La cartilla Covid-19 de Madrid es una "fuente de desigualdades", según la Generalitat catalana


El responsable del seguimiento del Covid-19 en Cataluña, añade que "no hay evidencias científicas" de que pasar la enfermedad otorgue inmunidad
Salut presenta un plan para tomar decisiones en los próximos dos años en función de la situación epidemiológica
También establece seis niveles de gravedad, de cero a cinco: Lleida está en el cuatro y Barcelona, en el tres
El Departament de Salut de la Generalitat catalana ha expresado sus dudas sobre la cartilla Covid-19 anunciada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, destinada a acreditar qué madrileños han pasado la enfermedad y están inmunizados. Según el director de la Unidad de Seguimiento del Covid-19 en Cataluña, Jacobo Mendioroz, esta cartilla puede ser una "fuente de desigualdades" al "conferir ciertos privilegios".
El epidemiólogo, acompañado por la consellera de Salut, Alba Vergés, y el secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, ha explicado que este es uno de los motivos por los que la administración catalana descartó la creación de un pasaporte inmunitario durante la primera ola del virus. "Las personas vulnerables que necesitan traer sustento a su familia pueden estar tentadas a exponerse al virus para superarlo" y, así, "conseguirían un salvoconducto para moverse libremente y no tener que cumplir con el confinamiento domiciliario", ha dicho.
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Además, Mendioroz añade que "no hay evidencias científicas" que demuestren que haber pasado la enfermedad otorgue una "inmunidad perdurable". "Ahora, parece que las reinfecciones no se producen, pero esta decisión es demasiado prematura porque no sabemos qué títulos de anticuerpos son protectores ni a qué niveles lo son".
El Departament también cree que los servicios sanitarios de la Comunidad de Madrid podrían acreditar con dicho pasaporte inmunitario a quien "todavía está en fase de contagio" a pesar de haber superado la enfermedad, por lo que "no sería una buena idea".
Salut presenta un plan para tomar decisiones en los próximos dos años con seis niveles de gravedad
El Departament de Alba Vergés ha presentado una estrategia de control de la transmisión del Covid-19 durante los próximos dos años, destinado a tomar decisiones en función de la situación epidemiológica en cada territorio. Dicho plan establece seis niveles de gravedad, desde el cero o blanco, en el que un territorio no ha registrado casos en 14 días, hasta el 6 o negro, que contempla transmisión comunitaria descontrolada y un fuerte impacto en la capacidad de los hospitales y camas de UCI (la situación de marzo y abril).
🔴📺 La #consellera @albaverges, el secretari de Salut Pública, Josep Maria Argimon, i el coordinador de la unitat de seguiment de la #COVID19, Jacobo Mendioroz, presenten el pla de control de la COVID-19 https://t.co/jyp7cWBIez
— Salut (@salutcat) 28 de julio de 2020
Lleida, la región sanitaria más afectada por los rebrotes desde el fin del estado de alarma, se encuentra en nivel 4 o rojo ya que existe transmisión comunitaria y "su capacidad asistencial está bastante saturada: el hospital Arnau de Vilanova está lleno y su UCI, bastante también". Por su parte, la conselleria mantiene a Barcelona en nivel 3 o naranja debido a sus brotes "complejos" derivados de la transmisión comunitaria que "empiezan a tener un impacto" en los centros de salud, pero no lo suficiente "relevante".
Aún así, la tasa de contagio en ambas regiones ha disminuido las últimas semanas hasta llegar a 1 (que supone que cada infectado tan solo contagia a una persona), por lo que la situación es "estable". También lo es en toda Cataluña después de que la incidencia de casos acumulados se haya reducido. La comunidad catalana ha practicado 72.000 PCR esta última semana y cuenta con 568 'gestores Covid' trabajando y 928 profesionales dedicados al rastreo.
El objetivo del plan es hacer posible la convivencia con el virus los próximos dos años, encontrar un "equilibrio entre la vitalidad de sectores como el económico y el cultural con el control de la enfermedad", según Vergés. Y lo pretende hacer en base a estos seis niveles y a diez indicadores más, como la incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes, la tasa reproductiva del virus, la cantidad de test PCR practicados y la capacidad asistencial de los hospitales, entre otros.