Llega el frío, toca pasar más tiempo en sitios cerrados, y esto casa mal con la principal recomendación frente al coronavirus: hacer todo lo posible en exteriores. Si estamos en interiores lo importante es ventilar, ventilar y ventilar, lo advierten los expertos desde hace meses. Pero ¿y si ahora, con el frío, no podemos ventilar tanto? Pues hay otra solución: filtrar el aire, limpiarlo de partículas nocivas para la salud, entre ellas este virus.
”El virus flota por el aire y se puede filtrar, los filtros HEPA captan a los virus y expulsan aire limpio a la habitación”, explicaba hace unos días el científico José Luis Jiménez, al advertir sobre los riesgos de contagio por aerosoles. “Abrir las ventanas es gratis. Pero si no se puede, hay que tirar de filtros”. ¿De cuáles? De filtros HEPA, que se están instalando ya en algunos colegios y oficinas. ¿Qué son? ¿Cómo funcionan? ¿Cómo utilizarlos bien? ¿Por qué son eficaces contra el virus? Se lo explicamos.
"Filtro HEPA" es un acrónimo de "filtro de aire de partículas de alta eficiencia". Eliminan más del 99,9% de los aerosoles de la corriente de aire que los atraviesa. Y con ello, se elimina al virus que pudiera estar presente en esos aerosoles. A los virus, bacterias y todo tipo de partículas nocivas para la salud. Porque no están concebidos para este coronavirus, ya se utilizan desde hace tiempo para purificar el aire de espacios cerrados como aviones o UCIs hospitalarias. Los expertos aseguran que los filtros de aire HEPA son "el mejor tipo de limpiadores de aire que existen".
Pero no vale cualquiera, es importante que estén certificados y contar con asesoramiento profesional antes de instalarlo. Para obtener la certificación, los purificadores de aire deben de pasar una serie de controles. En Europa, los filtros HEPA deben eliminar como mínimo el 99,95% de las partículas. En Estados Unidos, en cambio, se debe filtrar el 99,97% de las partículas.
El funcionamiento es sencillo. Los filtros portátiles son una caja con un ventilador que extrae aire a través de ése filtro y después, lo expulsa ya limpio a la estancia en la que se encuentra. El filtro está compuesto de una malla de fibras colocadas aleatoriamente, que suelen ser capas de celulosa, fibra sintética o fibras de vidrio y se disponen en forma de acordeón, porque así tienen más capacidad de capturar las partículas.
Elimina fácilmente los patógenos de más de 0,3 micras, por medio de los mecanismos de impacto e interceptación, pero también las partículas más pequeñas de ese tamaño, mediante la difusión. “El filtro elimina prácticamente todos los aerosoles relevantes para este virus”, asegura Jiménez.
El tamaño de la habitación donde lo vamos a utilizar es muy importante. Los expertos advierten que el tamaño del filtro habrá de estar proporcionado al tamaño de la estancia. “Han de tener capacidad para poder limpiar el aire 5 veces cada hora, eso es lo ideal”, asegura el experto.
En cuanto a su ubicación, la mayoría de los purificadores de aire portátiles comerciales aspiran aire desde el lateral y lo expulsan verticalmente. Por ello, lo que recomiendan los expertos es colocar el filtro de aire portátil en el medio de la habitación, levantado del suelo si es posible. “Esto asegura que la mayor cantidad posible de aire de la habitación llegue al filtro. Si el filtro de aire se coloca cerca de una pared, el aire de un lado de la habitación se filtrará más rápido que del otro lado”, advierten algunos de los mayores expertos en aerosoles en este documento, con amplia información práctica sobre el contagio por esta vía y cómo protegernos.
Para que sigan siendo eficaces al purificar el aire, hay que reemplazarlos con cierta frecuencia. Lo usual con los filtros HEPA es reemplazarlos tras haberlos utilizado de seis meses a un año.
Y hay un consejo importante de cara a su manipulación: usar guantes y mascarilla al retirarlos, y hacerlo al aire libre si es posible. ¿Por qué? Porque “la manipulación física de un filtro que puede haber recolectado aerosoles que contienen virus, puede hacer que esos aerosoles se desprendan y queden suspendidos en el aire. Coloque los filtros usados en una bolsa de plástico sellada antes de desecharlos. Cualquier virus que se haya eliminado del aire estará en el filtro”, avisan los expertos.
Utilizando medidores de CO2 en el espacio donde instalamos el filtro. Si la concentración de dióxido de carbono es elevada, significa que no se está renovando bien el aire de la estancia, y existen más probabilidades de que haya partículas infectivas en ése aire. "Lo mejor es que los niveles de CO2 estén siempre por debajo de las 700 ppm”, advierte Jiménez. Comprar uno de estos medidores es añadir otro gasto, pero hay filtros HEPA que ya los llevan incorporados. Volvemos, de nuevo, al consejo de asesorarse antes de comprarlos.
Los filtros HEPA son caros. Porque aunque se venden muchos, no vale cualquiera, los más efectivos rondan los 400 euros. De ahí que en algunos colegios se esté haciendo una colecta, incluso, para poder comprarlos.
Y los expertos insisten mucho en otra cosa: son una medida de protección más, pero no la única. Reducen la concentración de virus en el aire, pero no lo eliminan por completo. El filtro HEPA no elimina la necesidad de mascarillas, ni de mantener la distancia, ni, sobre todo, de ventilar siempre que sea posible. Todas ellas son medidas complementarias y necesarias, de cara a este invierno.