Galicia prohíbe a la población el uso de mascarillas con válvula: "Contribuyen a la propagación del virus"


Lo hace por el riesgo de trasmisión del virus, ya que este tipo de protecciones no impiden que una persona infectada lo disemine a los demás
Los especialistas llevan tiempo desaconsejando su uso porque no evitan que las gotas que se producen al toser o al estornudar salgan al exterior
Desde el Consejo General de Enfermería recomiendan que, quienes las tengan, sellen las válvulas o se pongan una mascarilla quirúrgica por encima
Primero las vetaron algunos hospitales gallegos, impidiendo que pacientes y acompañantes entrasen a los centros con ellas. Ahora es la Xunta de Galicia la que ha decidido prohibir a la población el uso de mascarillas con válvula exhalatoria. La consellería de Sanidade ve un claro riesgo en ellas y, por eso, esta comunidad autónoma ha decidido impedir su uso en las calles.
Esta prohibición figura en una resolución publicada este fin de semana en el Diario Oficial de Galicia y que entrará en vigor este miércoles. En ella se establece que el uso de mascarilla es obligatorio en prácticamente todas las situaciones: al aire libre y en la vía pública siempre que no se pueda garantizar en todo momento el mantenimiento de la distancia de seguridad; pero, también, en espacios cerrados siempre que se coincida con otras personas y aunque se mantenga el metro y medio que marcan las autoridades sanitarias.
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La principal novedad que recoge el texto es la prohibición expresa del uso de mascarillas con válvula exhalatoria, quedando relegadas a los usos profesionales para los que este tipo de mascarilla sí esté recomendada.
Son las llamadas mascarillas “insolidarias”
Muchos las conocen como las mascarillas “insolidarias” porque solo protegen de fuera hacia dentro. Esto quiere decir que actúan como barrera frente al virus para la persona que las lleva puestas, pero no para los demás. “El objetivo de que toda la población utilice las mascarillas es para conseguir una protección comunitaria. Si tú eres portador asintomático, al toser o estornudar, todas esas gotas que tú produces se quedarían en la mascarilla y no saldrían al medio ambiente, por lo que infectarías a mucha menos gente. El problema de las mascarillas con válvula exhalatoria es que permiten que parte de ese contenido que tú estás tosiendo o estornudando salga al exterior, por lo que ya no cumpliría el objetivo que queremos”, explica María Enríquez, portavoz del Consejo General de Enfermería.
Son muchos los profesionales que han advertido de los riesgos que entraña la utilización de mascarillas con expulsión del aire. Sin embargo, muchos las siguen usando porque fueron las que pudieron conseguir en los primeros momentos de la pandemia. Son más cómodas que las quirúrgicas y, por eso, es habitual que los profesionales las utilicen. “Las mascarillas autofiltrantes con válvula son las más fáciles de soportar. Hace que parte de la respiración salga fuera y que se genere menos humedad. Por eso muchos profesionales que pasan muchas horas con ellas las utilizan. Pero hay que recalcar que son muy peligrosas porque contribuyen a la propagación del virus”, comenta Enríquez.
Enríquez explica que en los protocolos del Ministerio de Sanidad y de la mayoría de las diferentes comunidades autónomas recomiendan que las mascarillas no tengan válvula porque no cumplirían el objetivo de protección comunitaria. Pero Galicia sería la primera comunidad autónoma que ha dado un paso adelante para prohibirlas.
Desde el Consejo General de Enfermería recomiendan que quienes las tengan, las “sellen de alguna manera o lleven una mascarilla quirúrgica encima”. De esta forma, evitarán que el aire que están exhalando y pueda salir por la válvula se disemine.