar una mascarilla fuera del trabajo influyó en el mayor o menor número de contactos diarios”.
Educar sobre el uso de mascarillas
Eline van den Broek-Altenburg, la investigadora principal del estudio, asegura que "cuando llevas la mascarilla, puedes tener la falsa sensación de estar protegido y por eso interactuas mucho más con otras personas que cuando no la llevas”
Creen los investigadores que "este estudio refuerza la preocupación sobre los riesgos de las personas que tienen altos niveles de contacto público durante la pandemia". Y aseguran que “se necesitan con urgencia más investigaciones sobre la eficacia de las mascarillas y las respuestas conductuales a la obligatoriedad de llevarlas”.
Advierten además de que las implicaciones en salud pública son evidentes. “Lanzar el mensaje a la gente de que hay que llevar mascarilla es esencial, pero no es suficiente”, asegura la investigadora. “Debería ir acompañado de información y educación sobre su uso, para entender que las mascarillas no te dan vía libre para ver a toda la gente que quieras. Es necesario que limites tus contactos de forma estricta, aunque la lleves”.